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Luis García Jambrina
Luis García Jambrina (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Luis García Jambrina: “La novela histórica tiene una función didáctica muy importante, redescubre muchos acontecimientos del pasado”

Por Javier Velasco Oliaga
jueves 18 de enero de 2018, 01:00h

El manuscrito de fuego” es la tercera novela del escritor zamorano Luis García Jambrina que tiene como protagonista a Fernando de Rojas, el conocido autor de La Celestina.

En esta ocasión, el conocido escritor y pesquisidor real tiene que resolver el crimen de don Francés de Zúñiga, bufón, truhan, hombre de placer o albardán –que por todos esos nombres se le conocía- del emperador Carlos V. Para resolver el crimen se tendrá que desplazar a las ciudades de Medina del Campo, Béjar y Salamanca por mandato de la emperatriz Isabel de Portugal quien le hizo ese encargo al que no podía oponerse.

“El siglo XVI está muy poco tratado en la novela histórica en comparación con la Edad Media o el Siglo de Oro. El protagonista de mi novela, Fernando de Rojas, es un personaje interesantísimo ya hasta cierto punto misterioso”, dice el escritor zamorano nada más comenzar la entrevista que mantuvimos en la cafetería de un conocido hotel de la Gran Vía capitalina. “El manuscrito de fuego” es la tercera novela en la que dicho protagonista aparece. En la nueva entrega, han pasado más de treinta años desde la última salida del pesquisidor a tierras de Salamanca. “Estaba interesado en ver los cambios que el tiempo ha producido en este personaje, ahora ya crepuscular y que se encuentra a las puertas de la vejez”, apunta Luis García Jambrina, que confiesa que ese largo periodo de tiempo entre la segunda y tercera novela puede dar pie a alguna que otra novela de ese periodo.

Luis García Jambrina se topó con don Francés de Zúñiga gracias a los escritos de Paco Umbral y de Valle-Inclán. “Llevaba ya muchos años que le había echado el ojo y como su asesinato nunca fue resuelto, me ha dado la oportunidad de escribir una ficción sobre lo que posiblemente pudo pasar”, explica el autor. Para él, la novela tiene dos personajes muy potentes: Francesillo y el pesquisidor Fernando de Rojas. “Es un misterio que un escritor que ha publicado una novela como La Celestina no escribiese ninguna obra más, algo le tuvo que pasar para que viviese retirado en Talavera de la Reina”, subraya el autor zamorano.

Para escribir la novela ha contado con la colaboración de las obras que ha publicado su amigo José Antonio Sánchez Paso. “Fui varias veces a Béjar a conocer la ciudad. Creo que mi amigo quería que escribiese algo sobre don Francés”, reconoce. También, ha tenido que consultar en reiteradas ocasiones la obra del propio hombre de placer de Carlos V. Por eso, opina que la documentación es totalmente rigurosa y certera. Aportando muchas cosas que no se conocían hasta ahora.

Para algunos, “El manuscrito de fuego” es una novela histórica, para otros puede ser una novela negra. La verdad es que todos tienen razón. Es una novela con una potente trama detectivesca “que va en una progresión creciente”, en un entorno de siglo XVI donde aparecen personajes históricos y otros que no lo son. Una novela negra de época, podíamos decir, que cuida la intriga a la perfección y sabe crear expectación desde la primera página. “En realidad, se conoce muy poco de don Francés. La mayoría de los que sabemos parte de leyendas”, sostiene el autor de “La sombra de otro”.

García Jambrina es profesor universitario en Salamanca y pese a las tablas que dan las clases, es una persona tímida que se va abriendo según avanza la conversación. Cree que “el humor es fundamental en una novela. Además, Francesillo se parecía más a un humorista actual, que hace reír por el ingenio, que a un bufón de la Edad Media. Fue una persona, sin estudios, pero muy letrada. Si hubiese ido a la Universidad, quién sabe a dónde hubiese llegado”, se pregunta.

“En la actualidad, la estupidez se comunica de manera más amplía y más rápida”

En aquel siglo, España vivía un momento contradictorio. “Por un lado, vivía un momento de esplendor, pero, por otro, también se vivía un periodo dramático y de excesiva pobreza. Fue un tiempo paradójico. El emperador estaba enfrascado en sus guerras imperiales de religión y en Castilla, sostenedora del reino, se la freía a impuestos para mantener esas guerras. El papel de Isabel de Portugal fue fundamental, ya que en una absoluta soledad supo mantener el reino unido pese a todos los problemas que se cernieron sobre ella, ya que tenía a la Corte en su contra”, recuerda Luis García Jambrina.

La fachada de la universidad de Salamanca es una obra maestra de la ambigüedad y de la ironía

Para el autor de “El manuscrito de fuego”, “la novela histórica tiene una función didáctica muy importante. Redescubre muchas cuestiones del pasado. Hace una especie de justicia poética a ciertos sucesos que se han olvidado”, afirma con rotundidad. Además, las ciudades en las que discurre la trama tienen una importancia mayúscula. “Podríamos decir que son protagonistas. Además, hago un homenaje a la Universidad de Salamanca que en aquel tiempo estaba en su esplendor. Su fachada es una obra maestra de la ambigüedad y de la ironía. Está cargada de simbolismos y enigmas”, afirma.

Cuando escribe novelas históricas Luis García Jambrina procura cuidar el lenguaje que utiliza, alejándose del presentismo y del pastiche. “Hay que encontrar una solución intermedia, por eso intento utilizar un lenguaje comprensible pero con un cierto sabor de época. Si utilizase el castellano de Cervantes no lo entendería casi nadie”, asevera divertido y concluye “en la actualidad, gracias a las redes sociales, la estupidez se comunica de manera más amplía y más rápida”. Y, ¡cuánto ayuda la televisión!

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