Nuestro poema de cada día
Jorge Guillén (Valladolid, 1893) comienza en 1938 un exilio voluntario, que le lleva a Norteamérica. El retorno definitivo a España se produjo en 1977, año en que recibió el Premio Cervantes. Los últimos años de su vida los pasó en Málaga, en donde murió en 1984, a los 91 años.
Fundación Jorge Guillén, Valladolid, 2022
Desde que se iniciara en poesía con el libro Un tiempo se clausura (1946), hasta este póstumo poemario que nos ocupa, la hoja de ruta lírica del poeta vallisoletano que residió en París es sencillamente tan necesaria como ejemplar. Poemarios como 35 poemas seguidos, Efímera efemérides, Silva de varia realidad, Travesía de los confines, El mundo acaba en Tineghir, Lo fando, lo nefando, lo senecto y De la naturaleza del olvido entre otros, así como su labor de traductor, profesor y crítico nos revelan a un hombre de letras en toda su acepción, un genuino humanista solidario, poseedor de un verso luminoso, sugerente, lúcido y poderoso.
Fund. Jorge Guillén, Valladolid, 2018
Magnífica, una vez más, la edición que prepara la Fundación, en este caso para darnos cuenta de la fecunda, amistosa y culta relación personal de dos autoridades en el mundo cultural español, en este caso la correspondencia escrita habida entre el poeta Jorge Guillén y el historiador Américo Castro. Los dos conocedores de la realidad española, interesados vivamente en una dignificación de la condición del intelectual, y por ello comprometidos en una realidad convulsa, compleja, distorsionada en lo material y bastante equívoca en su decurso histórico.
|
Nuestro poema de cada día
La producción poética de Jorge Guillén está distribuida en cinco series -Cántico, Clamor, Homenaje, Y otros poemas, Final-, y lleva el título genérico de Aire Nuestro. Y si Cántico -en su versión definitiva, de 1950, con 334 composiciones-, subtitulado Fe de vida, es una entusiasta exaltación de la perfección del Universo -“El mundo está bien hecho”, dice Guillén-, una exclamación gozosa ante el maravilloso espectáculo de la realidad terrestre, los poemas de Clamor -obra editada en Buenos Aires, y compuesta por Maremágnum (1957), Que van a dar en la mar (1960) y A la altura de las circunstancias (1963), y subtitulada Tiempo de historia-, son, en cambio, un grito de protesta ante las dolorosas realidades de nuestro tiempo: guerras, dictaduras, injusticias, negocio, tiranía, muerte, explotación, etc. -“El mundo del hombre está mal hecho”, dice ahora Guillén-.
Fund. Jorge Guillén, Valladolid, 2019
Creo que el buen lector, el atento a la palabra limpia y elegida, a la sonoridad del mundo imaginado literariamente; el lector atento a lo significados sustanciales –más o menos expresos, pero sí intuidos- de las palabras, y a un cierto sentido del humor que allana el camino de comprensión de las cosas turbias, se dirá después de entrar aquí y allá de este libro tan breve como enjundioso: ‘pues si así son para este autor los ‘Esbozos y tanteos’ que ofrece de su obra, el conjunto general de su labor poética promete.
Alfar, publica la obra poética completa de Martínez Torrón
La obra reúne cuarenta años de poesía del autor cordobés, dentro de la colección “Otras poesías”
El autor abandona con "Al amor de ella", pues desapareció su musa inspiradora, a la que Jorge Guillén enseñó a denominar como Ella: quizás para indicar que la Amada es total y en mayúscula; y que la amada concreta, es a la vez símbolo y metáfora de todas las mujeres que viven, aman y sueñan.
|