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Selfie del escritor vampírico Sergi Escolano
Selfie del escritor vampírico Sergi Escolano (Foto: cedida por el autor)

Sergi Escolano: “El mercado editorial está acomodado y las únicas editoriales valientes que se atreven a publicar humor original son pequeñas”

Autor de “Rojo y en botella”
Por Javier Velasco Oliaga
martes 22 de septiembre de 2020, 16:00h

Tras el hábil pseudónimo de Sergi Escolano, se esconde el escritor vampírico –como demuestra su selfie que acompaña la entrevista- de nombre Sergi Escolano. Es el autor de “Rojo y en botella”, una novela negra con tintes muy rojos. Escolano, Físico Teórico e Informático de éxito, dedica su tiempo libre a escribir libros de humor; es por ello, una rara avis de nuestra literatura, ya que según parece está infravalorado el género en nuestro carpetovetónico país, pese a ser el nuestro un país de risa.

Rojo y en botella
Rojo y en botella

Lo mismo ocurre con la editorial Pez de Plata, una de las pocas, por no decir la única que dedica una colección de libros al humor. ¡Bravo por ellos! Es una buena forma de arruinarse. El Esco, otro de los muchos pseudónimos que utiliza el autor catalán, ha pergeñado una novela original, saludable y ecológica. Los vampiros son gente culta y honrada que, en ocasiones, no saben enfrentarse a crímenes mundanos, pese a todos los cometidos. En la novela, veremos cómo humanos, licántropos y vampiros conviven como pueden.

Rojo y en botella” es su tercera novela publicada y la tercera de humor. Parece que va siendo una costumbre. ¿Definitiva o tocará otros géneros como lo hace en la novela?

Para mí la escritura no es una profesión (desgraciadamente) sino un divertimento y como más me divierto es escribiendo humor. De hecho, creo que no sé escribir otra cosa.

¿En qué situación se encuentra la narrativa de humor en el país?

Bien y mal. Bien porque hay un montón de gente que escribe verdaderas maravillas. Y mal porque esas maravillas no llegan al gran público. El mercado editorial está acomodado y las únicas editoriales valientes que se atreven a publicar humor original en castellano son tan pequeñas que no venden más de 500 ejemplares por título. Mientras tanto las grandes sólo publican traducciones de autores que ya han triunfado en sus países, influencers o a Mendoza. Ve a cualquier librería que tenga apartado de humor, que no son todas y eso ya es un mal síntoma, y mira los autores que hay: el 90% son personajillos de la tele con libros de anécdotas, chistes o manuales de “Cómo…”, pero ninguna novela. El 10% restante son autores extranjeros. Me podría estar horas despotricando contra tamaña injusticia, pero tampoco quiero aburrir a tus lectores.

¿Existen más editoriales como Paz de Plata o es la única?

Esto me recuerda a un anuncio de los 80 de fotocopiadoras Xerox. La frase era: “Hay otras copiadoras, pero no son Xerox”. Pues aquí lo mismo: hay otras editoriales, pero no son Pez de Plata. Pez de Plata es una editorial atípica, yo la definiría como suicida. Jorge (el alma mater de la editorial) sólo publica lo que le gusta, sin mirar el punto comercial. Defiende todos sus títulos, aunque hayan pasado años desde su publicación. Tengo conocidos en editoriales grandes que no tienen ningún tipo de comunicación con sus editores. Les hacen caso los primeros dos meses y luego los olvidan. Jorge no actúa así. Te puede estar llamando por una nueva reseña en un blog de una novela que publicaste hace 6 años. Y encima se atreve con el humor. ¡Ha creado una colección entera dedicada exclusivamente al humor! Está como una regadera.

¿Hemos olvidado a grandes genios como Jardiel Poncela, Mihura o Tono, entre otros?

Sí. El humor que más se lee en estos tiempos no está escrito originalmente en castellano sino en inglés. Y lo que también es triste es que después de estos autores la única referencia es Mendoza y, quizás, ya a otro nivel, un efímero Pablo Tusset. ¿En 50-60 años no ha salido ningún otro referente del humor en España? En Italia tienen a Stefano Benni, en el Reino Unido a Prattchet, Adams, Fforde… en USA a Scalzi, Moore… ¿Qué tenemos aquí? Autores buenos, los hay, pero ninguna editorial grande los publicará.

Su novela también tiene mucho de novela negra y, por supuesto, roja. ¿Cómo decidió hacer una novela de género con tanto humor?

El género principal de mis novelas es el humor, pero el humor es un género transversal, necesita otro género en el que darle contexto. En este caso he escogido novela negra porque era el que mejor se adaptaba a la historia que quería contar.

¿Está en los géneros híbridos la posible evolución de la novela negra?

Ya hace tiempo que existen los géneros híbridos. Los géneros no son compartimentos estancos y pueden entrelazarse. Hay novelas negras de ciencia ficción muy buenas, por ejemplo Altered carbon; o histórica, como El nombre de la rosa... Pero el futuro de la novela negra no lo sé. Hace unos años casi nadie leía novela negra nórdica y luego parecía que si no tenías un apellido con muchas consonantes y las vocales con diéresis no podías escribir novela negra. Nunca se sabe por dónde va a ir la cosa.

Novela de humor, negra, de terror… ¿Ha disfrutado por igual imbuyéndose en todas esas ramas de la literatura?

Bueno, terror, terror, no lo hay en mi novela, mis vampiros, licántropos y zombis dan de todo menos miedo. Y sí, he disfrutado mucho escribiéndola. Luego, corregirla ya no es tan divertido.

Su protagonista principal el agente de policía Van Helsing es un auténtico perdedor. Llega a decir en un momento: soy un desastre como pareja, como padre y como policía. ¿Lo tiene todo, hasta el humor?

Van Helsing es un desastre en parte por un trauma familiar: un vampiro mató a su padre y vive obsesionado con eso. Pero también es un desastre porque está en su naturaleza fastidiarla en todos los casos en los que participa. Los videos de sus errores policiales triunfan en youtube e incluso en su ciudad “hacer un Van Helsing” es sinónimo de cagarla estrepitosamente. Aunque vista la inoperancia de la Policía de Nueva Transilvania, él parece un superpolicía. En el país de los ciegos el tuerto es el rey.

“En mi novela quería confrontar dos ciudades como dos estilos de vida y evolución contrapuestos”

Él trabajaba y malvivía en Vetusta. ¿De qué me suena esa ciudad?

Ja, ja. Sí, nos suena de algo. En mi novela quería confrontar dos ciudades como dos estilos de vida y evolución contrapuestos. Nueva Transilvania es la ciudad vampírica, es una ciudad perfecta, rica, tecnológica, básicamente porque los ricos se convierten en vampiros para alcanzar la inmortalidad y residen (que no “viven”) allí. Por el contrario, la ciudad humana (Vetusta) es una ciudad sucia, peligrosa, enquistada, decadente… Buscaba un nombre apropiado y un amigo murciano me sugirió “Alcantarilla” pero me pareció poco sutil. Vetusta creo que es una palabra que podía resumir bien la descripción de la ciudad. Y si además ese nombre ya lo usó Clarín como trasunto de Oviedo (sede de Pez de Plata), era matar dos pájaros de un tiro.

Le encargan un trabajo en Nueva Transilvania. Un humano estaba matando a vampiros, que se han vuelto muy evolucionados y sofisticados. Está claro que el terror le gusta o ha cogido a los vamps como podía haber cogido a los hombres lobos.

La idea de esta novela no nace de intentar escribir una parodia de obras de terror sino de una buddy movie (en este caso un ¿buddy book?). Las buddy movies son las películas protagonizadas por dos personajes, casi siempre de caracteres enfrentados, que deben permanecer juntos para superar una adversidad. Esta idea en literatura no es nueva (un ejemplo claro es Don Quijote y Sancho Panza). En los 80 (cuando yo era crío) y siguientes décadas se filmaron unas cuantas películas de parejas policiales heterogéneas, un subgénero llamado buddy cops: Arma letal, Límite 48 horas, Bad boys, Men in black… Hace un par o tres de años se añadió al catálogo de Netflix una película llamada Bright. La película era bastante floja (parecía hecha para lucimiento de Will Smith) pero la idea me pareció genial: un mundo moderno en el que conviven diferentes razas (en el sentido más Tolkiano) y una pareja de policías, uno orco y otro humano, que tienen que resolver un caso. Quería hacer algo parecido y decidí crear una pareja de polis humano-vampiro.

Ahora que lo pienso los licántropos también aparecen en su novela. Humanos, vampiros, hombres lobos y… androides. ¡Menudo cóctel! ¿Le ha resultado difícil mezclar a tanto ser diferente?

Qué va. Cuantos más seamos más reiremos. Mis libros buscan la risa y cuantos más personajes diferentes haya más fácil será encontrar situaciones que se presten al gag. Por ejemplo, ir a Ikea o celebrar el desfile el Orgullo son cosas normales, pero si es un Ikea de vampiros en el que la mayoría de muebles son ataúdes (con sus nombres escandinavos y que tienes que montar tú, por supuesto) o la celebración es el Orgullo Licántropo pues ahí ya tienes posibilidades para el humor.

¿Una investigación criminal tiene que dar tantos tumbos para que parezca un thriller o lo hace solo para volver loco al lector?

La investigación da tantos tumbos por la inoperancia de los policías. Las pistas que van encontrando son fáciles, pero ellos van dando palos de ciego de manera alocada porque en realidad no tienen ni idea.

Como mercenario informático, en sus ratos libres en los que no escribe, ¿cómo ve el avance de la Inteligencia Artificial? ¿Podrán las máquinas, inteligentes, con los humanos?

La Inteligencia Artificial ha venido para quedarse. Ya está entre nosotros en muchos hechos cotidianos: la publicidad personalizada de algunas webs, texto predictivo, traducciones, filtro de spam en el correo, recomendaciones de libros o películas, reconocimiento de imágenes, reconocimiento de voz, incluso los modelos predictivos de expansión de la pandemia… Pero detrás de su utilización tiene que haber una ética, dictada por humanos. ¿Es ético usar una IA para prever si alguien va a delinquir y condenarlo preventivamente? ¿Es ético no darle un puesto de trabajo a alguien por su predisposición a alguna enfermedad en el futuro? ¿Un coche autónomo puede decidir matar a su conductor en un accidente para salvar a varios peatones? Son cuestiones sobre las que se va a tener que pensar y legislar.

Sobre un posible futuro que se plantea en muchas novelas sobre IAs que dominan al ser humano, creo que nunca se llegará a eso o estamos muy muy lejos… pero igual lo harían mejor que nosotros. Supongo que no meterían la mano en la caja.

En todas mis novelas intento poner personajes basados en seres reales para, mediante la parodia, hacer crítica social

Van Helsing a su llegada a Nueva Transilvania hace pareja con Rebolledo. ¿Se ha basado en alguna pareja de detectives conocida?

Pues la verdad es que no me he basado en nadie en particular, al menos conscientemente. No me gusta que se compare a Van Helsing con Torrente. Yo creo que no es tan exagerado como el personaje de Santiago Segura, que ya entra en el esperpento. Van Helsing es algo facha, pero como muchos españoles de esos que comienzan sus frases con “Yo no soy homófobo (racista, franquista, machista, votante de vox), pero…”. También es torpe pero no es un descerebrado ni garrulo como Torrente. Y a Rebolledo no le veo ninguna similitud con ningún detective conocido. De hecho, en cualquier otro lugar nunca habría podido ser detective.

Muchos de sus protagonistas secundarios se basan ligeramente en personas reconocibles de nuestro país. ¿Esto le permite afilar los dientes para meterse con los políticos actuales y sus muchos casos de corrupción o es una casualidad?

En todas mis novelas intento poner personajes basados en seres reales para, mediante la parodia, hacer crítica social. El caso del político arribista de mi novela, por ejemplo, es una mezcla evidente de dos conocidos políticos españoles. Parodio los personajes, pero al final siempre me quedo corto y el personaje real suele tener un comportamiento más absurdo o mezquino que el de mi parodia.

Incluso hay un cantante de Karaoke, Miguel Söze, que con su canción “Amante, Vampiro” causa sensación. ¿Cómo se le pueden ocurrir tantas casualidades?

Dadas las últimas declaraciones del cantante en que me he basado me doy cuenta de que mi imaginación es bastante limitada y que de nuevo la realidad supera la ficción.

Sin embargo, utiliza a artistas como Camela, el Fary o las Grecas. ¿Sus gustos musicales van por ese camino o es que le gusta la parodia a rabiar?

Estos tres ejemplos no tienen demasiado que ver con mis gustos musicales, aunque los he sufrido mucho involuntariamente. Al hacer parodia tienes que estar muy seguro de que el lector conoce los referentes porque si no la gracia se pierde. Yo creo que estos son bien conocidos por varias generaciones.

Para terminar y por simple curiosidad, ¿es el Bloody-Mary la bebida nacional de estos nuevos vampiros descafeinados?

Mis vampiros son más sofisticados. Son asiduos a los locales de StarVamps y son más de vampucino sin hemoglobina (por si hay intolerancia) acompañado siempre por unos muffins supreme con toppings de leucocitos. Ideal para el brunch.

¿Le ha costado mucho hilar tantas y tantas referencias de nuestro mundo al de los vampiros?

No. Lo que me ha costado ha sido descartar cosas para que no saliera una novela de mil páginas.

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