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Juan Carlos Pérez de la Fuente
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Juan Carlos Pérez de la Fuente (Foto: Alberto Fanego Díaz)

Entrevista a Juan Carlos Pérez de la Fuente: “Leer a Galdós no es sólo conocer a Galdós sino a nosotros mismos"

Director Artístico del Año Galdós de la CAM
sábado 31 de octubre de 2020, 00:00h

En estos tiempos lánguidos, donde los teatros no pueden llenar su aforo por las restricciones sanitarias, hay personas que siguen luchando para que no se vacíen del todo y que la cultura teatral siga resistiendo a esos miserables virus que quieren que nos quedemos encerrados en nuestras casas. Juan Carlos Pérez de la Fuente es una de esas personas que resiste las inclemencias con el mejor ánimo. Charlamos con él para que nos cuente todo lo que ha preparado sobre don Benito, sólo don Benito, para este año que se nos está escapando como el agua entre los dedos.

Fiesta galdosiana en los Teatros del Canal
Fiesta galdosiana en los Teatros del Canal

El dramaturgo talamanques es una persona que vive por y para el teatro. Sin embargo, au primer trabajo fue como ascensorista en el Banco de España a los 15 años de edad. En los ratos libres, entre piso y piso, sacaba de su bolsillo trasero de botones un libro de Stanislavsky y se empapaba de su método ante el asombro de esos banqueros, ¿usureros? que andaban por los salones de tan rancia institución, como el ínclito Mariano Rubio.

La carrera de Pérez de la Fuente ha sido asombrosa en todos sus términos, director del Centro Dramático Nacional, del Teatro Español, del María Guerrero y podría seguir hasta casi el infinito. Ya con 35 años le denominaban veterano director, ahora con 62 le podemos llamar joven director porque sigue manteniendo las ganas y la ilusión de aquellos años juveniles. Desde su puesto como Director Artístico del Año Galdós en la Comunidad de Madrid (CAM) ha preparado varios espectáculos en los Teatros del Canal y una exposición que se abrirá próximamente denominada “El sastre de Galdós”.

Juan Carlos Pérez de la Fuente nos cuenta sabrosas anécdotas del escritor canario y nos anticipa todo lo que tiene previsto la CAM para el año de Galdós que, supongo por la pandemia, deberá prolongarse hasta bien entrado el año que viene. “Cuando don Benito Pérez Galdós llegó a Madrid procedente de las islas Afortunadas tenía 21 años y quería estudiar Derecho, cosa que no le gustaba en absoluto, por lo que se buscó un trabajo como periodista en el diario “La Nación”, donde ejercía de crítico musical en el Teatro Real. Galdós se planteaba en aquellos años: ¿Qué es la música? ¿Dónde hay que buscar la música, el sonido de la vida? Galdós encontraba la solución en la calle, tanto para sus artículos como para sus novelas. Pero esa música, Galdós la escuchaba en un ruido típico del Madrid de aquellos años decía: hay un extraño sonido que lo inunda todo, el sonido seco del martillo al golpear en el clavo al hacer un ataúd”. Cuenta de manera torrencial el dramaturgo madrileño.

Galdós siempre encontraba la solución en la calle

Aquellos eran los años del cólera, 1862 y posteriores, cerca de 800.000 personas morirían por tan cruel enfermedad. Galdós supo retratar ese Madrid enfermo. “Nadie mejor que Galdós conoce eso de la pandemia, ya entonces abogaba por el uso de la mascarilla quirúrgica”, nos recuerda Pérez de la Fuente. Hay muchas facetas de Galdós que no se conocen. En su tiempo, era aborrecido por las gentes de derecha, por su anticlericalismo furibundo, y en la actualidad, es aborrecido por la izquierda. Lo que demuestra que los políticos de todos los tiempos suelen estar bastante desquiciados.

Por eso, hay que leer a Galdós: “leer a Galdós es conocer a Galdós y a nosotros mismos. Su teatro es un diálogo hacia el presente. Mi labor ha sido adaptar sus textos a la realidad actual”, señala el dramaturgo que el próximo domingo estrena “Fiesta galdosiana de Todos los Santos”, precisamente coincidiendo con la festividad religiosa. La obra está dirigida por Ignacio García, con músicas, sonidos y un coro de voces que nos llevarán de la sordidez de las tabernas a la paz de los cementerios.

“Galdós, además de anticlerical, fue un ferviente amante de los animales y antitaurino de pro. “En cierta ocasión, yendo a una finca de Toledo de unos amigos, se encontró con una oveja negra. Esas ovejas no tienen ningún valor porque su lana no se puede teñir y por eso se sacrifican. Galdós se enamoró de la oveja y se la quiso llevar a su casa de Hilarión Eslava. Allí convivió varios años con ella e incluso Gregorio Marañón le ayudó a su manutención cuando Galdós perdió su fortuna. Pasado un tiempo, el conocido doctor le comunicó el óbito del animal a Galdós, éste no pudo reprimir que las lágrimas corrieran por sus mejillas”, recuerda el Pérez de la Fuente.

Ese anticlericalismo galdosiano tiene su más fiel reflejo en su obra “Electra”, estrenada el 30 de enero de 1901. El éxito de su estreno fue tan apoteósico que cuentan las crónicas que fue llevado a hombros, como si de un torero se tratase, precisamente él que era tan antitaurino, hasta su domicilio. Ese anticlericalismo le costó no ganar el premio Nobel en dos ocasiones. En 1912 su rival era Marcelino Menéndez Pelayo y la academia sueca, debido a la polémica anticlerical, decidió dejar sin Nobel a ambos escritores. En 1915, la Iglesia Católica española también medró para que le dejasen sin premio y en esa ocasión fue el poeta y escritor indio Rabindranath Tagore el que se hizo con el galardón literario más importante del mundo..

Otro estamento que odiaba el escritor canario era el de los banqueros versus usureros. Escribió su tetralogía de Torquemada entre 1889 y 1945. Quizá fueron sus mejores libros y, desafortunadamente, muy poco conocidos. Juan Carlos Pérez de la Fuente tiene previsto estrenar la obra “Torquemada” el 18 de diciembre, sobre un texto de Ignacio García May. Una obra fundamental para entender el poder que tiene la banca hoy en día en nuestro país. “Son los grandes triunfadores de la crisis. Galdós reflejó a la perfección ese mundo y ya planteó hacia dónde iba a ir ese estamento en el futuro. Lo que vivimos es un calco de lo que él anticipo. Su personaje Torquemada era uno de los avaros más grande del mundo”, afirma el director.

El responsable del Año Galdós de la CAM había preparado diversas ingeniosas acciones para el año galdosiano, como representar varias microescenas de las obras de Galdós en el Metro madrileño, desgraciadamente la pandemia ha impedido llevarlas a cabo. Esperemos que sólo sea un retraso y se puedan llevar a cabo. Lo que sí abrirá sus puertas será la exposición “El sastre de Galdós (Galdós y Cornejo en su centenario)”, contará de cinco espacios donde estarán representados el despacho de Galdós, su taller, su camerino teatral, un escenario de sus obras y el camión para los traslados.

La idea de realizar actividades en el Metro es maravillosa y entronca directamente con el espíritu de Galdós. “Fue el escritor de la calle. él se inspiraba en la calle por lo que si hubiese vivido en la actualidad, seguro que escribiría sobre el Metro”, apunta el dramaturgo de la bella localidad madrileña de Talamanca del Jarama y agrega “conocía a nuestro pueblo mejor que nadie”.

“El teatro sólo existe cuando se va a él”

“La situación actual del Teatro es muy compleja y está en una situación gravísima. Sólo realmente existe cuando se va al teatro. Ver las salas medio vacías por las restricciones sanitarias es penoso. La cultura es y será absolutamente necesaria pero, por desgracia, no les interesa a nuestro políticos”, sostiene cargado de razón. España no puede ser sólo un país turístico de playa cuando tenemos una de las culturas más ricas del mundo, además España ha sido una potencia teatral desde los tiempos de Lope de Vega. “Por aplicar un símil muy actual, podríamos decir que el teatro es la sala de urgencias del hospital de la cultura. No hay nada más inmediato”, sentencia.

Recordemos que Miguel de Cervantes siempre quiso triunfar como dramaturgo. Prefería sus obras teatrales a sus novelas y siempre sintió celos por el éxito de Lope de Vega y ¡por sus ganancias! Desgraciadamente sus entremeses no tuvieron mucho éxito en las representaciones llevadas a cabo, es ahora cuando se están entendiendo mejor y representando en diferentes teatros, Nueva York incluido.

Juan Carlos lo conoce bien porque ha dirigido obras en corralas de comedia como Almagro o Alcalá de Henares y en teatros de la solera del Español o el María Guerrero, eso sin contar los teatros romanos como los de Mérida o Sagunto. “Tanto lo políticos como la gente de la cultura nos creemos que todo los extranjero es mejor que lo nuestro, cuando esto no es así”, remacha.

“Algo tenemos en el ADN los españoles que, probablemente, desde el 1898 hemos perdido el norte y nuestra confianza en nosotros mismos. Tenemos un espíritu muy cainita. Nos devoramos entre nosotros”, analiza el dramaturgo madrileño y cree que los políticos tienen mucha culpa. “La democracia hay que inventarla todos los días”, subraya Pérez de la Fuente.

No quiere terminar la conversación Juan Carlos Pérez de la Fuente sin hacer constar el humor en la obra de Galdós. “Lo que estamos representando nos hará descubrir que el humor en el escritor canarión es muy importante. No es sólo ese señor aburrido al que las malas lenguas denominaron don Benito el Garbancero. Es verdad que dilapidó su fortuna porque le gustaba vivir bien, pero su sentido del humor se puede apreciar en muchas de sus obras”, concluye el director teatral galardonado con la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes.

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