En la cena de Nochebuena de 1970, Emiliano Quesada, un antiguo terrateniente, muere ahogado con su plato favorito. Este incidente provoca que surjan rumores sobre un mal de ojo que ha caído sobre la familia, del cual ningún miembro podrá escapar.
Casi tres décadas después, en la madrugada del 18 de diciembre de 1999, Isabel recibe una llamada informándole que su hermano Santi ha fallecido esa noche al atragantarse durante la cena navideña en su trabajo. Esta noticia sumerge a Isabel en una profunda depresión y revive en su mente el recuerdo del mal de ojo que siempre había rechazado creer.
En 2001, tras haber logrado finalmente recuperarse de la depresión, Isabel se enfrentará a una nueva llamada que desestabilizará nuevamente su vida: un abogado está interesado en adquirir las tierras de la familia Quesada, de las cuales ella es ahora la única dueña. Ante la incapacidad de tomar una decisión, Isabel opta por realizar un último viaje a Albacete para visitar sus tierras, especialmente la casona solariega, lugar al que no regresaba desde el fallecimiento de su abuelo.
A medida que avanza, irá desvelando secretos familiares que habían estado ocultos con gran cuidado durante años. Al mismo tiempo, se enfrentará nuevamente a la amenaza de la maldición de los Quesada, mientras resuena una y otra vez "Pequeña flor", la nostálgica melodía que su tío Saturnino solía interpretar en el clarinete.
Carmen Santos (Valencia, 1958) vivió parte de su infancia y adolescencia en Alemania antes de regresar a España en 1974. Ha publicado hasta el momento siete novelas: "La vida en cuarto menguante", "La cara oculta de la luna", "Días de menta y canela", "El sueño de las Antillas", "Un jardín entre viñedos", "Flor de Arrabal" y "Las cosas de la melancolía" con gran éxito de crítica y lectores. Actualmente vive en Zaragoza. "Los ecos del ayer" es su última obra.
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