Lara Moreno aborda en su nueva novela un concepto esencial y universal situado en el centro de gravedad de muchas familias españolas: la identidad, en qué persona te conviertes, quien eres en realidad cuando has crecido en la cultura de los silencios y los secretos que encierran hechos traumáticos y que tarde o temprano buscarán su salida o resolución para liberar el dolor y la rabia contenida a lo largo de los años.
La muerte de su padre obliga a dos hermanas muy distintas, Rita y Sofía, a compartir unos días en la casa vacía de su progenitor. Poco a poco, este espacio se va poblando de fantasmas personales. El pasado se impone mientras el presente amenaza con desmoronarse. La convivencia entre las dos hermanas durante ese verano será la clave para desentrañar los entresijos de la culpabilidad, las cargas emocionales, las asperezas y los silencios forjados en la familia, que definen la frágil relación entre ellas y con su pasado. ¿Es posible ajustar la propia identidad a las circunstancias y no perderse en el camino? ¿Se puede encontrar algo en lo que creer cuando se han perdido todas las certezas emocionales, individuales, colectivas, familiares, políticas, económicas, e incluso, las certezas sobre uno mismo?
Con una mirada poética capaz de explorar con palabras afiladas lo cotidiano, Lara Moreno nos acerca a una historia lo más parecida a la vida. Una voz que ofrece una sensación absoluta de sinceridad y honestidad, apuntalada por una escritura de gran belleza visual, honda y orgánica, en que el lector va a sentirse golpeado y atrapado.
Un viejo caballito de plástico blanco y azul espera a las dos hermanas cuando entran en casa del padre, un hombre solo que murió hace un año, dejando tras de sí pocos recuerdos y algunas manchas de café en el mantel. Sofía y Rita han venido al pueblo para recoger lo poco que queda de aquellos años en que eran niñas y pasaban los veranos allí, en el sur, cerca de la playa.
Rita, tan esbelta ella, tan hermosa, tan lista, parece dispuesta a despachar el asunto y volver a lo suyo, pero Sofía sabe que esa casa será el refugio donde ella y Leo, su niño de cinco años, van a instalarse para curar un desamor que la ha dejado sin fuerzas. Allí se quedan madre e hijo, paseando esa nueva vida por las calles donde se abren las primeras sombrillas, masticando arroz y fruta limpia, intentando imaginar un futuro que tenga sabor.
¿Y Rita? Rita se va pero vuelve porque hay recuerdos que queman y el rencor pide paso. Finalmente, encerradas en esa casa que parecía muerta, las dos hermanas nos van a contar una historia dura, algo que nadie quería saber, un secreto del que quizá sería mejor olvidarse, y que solo la buena literatura sabe rescatar para que ese dolor, esa rabia y la ternura que de repente asoma sean también nuestros.
Lara Moreno nació en Sevilla en 1978 y creció en Huelva. Vive en Madrid, donde trabaja como editora e imparte talleres de escritura. Ha publicado los libros de relatos Casi todas las tijeras (Quórum, 2004) y Cuatro veces fuego (Tropo, 2008) y los poemarios La herida costumbre (Puerta del Mar, 2008) y Después de la apnea (Ediciones del 4 de Agosto, 2013). Otros cuentos están recogidos en numerosas antologías.
En 2013 Lumen publicó su primera novela, titulada Por si se va la luz, que tuvo un importante reconocimiento por parte de la crítica y de los lectores. En aquel entonces, FNAC la eligió entre los autores revelación del año.
Piel de lobo, su trabajo más reciente, es una espléndida muestra de la madurez narrativa de Lara Moreno, que ha dejado de ser una promesa para convertirse en una de las voces más destacadas de la narrativa castellana actual.
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