“Las farolas caminan la calle” es el tercer poemario que publica la bióloga y escritora asturiana Isabel Fernández Bernaldo de Quirós, que ha llegado a la lírica en horas tardías, después de su jubilación y una vez que puede extender el tiempo a su antojo, ha querido plasmar sus inquietudes en la poesía.
Ahora que el mundo está sufriendo la guerra más devastadora del siglo XXI, salen a la luz las claves de uno de los bombardeos más crueles y polémicos que estremecieron Europa durante la Segunda Guerra Mundial. En 1940 la aviación alemana arrasó el epicentro de la industria armamentística del Reino Unido provocando centenares de víctimas y la pérdida del mayor suministro bélico del ejército británico. ¿Pudo Winston Churchill haberlo evitado? ¿Conocía el primer ministro el nombre de la ciudad que iba a ser bombardeada? ¿La sacrificó para ocultar que tenía la llave de los códigos Enigma de los nazis?
Después de pasar seis meses pergeñando la novela histórica “La Voz y la Espada”, ambientada en 1700 en Versalles, sobre las aventuras, amoríos y venganzas de la famosa e infame cantante y espadachina bisexual Julia d’Aubigny, conocida por sus admiradores como “La Maupin”, y por el jefe de la policía de París como “la Peste”, creía que, al ponerle punto y final, ya lo sabía todo sobre esa mujer, y no guardaba más misterios. «Por fin», pensé con alivio y nostalgia, «ya puedo devolverte a la biblioteca de historias rocambolescas de la Historia, a la vitrina con el rótulo: “Historias silenciadas para adultos”, y darle doble vuelta a la llave».
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Resaltaba Julio Cortázar la ineludible potencialidad del cuento; uno logrado tendrá una proyección que despierte una larga serie de aperturas mentales y psíquicas. El «orden cerrado» –cuya duración e intensidad configura el cuento– genera el tipo de narración que, como pasa con algunas fotografías, deja un mayor poso. Uno de los grandes autores de cuentos de este país, Hipólito G. Navarro, ha dicho: «Un cuento es una obra de arte en sí misma, cada uno es un ente. Otros géneros no permiten ese juego con el lenguaje ni la forma».
El poeta nicaragüense Rubén Darío estuvo en Málaga. Y dejó huella de su presencia en el patrimonio cívico y en su escritura. Hoy no se le recuerda y su paso por nuestra ciudad permanece casi inadvertido entre los malagueños. Su busto, situado estratégicamente en el Paseo del Parque, no se hace acreedor a ofrenda conmemorativa alguna.
Marina Kohon nació el 8 de junio de 1965 en la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina. Reside en la misma provincia, en la ciudad de Bahía Blanca. Es profesora de inglés. Se perfeccionó en Alexandria, Virginia y en San Diego State University, California, Estados Unidos. Publicó los poemarios: “La ruta del marfil”, Alción Editora, 2012, y “Banshee”, Hemisferio Derecho Ediciones, 2013, así como la plaqueta “De la chacra al cielo”, Colectivo Semilla, 2014. \n
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