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LITERATURA > LOS IMPRESCINDIBLES - Álvaro Bermejo

Italo Calvino
Italo Calvino
Por Álvaro Bermejo
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beralvatelefonicanet/7/7/18

Una imagen, la de Juliette Binoche, que recibirá el Goya Internacional en la gala del próximo sábado. ¿Qué carta del tarot podría representarla? Me lo pregunto mientras celebro el centenario de Italo Calvino releyendo uno de sus libros, tan profético como los que integran su trilogía sobre ‘Nuestros Antepasados’.

Pinochio y Pepillo Grillo
Pinochio y Pepillo Grillo
Por Álvaro Bermejo
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beralvatelefonicanet/7/7/18

Lo vaticinó el genial Alan Turing, por los tiempos en que sus algoritmos descifraron los códigos de la máquina Enigma. Para él, no quedaba lejos el día en que los pioneros de la computación idearían una máquina con la que podríamos dialogar, “para extraviarnos”. Ochenta años después, los ingenieros de OpenAI la han convertido en una aplicación sensacional. Un programa de inteligencia artificial que se presenta como ChatGPT y se desglosa como Generative Pre-Training Transformer. Aunque, a decir verdad, ese GPT tiene mucho más que ver con el viejo Gepetto, el carpintero que dio vida a una marioneta de madera, el entrañable Pinocchio, con idénticas funciones.

San Juan de invierno
San Juan de invierno
Por Álvaro Bermejo
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beralvatelefonicanet/7/7/18
Nada de calor, nada de luz, cielos negros. El día es una tumba. Invierno, la espantosa estación”. Así la describe Víctor Hugo, en ‘Los Miserables’. Una mirada desencantada, como la de Démeter cuando crea el invierno para cubrir el mundo con un manto de tristeza mientras su hija pena en el Hades. Sin embargo, los griegos contemplaban los solsticios -el de verano y el de invierno- como dos puertas, la de los hombres y la de los dioses. Las mismas que guarda con sus dos rostros el romano Janus, el que nombra al mes de enero. El que sería cristianizado en dos Juanes igualmente solsticiales. Conocemos bien al san Juan de verano, el de las hogueras y los cantos. ¿Qué sabemos del san Juan de invierno?
“San Sebastiano’ de Antonello da Messina, 1478
El ombligo en forma de ojo
“San Sebastiano’ de Antonello da Messina, 1478 El ombligo en forma de ojo
Por Álvaro Bermejo
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beralvatelefonicanet/7/7/18
El cuerpo ficticio de san Sebastián y el guiño de Antonello da Messina. Un epígrafe demasiado largo, pero hubiera sido el idóneo. ¿Qué vemos en el lienzo que plasma su martirio? En el lugar del ombligo, un tercer ojo. El que me ayuda a ver lo que quiero contar. La apasionante evolución de la imagen de san Sebastián. Un relato iconográfico que va migrando desde la piedad a la sensualidad, de la “santa herida” a la erotización corporal, hasta convertirse en una herejía para la comunidad católica.

Joseph Aloisius Ratzinger
Joseph Aloisius Ratzinger
Por Álvaro Bermejo
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beralvatelefonicanet/7/7/18
Al fallecer físicamente o al renunciar a su pontificado? En realidad, ¿cuándo muere un papa? Más allá de la hermenéutica, la pregunta adquiere tintes muy novelescos si incluimos la sospecha de un posible asesinato. Porque no es lo mismo una renuncia elegida que otra inducida, y resuelta con un tránsito fulgurante del palio al sepelio. Qué tiempos aquellos de los papas demasiado terrenales en que los anillos pontificios administraban con la misma beatitud la gracia y el veneno.
Pío Baroja
Pío Baroja
Por Álvaro Bermejo
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beralvatelefonicanet/7/7/18

Vino a este mundo un 28 de diciembre, y por eso, además de Pío, le bautizaron Inocencio. Él se reía al recordarlo, refunfuñando, como siempre. Qué inocentada del destino, qué dos nombres para un anticlerical refractario a todas las iglesias y a todos los dogmas, como Pío Baroja. En honor a su memoria nos reunimos la semana pasada en Euskal Billera, en el corazón de la Parte Vieja donostiarra que le vio nacer, una variopinta legión de incondicionales, conscientes de ‘Las agonías de nuestro tiempo’, hijos pródigos de ‘La casa de Aizgorri’, pero también Zalacaínes en rebeldía frente a todas esas ‘Miserias de la guerra’ donde se abrazan, hoy más que nunca, el conformismo intelectual y la servidumbre voluntaria.

Raúl Guerra Garrido
Raúl Guerra Garrido (Foto: Javier Velasco Oliaga)
Por Álvaro Bermejo
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beralvatelefonicanet/7/7/18

Y tomando a Jorge G. Aranguren como rehén, con el pretexto de rendirle un homenaje, conseguimos que los jauntxos de la Kutxa nos cedieran su flamante salón de actos a nosotros. Enfants terribles entonces, príncipes de la contracultura, orquestamos una performance incendiaria que tuvo como epicentro una escalera de obra. Y ahí estaba Raúl Guerra, sonriendo entre el público. Cae el telón, pasan cuarenta años, y la misma semana en que Jorge me acerca su último libro, ‘Nunca llegan los tártaros’, Raúl pasa al otro lado de la vida dejándome el recuerdo del último suyo, ‘Demolición’, con otra perfomance y una escalera idéntica a la nuestra alzándose sobre sus páginas.

Roberto II
Roberto II
Por Álvaro Bermejo
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beralvatelefonicanet/7/7/18

Una de las perversiones añadidas a la de escribir una novela histórica pasa por el caudal de informaciones desconcertantes a las que puedes acceder. Me sucedió en "El secreto del rey alquimista". Más que la corte del alucinado Rodolfo II, el verdadero protagonista era el llamado ‘Manuscrito Voynich’. Un texto no datado, escrito en un código que ni siquiera los laboratorios de alta computación de la NASA han conseguido descifrar. No era el único, en aquel tiempo todas las cortes europeas recurrían a códigos secretos para encriptar sus comunicaciones. A esa luz, ¿puede calificarse como la gran noticia del año que un equipo de investigadores franceses haya logrado descifrar el “código diabólico” de Carlos V, en base a una carta remitida por el emperador a su embajador en París, Jean de Saint-Mauris?

Jorge de Oteiza
Jorge de Oteiza (Foto: Archivo)
Por Álvaro Bermejo
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beralvatelefonicanet/7/7/18

Se diría que la poética visionaria de Oteiza ha resultado profética. Tantas veces me repitió aquello de que el euskera nace de la mano -euskara eskutik jaio da- y de pronto, aparece la Mano de Irulegi. Sobre una placa de bronce del siglo I a.C., cinco palabras. Grafía derivada del signario ibérico, pero sólo una palabra reconocida, la primera voz vascónica de la que tenemos constancia escrita: Sorioneko -buena fortuna-.

Masha Amini
Masha Amini
Por Álvaro Bermejo
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beralvatelefonicanet/7/7/18

Hair for freedom -pelo por la libertad-. Bajo esta consigna miles de mujeres de nuestro civilizado Occidente cuelgan en sus redes videos en los que aparecen cortándose un mechón de su cabellera en solidaridad con la joven iraní Masha Amini, muerta tras ser detenida por llevar el velo de una manera “inconveniente”. Me propongo hacer lo mismo: cortarme el pelo, pero no un mechoncito testimonial, sino en su integridad, hasta llegar a la raíz de la cuestión.

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