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Álber Vázquez
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Álber Vázquez: “Los españoles estuvieron por todas partes antes que nadie”

viernes 02 de noviembre de 2018, 20:05h

Álber Vázquez es un escritor que divide su tiempo entre maratones y libros. Las dos cosas se le dan igual de bien. Los géneros literarios que practica, también, se dividen en dos: novela histórica y negra. Ahora, parece que se está decantando más por el primer género. Su último libro publicado es “Muerte en el hielo”, la historia del San Telmo y los españoles que descubrieron la Antártida por casualidad, por culpa de una gran tempestad –parecen que nos persiguen-.

Muerte en el hielo
Muerte en el hielo

El autor de Rentería cuenta la historia de los supervivientes que naufragaron en la Antártida. Los honores del descubrimiento se los llevó el capitán Smith, que reconoció que antes que él llegaron españoles a aquellas heladas tierras. Sin embargo, las autoridades de su graciosa majestad hicieron todo lo posible para ocultarlo pese al reconocimiento del propio Smith. La historia que nos narra es una drámatica cuenta atrás hacia el destino final, que sabiamente maneja Álber Vázquez. En la entrevista, nos descubre varios de los secretos de su novela.

¿Cuál fue el desencadenante para escribir la historia del San Telmo en la Antártida?

Me topé con una historia que merecía una novela y decidí escribirla. Es tan sencillo como eso. La aventura que corrió aquella tripulación es impresionante. ¿Por qué no contarla?

¿Qué es lo que más le atrae de esas heladas tierras?

La hostilidad del entorno, que funciona como auténtico antagonista. Siempre me ha atraído la literatura polar y me consta que no soy el único que siente esa atracción. Existe una especie de subgénero literario relacionado con las expediciones polares y los que las gozamos constituimos una sociedad literaria secreta.

¿Ocurrió con esta historia algo parecido a lo que sucedió en Cartagena de Indias por parte de las autoridades británicas?

Salvando las distancias, sí. El famoso tupido velo que corren, siempre que pueden, los ingleses. Aquí les resultó más sencillo pues les bastaba con mantenerse callados. España, fiel a su tradición, no hizo nada y la historia cayó en el olvido.

El honor que demostró el capitán Smith al reconocer la llegada de los españoles al continente helado, ¿fue algo inusual entre los británicos?

Entre oficiales, las cuestiones relativas al honor se tienen más en cuenta. O al respeto, por decirlo en otros términos. Volviendo a Cartagena, Vernon respetaba a Lezo, por muy enemigos que fueran. Se tenían por lo que eran: contendientes. A quienes lo del honor siempre les ha traído al pairo han sido a las instancias políticas y administrativas. Fue la administración inglesa en Valparaíso la que le pidió a Smith que no contara que había descubierto el pecio del San Telmo.

Si descartamos a los corsarios o piratas, ¿son los marinos personas fundamentalmente honorables?

Los marinos no constituyen un todo uniforme. No es lo mismo la oficialidad que la marinería, ni es lo mismo la marinería que la tropa. Personalmente, provengo de familia de marinos y sí reconozco que poseen un carácter especial, una manera de ser propia y distinta. Que no es ni mejor ni peor, pero sí diferente.

¿Quedan muchas gestas por contar de la historia de España?

Muchísimas. Y si Dios me da salud, me propongo recuperar un buen número de ellas. Soy un hombre de libretas y debo tener unas veinte con historias esbozadas en diferentes estados de investigación y desarrollo. Esto lo sacamos adelante o morimos todos en el intento.

“En el español medio ha calado la leyenda negra inventada, desde fuera, contra él”

¿Por qué cree que no han tenido la difusión que se merecen esas historias?

Porque en el español medio ha calado la leyenda negra inventada, desde fuera, contra él. Una gran parte de españoles está segura de que el pasado de su país es vergonzoso. Y no lo es. No, al menos, más que el de cualquier otro país del primer mundo. ¿Existen episodios oscuros en la historia de España? Claro, y muchos, además. Pero también estos merecen ser puestos negro sobre blanco para comprender nuestra historia en su totalidad. Y sin mentiras. Esto es muy importante. Hoy en día, bien por desinformación, bien por pura idiotez, se tilda de genocida a cualquier participante en la conquista de América. Y esto, sencillamente, no es cierto. No lo es, y hay que decirlo para que quede bien claro.

Últimamente parece que se está decantando más por la novela histórica que por el género negro. ¿Le atraen los dos por igual o está ganando el pulso la historia?

Está ganando el pulso la historia porque en este momento es lo que más me apetece escribir. Mi género negro, por otro lado, es muy poco ortodoxo, lo cual me hace navegar entre dos aguas y eso, en un mercado literario como el actual, resulta complicado.

Los extremeños tienen fama de conquistadores, los vascos de marinos. ¿Va a seguir escribiendo historias sobre los navegantes de su tierra?

Voy a seguir escribiendo sobre la presencia de España en América y eso implica escribir, necesariamente, sobre extremeños y sobre vascos. Y sobre andaluces, tan buenos marineros en una época como los propios vascos.

¿Es difícil escribir una historia que ya se sabe el final?

No creo que lo sea especialmente. Yo sé que el lector sabe cómo va a acabar todo. Bueno, no es un problema. Mi compromiso con el lector es el de contarle una buena historia. Y eso es lo que trato de hacer. Lo que está entre la primera línea y la última es lo que cuenta.

¿Cómo consigue mantener la tensión de la trama y la atención del lector?

La narrativa tiene mucho de oficio, de saber ir soltando la narración a la velocidad adecuada. Es como pescar con señuelo: quizás haya gente con un talento natural para ello, no lo dudo, pero lo que cuenta en este tipo de artes es el oficio y la práctica.

Mi compromiso con el lector es el de contarle una buena historia

La lucha por la supervivencia que describe en su novela, ¿se puede trasladar a la vida cotidiana actual?

Hum... No lo creo. Depende de qué entendamos por luchar por sobrevivir. Si es en el sentido literal, no, claro que no. Por fortuna, en el primer mundo del que somos parte nadie tiene que luchar para permanecer vivo. En otros países, por desgracia, no ocurre así.

Nos ha sorprendido el número de niños que iban a bordo de un buque de guerra. ¿Cuál era el papel de esos pajes y grumetes?

Había muchísimos niños a bordo de los buques, desde siempre. Un grumete es generalmente un niño (aunque no siempre) que desempeña el papel de aprendiz de marinero. Mi abuelo, por ejemplo, se enroló con diez años como grumete y terminó siendo patrón de un barco pesquero. El paje supone un escalafón aún menor. Son chicos para todo que desarrollan cualquier tipo de tarea poco grata, como por ejemplo limpiar. Hay tripulantes que los tomaban bajo su protección y cuidaban de su bienestar.

Hay una cierta crítica por la utilización de niños en buques de guerra y por la diferencia de clases que había entre los distintos estamentos de la tripulación de un barco.

Hay una cierta crítica por todo. Caemos constantemente en el presentismo, en analizar el pasado desde nuestros valores morales actuales. Ya he dicho que mi abuelo se hizo a la mar siendo un niño y permaneció en el oficio hasta su jubilación. Le oí quejarse de tal o cual armador porque no pagaba a tiempo a los hombres, pero nunca le pareció mal embarcarse siendo un niño. Era lo normal y, ojo a esto porque es importantísimo, lo que te sacaba del hambre. Quien critica lo que hoy nos parecería reprobable, es porque no ha pasado hambre jamás en su vida.

El personaje del padre Pizarro es quizá el más estrafalario de todos los protagonistas. ¿Por qué decidió utilizarlo?

Porque necesitaba un antagonista de carne y hueso para que la historia cobrara vida. Dan Simmons, por la misma razón, utilizó, en su novela "El Terror", a un ser fantástico. Los del San Telmo eran españoles, así que bastaba con darle protagonismo al cura. No nos hacen falta seres fantásticos. Nos bastamos nosotros solos.

¿Cuál sería la enseñanza que nos ha querido mostrar en “Muerte en el hielo”?

Dios me libre de incluir cualquier tipo de moraleja en mis novelas. El único mensaje que quiero trasladar es el de "mirad, nosotros hicimos esto; ¿verdad que es la leche?".

Su próxima novela será negra o histórica.

Histórica. Sale en enero en La Esfera de los Libros. También narra un episodio extraordinario, y verídico, de la presencia española en América. Una historia increíble, tan increíble que muchos me la van a poner en duda. Pues no, sucedió. Los españoles estuvieron por todas partes antes que nadie.

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