Rey Mago Baltasar

“NOCHE DE REYES”

beralvatelefonicanet/7/7/18

sábado 11 de enero de 2025, 12:11h

Lo que suena podría parecer una balada de los Apalaches en la voz de una mezzosoprano fantasmal, una melodía del viejo Broadway cruzada con rock psicodélico, o, simplemente, una canción del alma fuera de todo tiempo y lugar. Escuchar a Josephine Foster es toda una experiencia al margen y en los márgenes de lo convencional. La idónea para iniciar este nuevo año al lento vibrato de su ‘I’m a dreamer’.

Quizá los sueños más profundos nazcan de una disonancia. Una distorsión electiva, como la que ahonda su voz, buscando esa armonía oculta, siempre inesperada. ‘This Coming Gladness’ -esa alegría venidera-.

Sucede en las antípodas de nuestro menú catódico de Navidad. Copa en alto, la masa rumiante normaliza lo sencillamente delirante. La farsa del bienestar salpimentada de espumillón, la gran bacanal de lo cutre y lo hortera, la exhibición de caspa y casquería a golpe de campanas, los mejores deseos urbi et orbi. Y para hacer más entrañable la fiesta los cazabombarderos del espanto poniéndonos al día en las masacres cotidianas, tanto da en Gaza, en Ucrania o en el último conductor suicida disfrazado de Papá Noel.

¿Qué clase de mundo estamos celebrando? Noche de Reyes. Pobres niños condenados a codificar su fantasía, su inocencia, sus sueños, en el escaparate de unos grandes almacenes. A papá y mamá no les da para más. Josephine Foster tuvo suerte. La dejaron ser niña. Generó una aversión rusoniana hacia los rebaños, incluida la música pop. En cuanto a la clásica, ¿qué se puede esperar de unos tiernos oídos que escuchan por primera vez a Debussy en la voz de Barbara Streisand?

Justo eso. Una cantante que descubre la ópera como una experiencia sobrenatural. Y deserta, porque no le permiten cantar desafinando. Desafinar para disentir y seguir sintiendo. Ser libe hasta encontrar la voz propia. De nada adolecemos más en el estremecedoramente unidimensional mundo actual. Nada nos acucia más que aprender a soñar a la manera de Josephine Foster. Ahora poniendo música a la poesía de Emily Dickinson. Luego cantando a su manera un soul andaluz o un lieder de Schubert.

“Una estrella de plata marca el camino de los tres Reyes Magos”, escribe Rimbaud. ¿Quiénes son, para el poeta? El alma, el espíritu y el corazón. Todo lo que vibra en la voz de Josephine mientras nos recuerda que lejos, muy lejos de la barbarie ambiente, se abre una tierra prometida. Sólo para los que aspiran a ser reyes de sí mismos. Tanto más disonantes, más necesarios. Pura vida en vena.