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Philippine González-Camino, Juan Carlos Chirinos y Marta Robles en la presentación de 'Renacen las sombras'
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Philippine González-Camino, Juan Carlos Chirinos y Marta Robles en la presentación de "Renacen las sombras" (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Juan Carlos Chirinos: “El humor en España perdió su prestigio en el franquismo. Se nota que fue un regimen sin una pizca de gracia”

Marta Robles presenta la novela negra "Renacen las sombras", de Chirinos
miércoles 15 de diciembre de 2021, 12:30h

Se ha presentado en el icónico restaurante Commodore la nueva novela del escritor venezolano, afincado en España, Juan Carlos Chirinos (Valera, 1967), "Renacen las sombras", que ha sido publicada por la editorial La Huerta Grande y que han amadrinado la editora y escritora Philippine González-Camino y la escritora y periodista Marta Robles.

  • Juan Carlos Chirinos y Marta Robles

    Juan Carlos Chirinos y Marta Robles

  • Marta Robles

    Marta Robles

Juan Carlos Chirinos
Juan Carlos Chirinos (Foto: Javier Velasco Oliaga)

El escritor en una charla distendida con los periodistas señaló que “la lengua española es un ser vivo que siempre se salva, no hay que defenderlo porque lo hace solo y, que además, es más plástica que ninguna otra lengua porque se adapta al lugar y al código”. Para Chirinos el español es un idioma imperial que lo puede todo. “No sabría decir donde se habla o se escribe el mejor español. Se escribe igual de bien a los dos lados del Atlántico”, subrayó y añadió que "España es un país muy generoso, siempre me han tratado muy bien”. “Renacen las sombras” tiene elementos de la novela negra, de la gótica y contiene la esencia del realismo mágico al que añade su gran sentido del humor.

La editora Philippine González-Camino ha destacado la elección de Chirinos como autor de La Huerta Grande porque le interesaba el punto de vista de un escritor venezolano: “quería ir a buscar el germen literario de por qué hemos llegado a esta situación con Venezuela —y ha añadido bromeando:— Juan Carlos se había leído La casa de hojas, de Mark Z. Danielewski, y eso para mí fue definitivo”. Por su parte, Marta Robles incidió en la calidad de la obra, en sus muchos niveles de lectura al ser más que una novela negra del siglo XXI, “es una novela con tantas capas como una cebolla” y en que “escribir una mala novela es muy difícil, pero escribir una buena novela es un milagro”. Ambas han coincidido en el especial toque humorístico de Chirinos y en su mezcla de géneros, así como en su especial cuidado en el uso del lenguaje y la influencia del cómic y del cine en el estilo.

Juan Carlos Chirinos, uno de los grandes cuentista latinoamericanos, hizo hincapié en el carácter de novela cruzada o de crossover de Renacen las sombras con el resto de su obra: “esta novela es en realidad la continuación de Nochebosque (2011), y he seguido muchos de los consejos que da la guionista Madeline DiMaggio en Escribir para televisión, aunque mi inspiración es el poeta caraqueño Eugenio Montejo”, señaló el novelista. Chirinos ha confesado que se deja llevar en el proceso de escritura y que, como dijo el escritor y político Miguel Otero Silva, también venezolano, el resultado de un éxito lleva aparejado décadas de vida y “todas esas lecturas de tanto tiempo”, ha remarcado. A esas inspiraciones se le añaden las fuentes provenientes del cómic, como los de Daniel el Travieso o Batman: “el cómic es una de las bellas artes y lo utilizo como una medida de protesta”, ha explicado el autor.

El humor es una parte fundamental de la novela negra

Con respecto a la temática del volumen, que ya tenía escrito en 2011, Chirinos ha dicho que “el mal es más sabroso y los animales que aparecen en el libro son metáfora del mal porque son los que lo ven”, y por eso “los animales son mejores personas que los hombres, salvo en el caso del gorrión, porque uno no puede fiarse de un pájaro que va brincando”, ha bromeado. Además, los sentidos están muy presentes en esta novela, como el del gusto o el olfato: para el escritor, que ha declarado que odia los perfumes “puyuyos”, el sentido del olfato es muy importante, aunque no sabe gran cosa de gastronomía, si bien “yo sé comer, que es como un quod erat demostrandum, como decía Baruch Espinoza”.

Juan Carlos Chirinos, que según dijo “soy muy bueno poniendo títulos a mis obras”, ya es reconocido por la crítica como un maestro en el uso de la lengua española y del lenguaje en general: “Como novelista, creo que mi anhelo es convertir el lenguaje en una manera de ver el mundo y este objetivo comporta un trabajo de muchos años. El lenguaje es la manera de ver el mundo y me ha dado el oficio; me gusta comunicar, pero no me gusta bastardizar la escritura. La belleza no tiene por qué ser críptica. Siempre la solución más simple es la más eficaz”, ha comentado, demostrando su buen sentido del humor y su capacidad para ironizar sobre su propia obra.

El autor venezolano, al que se le nota que disfruta tanto hablando de sus novelas como escribiendo, señaló que “El humor es una parte fundamental en la novela negra. Los grandes escritores lo saben y trascienden los límites de todo. Yo siempre voy a meter humor en mis novelas, además lo haré con ironía y con un poco de mala leche”. “El humor en España perdió su prestigio en el franquismo. Se nota que fue un regimen sin una pizca de humor”, concluyó este artista de las palabras.

Juan Carlos Chirinos (Valera, Venezuela, 1967) es novelista, cuentista y biógrafo. Estudió Literatura en Caracas y Salamanca. Fue finalista del premio internacional de novela Rómulo Gallegos con El niño malo cuenta hasta cien y se retira (2004); con posterioridad ha publicado Nochebosque (2011) y Gemelas (2013). Ha cultivado el cuento en Leerse los gatos (1997), Premio de la Embajada de España en Venezuela; Homero haciendo «zapping» (2003), Premio de la Bienal Ramos Sucre; Los sordos trilingües (2011) y La manzana de Nietzsche (2015). Es autor de las biografías Alejandro Magno, el vivo anhelo de conocer (2004), Albert Einstein, cartas probables para Hann (2004), La reina de los cuatro nombres: Olimpia, madre de Alejandro Magno (2005) y Miranda, el nómada sentimental (2006). En La Huerta Grande ha publicado el ensayo Venezuela. Biografía de un suicidio (2017) y la novela Los cielos de curumo (2019). Colabora con el diario El Nacional de Caracas, Cuadernos Hispanoamericanos, Revista de Occidente y la web Zenda Libros. Sus obras figuran en antologías en Venezuela, España, Estados Unidos, Francia, Argelia, Cuba, Marruecos y Canadá.

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