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Carmen Santos
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Carmen Santos (Foto: cortesía de la editorial)

Entrevista a Carmen Santos: “No siempre basta con luchar. Hace falta que acompañe la suerte"

Autora de “Flor de arrabal”
Por Javier Velasco Oliaga
lunes 07 de junio de 2021, 18:35h

La escritora valenciana Carmen Santos publica en Grijalbo su sexta novela “Flor de arrabal”, un viaje a los escenarios teatrales más importantes de comienzos del siglo XX. Empezando por Zaragoza, ciudad donde nace la protagonista de la novela y donde reside la autora desde ya hace algún tiempo.

Carmen Santos
Carmen Santos (Foto: cortesía de la editorial)

Flor de arrabal” es una historia de superación personal de una mujer que naciendo en un arrabal zaragozano va conquistando a los diversos públicos de media Europa en una época llena de convulsos acontecimientos que son vistos bajo la mirada de la artista. Flor es una mujer valiente y luchadora, entregada al amor y a las tablas de los escenarios. Carmen Santos ha escrito de forma sensible y con un gran pulso narrativo esta historia que nos ofrece un mosaico de la Europa en la primera mitad del siglo pasado. En la entrevista, nos desentraña algún secreto de su obra y nos invita a que nos sumerjamos en la vorágine de su nueva novela.

“Flor de arrabal” es su sexta novela. ¿En qué se diferencia esta obra de sus anteriores?

Diría que se diferencia en que, tras dos novelas escritas en tercera persona, he vuelto a la primera persona de mis inicios. Y en que "Flor de arrabal" tiene un recorrido en el tiempo más largo que las dos anteriores (también históricas). Por último, destacaría además la cantidad ingente de documentación que he manejado para escribir este libro y que con él me he sumergido de lleno en el mundo del espectáculo de los primeros años del siglo XX.

En esta ocasión me parece que ha tardado un poco más de lo habitual en publicar su nueva novela. ¿A qué se ha debido?

Se debe sobre todo al enorme esfuerzo que ha supuesto el proceso de documentación. Y, después, también la escritura. En “Flor de arrabal” tenemos un recorrido por la vida de la protagonista a lo largo de los primeros cincuenta años del siglo XX, en los que pasa por muchas ciudades europeas. Eso se refleja en la forma de hablar de los personajes, en la música que se escucha en cada época y lugar, en la mentalidad de la gente… y, asimismo, el lenguaje debe reflejar la evolución de la protagonista. Todo eso lleva su tiempo.

¿Ha tenido que hacer una labor de investigación mayor que en otras de sus obras?

Desde luego. Documentarme para esta novela ha sido como armar un puzle de muchas piezas. He tenido que investigar sobre los acontecimientos históricos de los primeros cincuenta años del siglo XX, sobre las ciudades en las que vive la protagonista en las distintas etapas de su vida, sobre la música de cada época (en especial sobre el cuplé, que es importante en la primera parte del libro), sobre el mundo de las variedades… En fin, que la investigación para mis anteriores novelas fue exhaustiva, pero la que realicé para esta "Flor de arrabal" lo ha sido mucho más.

¿Cuánto tiempo le ha llevado el proceso de documentación y escritura del libro?

Entre la documentación, la escritura y las revisiones he dedicado a esta novela más de cuatro años.

¿Qué fuentes ha consultado?

He consultado muchos libros de historia del siglo XX (de Julian Casanova, Santos Julià, Javier Tusell, entre otros), biografías de cantantes como Raquel Meller y Josephine Baker, obras centradas en el cuplé y los locales de variedades… También he pasado muchas horas en la hemeroteca y he consultado hemerotecas online. Y no podían faltar los buscadores de internet. Todos sabemos (o deberíamos saber) que en internet hay mucha basura, pero filtrando los datos y contrastando las fuentes, también se puede encontrar información seria y fiable.

La novela tiene una protagonista, Flor, que es todo un ejemplo de superación. Ya en el título indica sus comienzos, el barrio Arrabal de Zaragoza, hasta el Olimpo de los escenarios. ¿Cómo definiría a su protagonista?

La definiría como una persona perspicaz y muy observadora, dotada de una rebeldía innata que al principio es instintiva y, conforme ella va creciendo, se transforma en una lucha consciente. Una mujer ansiosa por escapar de la vida de miseria y crueldad que le tiene preparado el destino, y con una gran necesidad de amar y ser amada.

Flora es una chica de barrio de una familia desestructurada. ¿Cómo se superan todos estos inconvenientes para triunfar en el mundo del espectáculo?

Del único modo que existe para superar los obstáculos: luchando cada día. Aunque también es cierto que no siempre basta con luchar. Hace falta que acompañe la suerte.

Imagino que le gustará la música de dichos espectáculos. ¿Se ha fijado en alguna cantante o artista de la época?

Para ser sincera, antes de ponerme a investigar sobre el mundo del cuplé tenía a esta música como algo antiguo y casi casposo, pero al escuchar cuplés y ver vídeos en Youtube para documentarme, cambié de opinión. Hay canciones preciosas que los lectores verán incluida en la banda sonora de mi novela. En cuanto a si me fijé en alguna cantante o artista de la época, la respuesta es afirmativa. Mi Flor no es el trasunto de ninguna cupletista real, pero sí tiene rasgos de figuras del cuplé como Raquel Meller, la Fornarina, la Chelito, incluso de la Bella Otero, aunque esta fue anterior a la época en la que despunta Flor como cantante.

“El período de entreguerras fue una eclosión de vitalidad tras la sangría de la Gran Guerra”

¿Qué le atrae del periodo de entreguerras?

El período de entreguerras fue una eclosión de vitalidad tras la sangría de la Gran Guerra, que quedó truncada por el crac del 29, la Gran Depresión y el avance de los fascismos. También hay acontecimientos históricos que guardan cierto paralelismo con nuestra época actual, como la pandemia de “gripe española”, el hundimiento de la bolsa con la crisis económica que trajo consigo (y que tanto se parece a nuestro “crac” de 2008) y la inestabilidad política. En lo positivo, me fascina el ambiente vanguardista y transgresor que había en algunas grandes ciudades como París y el Berlín anterior al auge del nazismo.

Todo eso es un buen material para armar una novela.

Flora, una mujer que nace con el siglo, vive acontecimientos cruciales de principio de siglo como la eclosión del anarquismo, la fiebre española y el desarrollo del fascismo. ¿Todos esos acontecimientos como forjan a una persona¿ ¿Y a una sociedad?

Supongo que a una persona las dificultades la hacen más fuerte o la hunden. En cuanto a una sociedad, no estoy muy segura de que la fortalezcan. También pensábamos todos hace un año que saldríamos mejores de la pandemia y ahora estamos viendo en demasiadas ocasiones que no es así.

Flora es una artista viajera, comenzó en Madrid y Barcelona. ¿Cómo eran los espectáculos musicales de esa época en aquellos salones?

Por un lado estaban los cafés cantantes de poca monta, algunos incluso sórdidos, donde a las chicas se les exigía que alternasen con los clientes entre número y número o al acabar el espectáculo, con todo lo que eso implicaba. Sobre los escenarios se cantaban cuplés de letras picantes y se enseñaba carne hasta donde permitía la censura de la época. Por el otro, tenemos los teatros de nivel, como, por ejemplo, el Trianón de Madrid, al que la gente llamaba “la catedral del cuplé” y donde actuaban las artistas consagradas que tenían un caché alto, como Raquel Meller o La Fornarina. Allí no se practicaba esa prostitución encubierta y se exigía cierto nivel artístico a las coristas. En Barcelona destacaba la avenida del Paralelo, donde había teatros que ofrecían números de baile fastuosos que podían llegar a reunir hasta a cien coristas sobre el escenario.

Siento desde niña fascinación por Cuba

Flora decide dar el paso a Europa. ¿Eran Paris y Berlín la meca para toda artista?

Eran peldaños importantes en la escalera del éxito de aquellas cantantes como Raquel Meller o la Fornarina, por ejemplo, que tras haber recorrido las ciudades más importantes de Europa, llegaron a cantar en Buenos Aires y Nueva York, con gran éxito y unos honorarios importantes para la época.

También viajó a Cuba. Me parece que siempre le ha gustado tratar en sus novelas escenarios exóticos. ¿Me equivocó?

Más que por los escenarios exóticos en general, siento desde niña fascinación por Cuba. Pero he incluido Cuba en la novela porque, en un punto concreto de la trama, la lógica exige que Flor viaje allí. Cuando los lectores lleguen a esos capítulos, comprenderán el porqué.

Para finalizar, la novela está escrita en primera persona. ¿Le ha gustado meterse en la piel de una artista como Flora?

Sí, ha sido fascinante meterme en la piel de una superviviente como Flor y recorrer los escenarios y las calles de las ciudades más interesantes de la primera mitad del siglo XX.

Y no podíamos dejar pasar por alto una historia de amor como la de Flora y el soldado alemán. Personas tan diferentes cómo pueden llegar a amarse en esos tiempos tan revueltos.

Bueno, el amor nace donde menos se espera. Y en el fondo, Flor y Wolfgang no son tan diferentes. Los dos se sienten a disgusto con las vidas que les han sido impuestas por la clase social y la familia en la que han nacido, aunque por razones muy distintas. Además, en tiempos convulsos como los que viven ellos es cuando los amores son más sorprendentes y puede saltar la chispa entre una cantante española y un oficial de carrera alemán.

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