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Miguel de Cervantes Saavedra
Miguel de Cervantes Saavedra (Foto: Archivo)

Una joya documental sobre el cordubense Pedro Díaz de Cervantes, comendador de la Villa de Alcalá de Henares, nombrado por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517), para regular la vida de la Universidad de Alcalá de Henares

«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
lunes 12 de septiembre de 2022, 12:00h

El distinguido historiador Ramón González Navarro, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, autor de los magníficos libros, entre ellos, La fachada de San Ildefonso: un nuevo relato visual de una universidad en el siglo XVI (2017), En torno a 1547: La Alcalá de Cervantes (2006), Fernando I (1503-1564): un emperador español en el Sacro Imperio (2003), Felipe II y las reformas constitucionales de la universidad de Alcalá de Henares (1999), Universidad y economía: el Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares (1495-1565), (1998), «Los Colegios Menores de Gramáticos: San Eugenio, San Isidoro y San Leandro» en Colegios Menores Seculares de la Universidad de Alcalá (2012), 1-35, y «Un ejemplo de corrupción universitaria en el siglo XVI: la falsificación de dos títulos de Bachiller» en Escrituras silenciadas en la época de Cervantes (2006), 525-533, redescubrió una nueva joya documental, después de 71 años, dejada en el tintero por los biógrafos cervantinos, tocante al cordobés Pedro Díaz de Cervantes, comendador de la Villa de Alcalá de Henares, quien fue nombrado por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, gobernador del Reino de Castilla (1516-1517), para regular la vida de Complutensis Universitas (1499-1836).

La perla documental del documentalista González Navarro reza que:

«el comendador Cervantes asentó a primo día de deziembre de Mil Quinientos Ocho años y haze este asyento fasta XXX de enero de Mil Quinientos Onze años que se quedo en Talavera y libraronsele Sesenta y Dos Mil ducados a razon de Treinta mil maravedis cada año quedo se le a deber a este todo el mes de enero de Mil Quinientos Onze años porque no lo pidio cuando se quedo en su casa» (R. González Navarro, En torno a 1547, 85).

El ejemplar Cronista oficial de Alcalá de Henares, Manuel Vicente Sánchez Moltó, galardonado con la Medalla de Oro de la Ciudad de Alcalá de Henares, concreta que:

«seguramente en 1508, en su calidad del Señor de Alcalá y su tierra, Cisneros nombró como corregidor y justicia al comendador de la Orden de Santiago, Pedro de Cervantes. Este, a su vez, designó como teniente de corregidor a su pariente, el licenciado Juan de Cervantes, originario de Córdoba, quien se estableció en Alcalá con su familia» (M. V. Sánchez Moltó, «Las “Cervantas”…», 185).

Al lado de ello, el benemérito González Navarro explica que Pedro «aprovechaba la oportunidad de nombrar a Juan, abuelo paterno de Cervantes, teniente de corregidor» (R. González Navarro, En torno a 1547, 85), y el biógrafo cervantino Alfonso Dávila Oliveda declara en su excelente estudio: «Las universidades de Alcalá y México en el siglo XVI: el patrocinio de la monarquía y la familia Cervantes» en Historia universitaria de España y América, (2016, 447-484), que:

«don Pedro ejerció la función con gran efectividad durante tres años, hasta enero de 1511, fecha en la que pasó a desempeñar el mismo oficio en la ciudad de Talavera, ya que no se podían ejercer los puestos de corregimiento y gobernación, en la misma villa, por períodos de tiempo superiores a los tres años de mandato» (A. Dávila Oliveda, «Las Universidades…», 21).

A continuación, me queda por añadir, fundamentándome en la documentación fiable, que el «magnífico señor» licenciado Juan de Cervantes (1470-1556), abogado del Real Fisco del Tribunal de la Santa Inquisición de Córdoba, abuelo paterno del glorioso Manco, quien desempeñó el puesto de teniente de corregidor desde 1509, conocía muy bien al comendador Pedro y a su familia. No obstante, se desconoce cuándo, dónde, y en qué circunstancias se conocieron Pedro y Juan, sobre qué asuntos hablaban y qué clases de negocios rentables emprendían. De igual modo, se ignora cuándo y dónde Pedro entabló amistad con el cardenal Cisneros, iniciador y financiador de la conquista de Orán, mayo de 1509, bajo el mando del almirante navarro Pedro de Navarra (1460-1528), inventor de la mina terrestre.

Añádase a esto, que hasta ahora no se documenta la participación de Pedro Díaz de Cervantes y Juan de Cervantes en las campañas en el Norte de África (1509-1511), las batallas durante la Guerra de Granada (1482-1492), la Primera guerra italiana (1494-1498), y la Guerra de Nápoles (1501-1504), ejecutadas bajo el capitán general de los ejércitos de Castilla y Aragón, Gonzalo Fernández de Córdoba y Enriques de Aguilar (1453-1515), «Gran Capitán». Igualmente, se desatiende su colaboración en la Guerra de los Cuatro Años (1521-1526) y en la Guerra de la Liga de Cognac (1526-1530) durante el reinado del emperador Carlos I de España (1500-1558), «el César».

En resumidas cuentas, el precioso testimonio sobre Pedro Díaz de Cervantes, localizado por el benemérito investigador Ramón González Navarro, brinda especial interés para la reconstrucción de la trayectoria vital del licenciado Juan, así como para la Historia de España, Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá de Henares, y la biografía del arzobispo de Toledo y Primado de España, Francisco Jiménez de Cisneros, fundador de la Universidad Cisneriana (1499), cuyas investigaciones todavía quedan abiertas. Sin duda alguna dicha prueba legal debería divulgarse, rectificando así los grandes desaciertos, en las enciclopedias, libros de enseñanza y revistas electrónicas. ¡Enhorabuena!

«Laus in Excelsis Deo»,

Krzysztof Sliwa

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