La historia da comienzo cuando tres jóvenes regresan a casa de madrugada después de una noche de fiesta en la que el alcohol ha estado presente. En este estado, deciden grabar con el móvil una escena que ellos mismos provocan: tiran dos piedras a la calzada desde un puente de Madrid y esperan a ver qué pasa con los coches. Realmente, no hay excusa para eso, pero los tres piensan que se lo pasarán bien y eso les supone una descarga de adrenalina y una especie de victoria personal. No obstante, hay algo que no sale bien: el conductor uno de los coches pierde el control del volante y acaba dando vueltas de campana. Pero uno de los chicos, Adrián, ni se imagina el alcance de su broma de mal gusto: el coche accidentado es el de los padres de su novia y la madre se encuentra muy grave en la UCI.
Para escribir esta novela, Gómez Cerdá se inspiró en un hecho real que sucedió hace unos años en Madrid. Tras cuestionarse si se trataba de una gamberrada o de un problema social, el autor comenzó a escribir esta obra en la que ha querido reflexionar sobre la culpa, la responsabilidad y la ética, porque considera que “vivimos en una sociedad en la que nadie se siente responsable de nada, más bien tratamos siempre de pasarle la culpa a los demás”.
Esto le sucede a Adrián: debido a sus fuertes sentimientos hacia su novia y el amor que le une a ella, va a ser capaz de cualquier cosa para que ella no se entere de que él ha sido uno de los causantes de que su madre esté a punto de morir, por lo que le mentirá abiertamente, jugando incluso con sus sentimientos o intentando inculpar a sus amigos (quienes demuestran una mayor lealtad como camaradas y no están dispuestos a dejar a ninguno sólo) o a su hermana pequeña (aprovechando que en la noche del accidente había salido de casa sin permiso y sin informar a nadie) para que su novia no le descubra.
De esta forma, Gómez Cerdá incide en un tema candente, muy actual, y que, por desgracia, está en auge entre nuestros jóvenes: la difusión de vídeos por Internet con escenas vejatorias, desagradables e, incluso, delictivas (como ocurre en esta novela) sin pensar en las consecuencias. El hecho de no considerarlas es algo bastante frecuente en la actualidad: podemos ignorarlas al principio, pero siempre tenemos que hacerlas frente. No sirve volver atrás. Si pudiéramos, la historia no avanzaría.
En los cinco días en los que transcurre la novela, asistimos al drama interior de Adrián entre contarle la verdad a su novia o seguir como si nada hubiera pasado, el cual avanza con ritmo trepidante ya que éste camina sobre un terreno inestable sin saber hacia dónde se dirige. Por el contrario, sus amigos muestran símbolos de una lealtad incorruptible que él no dudaría en fragmentar; y su propia hermana menor tiene más claros sus principios morales que él, e incluso que su padre, un abogado que, en cuanto descubre el asunto, maquina un plan que nada tiene que ver con la justicia que tanto ha defendido, sino con la defensa de su hijo.
Y, por primera vez, el 60% de la novela se puede leer de forma gratuita en formato digital, en PDF y como aplicación para iPad o iPhone. Además, los capítulos finales pueden escucharse a través del iPod. Así, Gómez Cerdá busca llevar y acercar la novela a los jóvenes lectores.
En definitiva, una historia muy realista con adolescentes como protagonistas. Habla sobre la honestidad, las mentiras, las consecuencias de los actos cometidos y el tener la conciencia tranquila o no.
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