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"El camino de Künig a Compostela", por VV. AA.

Editorial Lobo Sapiens/El Forastero. 2020
martes 26 de agosto de 2025, 21:20h
El camino de Künig a Compostela
El camino de Künig a Compostela
Estamos ante una delicada e inteligente obra sobre el Camino de Santiago, realizada por personas vinculadas al Reino de León y, en ocasiones, a la Asociación cepedana que tanto ha hecho por la cultura de la comarca, y que lleva el nombre de uno de los reyes de León, Ordoño I Ramírez, repoblador de Legio, Amaya Patricia, Asturica Augusta, etc. La monografía presenta unos estupendos mapas que ilustran el relato sobre el Camino Francés o de Santiago y, porque no decirlo, del Reino de León.

«En el final del siglo XV peregrinó a Compostela un monje servita alemán llamado Hermann Künig von Vach, quien dejó escrita una guía de la peregrinación que durante el siglo XVI fue utilizada por multitud de viajeros a Santiago. La guía DIE WALFART UND STRASS ZU SANT JACOB fue impresa por primera vez en Estrasburgo, en 1495, y presenta un itinerario de ida (oberstrasse o camino alto) y otro de vuelta (niederstrasse o camino bajo). En el libro, el monje narra su recorrido, con múltiples indicaciones relativas a las distancias, a las rutas y al trato recibido en los establecimientos de acogida. El texto -que atiende poco a los aspectos artísticos e incluso religiosos- sí posee un gran contenido práctico, con asuntos relacionados con cruces de caminos y distancias, calidad de los centros de atención y hasta orientaciones sobre el tipo de cambio y cómo ahorrar dinero en los pasajes. De todo ello se deduce más la cualidad de Künig como viajero observador que como devoto cristiano. Frente a la narración del CÓDICE CALIXTINO, pródiga en citas religiosas de santuarios y reliquias, la que escribe Hermann Künig se caracteriza por un pragmatismo frío. Apenas en un par de ocasiones -cuando visita las ciudades francesas de Toulouse y Tours- se detiene a hablar de las reliquias; es la única vez, porque cuando llega a Compostela incluso pasa por alto la referencia a las del apóstol Santiago, punto de atracción máxima del fenómeno peregrino».

El trayecto realizado por el monje está perfectamente establecido y estudiado, y se inicia en la ciudad suiza, dentro de la identidad alemana, Einsiedeln, urbe que vio el nacimiento del alquimista Paracelso (1493-1541), quien debe ser considerado como el creador de la química aplicada a la medicina. Esta guía sería escrita por el mencionado monje, Hermann Künig von Vach, en el año de 1495. La obra está escrita con gran sencillez y, sobre todo, en función de su identidad germánica es sumamente práctica, está en verso buscando la mayor facilidad para el aprendizaje, deja muy claro cuáles pueden ser los problemas que se pueden encontrar los peregrinos, y como es de rigor las soluciones que se pueden hallar para ello. Asimismo, recomienda a sus compatriotas que busquen el amparo de otros connacionales, porque siempre será más fácil encontrar cobijo y evitar problemas. Una cita muy conocida es la relativa a la famosa posada o mesón regido por un germano, viviendo en Ginebra, nominado como Pedro de Friburgo. Verbigracia: “Te aconsejo ir donde el mesonero alemán (en Ginebra), vive en la primera casa antes de la ciudad, allí hallas bastante de comer y de beber por un precio moderado y te trata atentamente, el cuidado de ti en todos los asuntos, se llama Pedro de Friburgo”.

Otro caso muy conspicuo, es el del notorio médico alemán llamado Hyeronimus Münzer, quien, en el año 1495, escribe a un compatriota alemán, que se encuentra en Redondela, dentro de la denominada como Vía Portuguesa, para que le proporcione alojamiento, ante la carencia del más mínimo sentido de la acogida en dicha villa. La presentación, sensu stricto de la Guía de Künig es una delicia. “Yo, Hermann Künig von Vach, quiero, con la ayuda de Dios, hacer un pequeño libro que ha de llamarse Camino de Santiago. En él quiero describir caminos y sendas y cómo ha de procurarse comida y bebida cada uno de los hermanos de Santiago y también quiero citar las felonías de los taberneros”. El monje realiza un pormenorizado estudio sobre los detalles minuciosos que, sobre todo en aquel siglo XV, debió ser de un auxilio enorme.

Este libro presenta, entre las páginas 21 y 63, el facsímil total, de la Guía del Camino de Künig, traducido del original con todo rigor por la profesora Mónica Drerup. El Itinerario de Hermann Künig penetra en las tierras de los Reinos de Navarra, de Castilla, de León y de Galicia, por Roncesvalles, luego se llega hasta Logroño, para a continuación mencionar a Santo Domingo de la Calzada y, luego, Nájera. En Burgos cita, sin ambages, sobre la existencia de unos muy buenos 32 hospitales. A continuación, una vez llegado al Reino de León, ya todo son avisos, como por ejemplo en Rabanal del Camino, aunque se relaja intelectualmente cuando llega a la estupenda capital leonesa del Bierzo, que es la villa de Villafranca del Bierzo, donde deja sentado que: ‘el vino se dejaba correr como si fuese un cirio’. Cuando llega a la capital religiosa del Reino de León, Santiago de Compostela, no se entretiene en cantidad, y tras realizar una oración, orienta a los peregrinos como deben realizar el camino de vuelta, por lo que él denomina la vía baja, para entrar en Francia por Bayona, y atravesar la conflictiva, problemática y peligrosa región de Las Landas, luego a la capital de la Gironda, Burdeos, Tours, Orleans, París, Valenciennes, la urbe universitaria de Lovaina, y desde allí para finalizar en la capital del Sacro Romano Imperio Germánico, Aachen/Aquisgrán, donde fue coronado el emperador de los francos Carlomagno. Su obra finaliza con una más que necesaria jaculatoria. “Yo, Hermann Künig (…) he redactado este librito que lleva el nombre de Camino de Santiago. Que Dios permita que yo no muera nunca, si luego no puedo estar eternamente junto a él”. Uno de los capítulos más paradigmáticos es el que realiza uno de los autores, Tomás Álvarez, y que se titula como ‘LA VARIANTE DE LOS MONTES DE LEÓN EN EL TRAYECTO DE KÜNIG’. En dicho texto lo esencial fue que se pudiesen atravesar los Montes de León sin tener que pasar alguna montaña. El mismo se refiere al lugar próximo a Brañuelas, y desde este pueblo se puede descender hasta Cerezal de Tremor, dejando a las montañas a la izquierda.

Para el conocedor de la historia y la orografía de la zona los datos son clarificadores. En virtud de las especificaciones de Künig, el viajero ha de tomar el camino de Santa Marina del Rey. Luego le aconseja avanzar al oeste por un camino que deja a Astorga (Storges) a tres leguas (meilen). En esta parte del recorrido el monje parece utilizar como medida de longitud la legua castellana (5.000 varas, 4.190 metros), equivalencia que se detecta por ejemplo cuando se refiere al tramo entre Ponferrada y Cacabelos (tres meilen); entre las Herrerías y Piedrafita…”. ¡Obra legionense estupenda y novedosa! Ceterum censeo Carthaginem esse delendam».

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