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"Las legiones malditas", de Santiago Posteguillo

B Ediciones. 2022
Por José María Manuel García-Osuna Rodríguez
domingo 26 de febrero de 2023, 00:45h
La legiones malditas
La legiones malditas
Estamos ante otra destacada novela-histórica de la época de Roma, escrita por uno de los mejores especialistas, e historiadores, relacionados con esa época del SPQR-SENATUS POPULUSQUE ROMANUS, tan convulsa y, porque no decirlo, tan interesante y con tanta influencia en el futuro. Deseo destacar, por la certidumbre que parece traslucir el diálogo, el capítulo-95 que retrata, estimo de forma fehaciente, como era el carácter y la más que acusada personalidad de Aníbal Barca “el Grande”, antes de la malhadada batalla de Zama.

«‘UNA OBRA MAESTRA QUE YA ES UN CLÁSICO DE LA NOVELA HISTÓRICA’. Publio Cornelio Escipión solo tiene veintiséis años cuando acepta comandar las tropas romanas en Hispania, heredando así los feroces enemigos de su padre. Sus opositores también le acechan en el Senado de Roma, donde logran forzarle a liderar las legiones V y VI: legiones malditas, constituidas por soldados supervivientes de Cannae, la más humillante derrota de Roma ante Aníbal. En el exilio han perdido el sentido del deber, la disciplina y toda esperanza de regresar a la patria. Pero el joven Africanus y sus legiones malditas están llamadas a cambiar el curso de la historia…».

Un Publio Cornelio Escipión, que tiene ya 26 años, ha obtenido el mando de dos legiones denominadas malditas o desdichada, ya que son aquellas que se han conformado, por parte del SPQR, con los restos de la V y la VI, aplastadas en la grandiosa batalla de Cannas, por las tropas púnicas del gran Aníbal. Sea como sea, ese joven estratega del patriciado romano está consiguiendo grandes victorias en el territorio ibérico, donde ya se está dirimiendo el resultado de esta gran conflagración mundial, como es la Segunda Guerra entre Roma y Cartago. Las tropas africanas están comandadas por tres buenos generales, pero que no tienen la audacia y la inteligencia geniales de Aníbal “el Grande”; se trata de Asdrúbal Barca y de Magón Barca, estos dos, hermanos de Aníbal y, en concreto, el tercero el hermano pequeño y preferido del genial cartaginés citado. El tercer general es Asdrúbal Giscón, el padre de la bellísima Sofonisbaal, general pusilánime y, en secreto, admirador acomplejado de los romanos. Los tres militares africanos, ciertamente desconectados, sucumbirán a las artes militares del futuro “Africano”. Por todo lo que antecede, las envidias en el Senado del SPQR crecen, y el número de enemigos que ya se posicionan en su contra se incrementa; quizás la ética de P. C. Escipión sea muy diferente a la de sus congéneres. La aversión de sus enemigos está encabezada, licencia literaria muy bien traída, por el sibilino y Contemporizador-CUNCTATOR, y antiguo Dictador, Quinto Fabio Máximo. Este último se apaña para que el Senado le conceda, cada vez, menos tropas, intentando así que sus hechos militares le conduzcan al fracaso. Todo ello está en el PROOEMIUM-INTRODUCCIÓN, que no me resisto a introducir, ya que resume, de forma extraordinariamente sucinta, todo el devenir vivencial de aquel joven, que fue el salvador absoluto de Roma, y consiguió que toda la evolución posterior de Europa fuese romana y, por ende, latina, del Lacio o lugar del que provenían los hombres y las mujeres seguidores de la Lupa de Roma.

Publio Cornelio Escipión sólo tenía 26 años cuando aceptó comandar las tropas romanas en Hispania. Su padre y su tío habían muerto durante la eterna guerra que Roma libraba contra Cartago y a Escipión le correspondió dirigir el destino de una de las más apreciadas, y también envidiadas, familias de Roma en medio de los vaivenes de aquel conflicto bélico. Por su juventud buscó el apoyo de su amada esposa Emilia Tercia y del veterano Cayo Lelio, un oficial que antaño prometiera al padre del joven Escipión proteger a su hijo y luchar con él el resto de su vida. Publio Cornelio Escipión contaba con el apoyo de oficiales valientes que veían en él la reencarnación misma de sus legendarios padre y tío que durante años comandaron a los romanos contra las huestes de Aníbal, pero el joven general también tenía enemigos temibles en el campo de batalla, Asdrúbal y Magón, hermanos de Aníbal, y el general púnico Giscón esperaban reunir sus tres ejércitos para masacrar sus legiones en Hispania, mientras que en una intrigante Roma, el viejo senador Quinto Fabio Máximo intentaba aprovechar la interminable guerra para eliminar a todos sus adversarios políticos, entre los que destacaban los Escipiones”.

Me entusiasma la forma de entrar en materia, realizada por el profesor Posteguillo, ya que teje una extraordinaria recapitulación, para ir atando todos los hilos, y de esta forma tener un conocimiento, previo y exhaustivo, sobre todo lo que va a ocurrir en esta nueva conflagración entre dos grandes personalidades de la Antigüedad, como fueron Escipión y Aníbal. “El Africano” tiene muy claro que es preciso llevar la guerra a África y, de esta forma, asustar a los cartagineses en su propia tierra, para forzarles a un tratado de paz, que siempre sea ventajoso para Roma. Los personajes femeninos, aunque quizás tengan algún tipo de hipérbole, son necesarios para el devenir narrativo; entre ellas destacan la esclava egipcia Netikerty, que cuenta con una importante tragedia personal a sus espaldas y, sobre todo, la bellísima Sofonisbaal, hija del cobarde e inútil Asdrúbal Giscón, dueña del destino de reyes y, que no tendrá el más mínimo inconveniente en inmolarse por su patria cartaginesa. S. Posteguillo es un extraordinario especialista literario en la recreación de las batallas; que ha estudiado minuciosamente, por la numerosa y detallada documentación que ha consultado y que conoce a pies juntillas. La trama se centra en Publio Cornelio Escipión “Africano”, al que la pluma ágil de S. Posteguillo va siguiendo, desde su estancia en Iberia-Hispania, luego de su victoria sobre los Bárcidas, ya en la propia Roma, su llegada a la isla de Sicilia, para desde allí trasladar la guerra de exterminio hasta el norte de África, donde se encuentran las ciudades púnicas más conspicuas y, sobre todo la sufriente propia metrópoli Kart/Qart-Hadash-Cartago/Karthago/ La Nueva Ciudad.

Santiago Posteguillo además, de toda la grandiosidad de la narración bélica, nos acerca a los comportamientos y las vivencias personales de los protagonistas. Utiliza el recurso, muy acertado, de incluir escenas tiempo-presente para, de esta forma, crear una mayor cercanía y dramatismo, a ciertos momentos culminantes de lo que se está contando y, de esta manera, poder obtener un mayor impacto y relevancia en lo que se está narrando. Por consiguiente, grandes actores de la Historia de la Antigüedad, grandes hechos de armas, y una extraordinaria forma de relatarlo, dentro de este período decisivo de la Historia, que marcó el futuro de quienes iban a dominar el Mediterráneo, el calificado como Mare Nostrum. Novela-muy histórica y fascinante hasta llegar al sobresaliente, sin ambages de ningún tipo. «Senatorii ordinis, sed qui non dum honorem capessisset».

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