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"Las hijas de Isabel II, de Cristina Barreiro

Ed. La Esfera de los Libros. 2022.
Por José María Manuel García-Osuna Rodríguez
martes 24 de enero de 2023, 00:00h
Las hijas de Isabel II
Las hijas de Isabel II

Estamos ante una estupenda novela histórica, casi un ensayo, muy documentada, sobre las hijas de un personaje bastante maltratado por la historiografía española, aunque ella hizo todo lo posible para esto ocurriera; aunque, en la actualidad se realizan análisis diferentes sobre esta mujer y sus hijas, todas ellas fueron manipuladas y utilizadas por los diferentes sectores e ideologías del siglo XIX, en las Españas.

Estoy escribiendo, y me refiero a la reina Isabel de Borbón, Isabel II de las Españas, la hija viva del desastroso monarca Fernando VII de Borbón “el Felón o el Deseado”, la cual no estaba destinada para el trono español, porque el soberano debería haber sido su tío-carnal Carlos María Isidro, el candidato regio de los carlistas o apostólicos. En el lecho de muerte, Fernando VII, suprime la malhadada Ley Sálica, y ella, Isabel, asciende al trono. El fin de todo ello serán las tres terribles y sangrientas Guerras Carlistas, que se llevaron por delante a miles de españoles más que válidos. La casaron con su primo Francisco de Asís de Borbón (1822-1902), al que, sin ninguna razón aceptable y demostrable, el pícaro pueblo de Madrid le dedicó una letrilla: “¡Isabelona tan frescachona y Francisquito tan mariquito!”; pueblo de Madrid que incluso criticaría, de forma indecorosa, su patología uretral de hipospadias (anomalía congénita por la que el meato urinario se localiza en la parte inferior del glande o en la unión del escroto y pene). Sea como sea, la regia pareja tuvo varios hijos e hijas, desde el futuro Alfonso XII, hasta las cuatro infantas que contemplamos en esta obra: Isabel “La Chata” (1851-1931), Pilar (muerta a los 18 años. 1861-1879), Paz (1862-1946) y Eulalia (1864-1958).

«Isabel, Pilar, Paz y Eulalia fueron las hijas de la Reina Isabel II. Cuatro mujeres muy diferentes entre sí, cuya existencia transcurrió al servicio de su madre y de su hermano Alfonso XII. Isabel, la Chata, era la princesa castiza; Pilar murió demasiado joven; Paz fue la mujer bondadosa que siempre estuvo pendiente de la familia y Eulalia, la infanta rebelde, nunca dejó de luchar por su libertad. Cristina Barreiro ha recreado sus vidas de novela y ha trazado un recorrido maravilloso a través de un siglo de historia, desde el nacimiento de la Chata en 1851. Con ellas viajaremos de Madrid a París, Londres y Múnich al hilo de guerras y tiempos de paz. Conoceremos a Isabel II, Luisa Fernanda, Napoleón III, Eugenia de Montijo, la Reina Victoria, Sissi, Alfonso XIII o Victoria Eugenia. Asistiremos a la Restauración, el final de los Imperios, el exilio de los Reyes españoles o el ascenso y caída del nazismo en un baile con la Historia. Nos moveremos entre las zapaterías de la calle Desengaño y los fastuosos diseños de Worth. Entre tiaras y aderezos, al son de la Zarzuela, el Vals y el Charlestón, estas cuatro infantas de España nos desvelarán la esencia de un mundo que, tras ellas, llegó a su fin».

La narración es delicada y de una importante riqueza de léxico, la autora conoce perfectamente el alma y la idiosincrasia de estas cuatro mujeres. Está claro, que tenían muy poco que ver entre ellas, porque todas tenían su personalidad diversa y muy acusada, hasta tal punto que parece que no eran hermanas y pertenecientes a la misma familia. La estructura de novela es extraordinaria, ya que no existen casi diálogos, sino exposiciones muy inteligentes y esclarecedoras. Siempre estuvieron; no obstante, lo diferente de sus caracteres, unidas hasta el final de sus vidas, algunas de ellas llegando hasta la mitad del siglo XX. Vieron como su madre era destronada, probablemente sin tenerlo muy merecido; y regresarían años más tarde con su hermano Alfonso XII; cuando se proclame la Segunda República, entre 1931 y 1936, nuevamente la familia real borbónica tiene que salir o irse al exilio, prácticamente con lo puesto, hacia sus raíces primigenias, que están en Francia.

A pesar de todo, se casarán cuando les llegue el momento, se codearán con los tronos europeos del momento, protagonizando, inclusive, escándalos sonados; verbigracia, la infanta Eulalia será la primera infanta que solicitará un divorcio, dentro de la dinastía borbónica, a la par que escribiría un tratado primigenio sobre el feminismo, lo que le supuso un exilio de varios años. Esta gran novela histórica, tan diferente de las habituales, nos ofrece, sin ambages, las luces y las sombras de estas mujeres, solo quedarán tres, que ya eran muy apasionadas, siempre rebeldes y, en toda ocasión, interesantísimas. La obra comienza con el nacimiento de ‘La Chata’, entonces nominada como Princesa de Asturias, en el año 1851, y acaba su rica narración en el año 1958, cuando pase a mejor vida la infanta Eulalia: “… en pleno nacionalcatolicismo, cuando sobrevolaba la duda de si Franco restablecería o no la monarquía”. Isabel ‘la Chata’ siempre ha sido mal estudiada, y se ha transmitido el concepto de que era chabacana y de gusto estético equívoco, pero nada más lejos de la realidad, ya que nunca olvidaría su rango, inclusive llegando a la altivez, además le gustaba el futbol y el automovilismo, y en su palacete se reunía con personalidades del mundo de la cultura, tales como: María Guerrero, Concha Espina y Ramiro de Maeztu, entre otros de mayor o menor enjundia.

Hemos tratado de prestar una atención especial a las alhajas, y al vestuario de las infantas por considerarlos muy característicos de su rango y condición. Muchas de las joyas que se citan -como en el caso de la infanta Paz antes de su matrimonio- están inventariadas, de otras tenemos referencias de las propias protagonistas. Así ocurre con la tiara de las Conchas, obra de la joyería Meyer, tan identificada con la Chata. La corona de perlas y diamantes fue, quizá, la herencia más sentida que Eulalia recibió de sus suegros, los duques de Montpensier. Los datos referidos a dotes y ajuar están extraídos de los diarios de la época”. En suma, he pretendido dar unas pinceladas sobre esta obra que es de mucho interés, y un trabajo acertado y apasionado. «Errare humanum est, sed perseverare diabolicum. ET. Medice, cura te ipsum».

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9788413842516
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