El protagonista recibe un premio de fotografía, Uri un fotógrafo de bodas, gracias a su retrato de Rosa, una mujer enigmática que ha permanecido oculta durante décadas en un paisaje olvidado de la costa de Murcia. Tras volverse viral la imagen, Rosa es encontrada ahogada. Uri empieza a sospechar que la muerte de Rosa no fue accidental y que su fotografía podría haber tenido algo que ver. Impulsado por un profundo sentimiento de culpa, se embarca en la investigación del pasado de Rosa para descubrir qué secretos estaba tratando de ocultar. Treinta años atrás, en 1989, Ana anhela convertirse en actriz y disfruta de una vida plena hasta que se ve atrapada en un horrendo crimen. El asesinato de un vecino revela que solo ella conoce la verdad: su esposo es el responsable. Con el horror apoderándose de su matrimonio, Ana se enfrenta a una difícil decisión entre soportar la violencia o huir. Sin embargo, antes de tomar esa determinación, se le presenta la oportunidad de realizar su sueño: participar en el videoclip de una reconocida banda británica. En la entrevista nos da algunas claves de su libro. Tanto la música como la fotografía son personajes importantes en la novela, ¿cuál de estas dos artes le apasiona más? Imposible escoger, porque son mis grandes debilidades. La música me interesa como objeto de consumo y fenómeno popular. Me gusta saber qué discos salen, ver los videoclips y seguir la trayectoria de los grupos. Pero no sé tocar ningún instrumento. En la fotografía, sin embargo, sí que tengo experiencia porque llevo haciendo fotos desde hace casi treinta años. Cada canción, cada película, encuentra el sitio perfecto en la trama. ¿Cómo consigue el autor que todo encaje como un guante? Hay que tener una cultura muy amplia en el tema o haber investigado mucho… Yo soy muy mitómano, así que no me resultó difícil volcar mis obsesiones en la historia. Muchas de las referencias aparecieron de forma orgánica porque la acción que describía me recordaba a una canción, o porque lo que contaba estaba inspirado en un videoclip. Pero reconozco que he revisado concienzudamente las listas de éxitos de 1988 y 1989 para buscar canciones que encajasen en la trama. Plantea dos líneas narrativas, utilizando la tercera persona para hablar del pasado, y la primera para plantear el presente. Como no puede ser de otra manera, confluyen al final. ¿Siempre están las respuestas en el pasado? ¿Podemos escapar de lo vivido? El pasado es uno de los grandes temas de la novela: hay un videoclub inspirado en Regreso al futuro y el objetivo del protagonista es averiguar qué pasó hace treinta años. Pese a todo, el pasado se borra fácilmente. Rosa, por ejemplo, es una persona que nadie recuerda a pesar de que la han visto millones de personas en YouTube. Elije una mujer soñadora, que vivía en una película, que se trunca de repente. Inocente, pero no se muestra vulnerable; tal vez ingenua, pero que elige vivir sin miedo. ¿Qué destacaría de Ana el autor? Ana y Uri son los dos protagonistas de la historia, y funcionan de manera opuesta. Al principio, Uri es un héroe activo que provoca todo lo que le sucede, mientras que Ana es un personaje más pasivo que está a merced de los acontecimientos. Sin embargo, poco a poco vamos descubriendo que ella es mucho más fuerte de lo que parecía, y veremos lo mucho que está dispuesta a luchar. ¿Morir dos veces, matar dos veces o nacer dos veces? En "Ana que fue pop" se cumplen las tres. De hecho, hay un lugar especial en la novela que cumple una función simbólica relacionada con la vida y la muerte. Es una pequeña cala de Murcia, y cada vez que un personaje se baña allí experimenta un cambio de estado: nace, muere o adquiere un conocimiento superior de la vida. Además, todo apunta a que ese lugar es también el escenario de un asesinato. El fotógrafo apasionado que nuestra su novela ¿cuánto tiene del autor? De alguna manera, ¿quiere poner en primer plano el papel de los secundarios? ¿esos que salen al fondo de la foto y que suelen pasar desapercibidos? Yo también soy fotógrafo aficionado y a menudo he hecho fotos a desconocidos que he conocido en la calle. La imagen de esas personas se ha quedado conmigo durante años sin que yo supiese cómo se llamaban, o cómo eran sus vidas. Esa distancia entre la realidad íntima de una persona y su imagen en una fotografía o en un videoclip es otro de los grandes temas de la novela. En este país -1989- las mujeres tienen el futuro garantizado, pero es un futuro de mierda, una frase similar incluso más dura, se puede aplicar a otros muchos países en 2025. ¿Nos queda mucho por hacer? Mi evocación de los años 80 es poco complaciente porque muestro el machismo que había en la época. La violencia de género se consideraba un problema doméstico y había jueces que justificaban los abusos sexuales. Pero ese viaje al pasado sería gratuito si, como escritor, no buscase paralelismos con la sociedad actual. El machismo y las agresiones contra las mujeres siguen siendo problemas actuales, y creo que estamos obligados a reflexionar sobre ello. ¿Odia más el siente que está condenado a perder o alguien que percibe que el otro es mejor que él? Ambos generan un resentimiento muy tóxico, y los dos están muy de actualidad. En la serie Adolescencia de Netflix, que tanto debate ha generado en 2025, el protagonista odia por los dos motivos.
Un grupo de amigas que utilizan la minifalda como símbolo de lucha por la igualdad, pero que no perciben a tiempo el maltrato que sufre una de ellas y tardan en hacerlo frente, ¿es una contradicción? En parte sí, pero es una contradicción plausible porque siempre hay un salto entre la teoría y la práctica. Reconocer un patrón violento y actuar contra él no siempre es fácil. Está demostrado que las víctimas de la violencia de género la sufren en silencio, con vergüenza y con sentimiento de culpa. Y en los años 80, mucho más que ahora. Ana que fue pop cuenta… La historia de un pueblo que fue construido por el Instituto Nacional de Colonización, el enriquecimiento de los que vieron el negocio de vender las tierras… ¿por qué eligió estos enclaves y qué significan para el autor? Elegí Campohermoso porque es un pueblo sin historia, y eso me interesaba. Se creó en los años 60 en el Campo de Níjar como parte de un proyecto de colonización de zonas despobladas. En una novela en la que el protagonista trata de encontrar respuestas en el pasado, me pareció muy sugerente que todo ocurriese en un lugar que hace tres generaciones ni siquiera existía. … y denuncia el maltrato y la violencia en el hogar, contra hijos y esposa; el abuso de los inmigrantes en la actualidad; la corrupción y la sumisión de los que deben protegernos a los poderosos… y la soledad de los que sufren sin encontrar ayuda ni comprensión. ¿Algún día esto dejará de ser noticia? ¿Hay que seguir denunciando? La novela negra siempre tiene un trasfondo social. Forma parte del género, pero también es necesario porque aporta una mirada crítica. Supone poner la lupa en aspectos de la sociedad que no siempre queremos ver. Todos buscamos, y creemos que tenemos derecho a tener una segunda oportunidad, pero ¿también cuando se desatan los demonios que algunos llevan dentro? Depende del aprendizaje que haya en el camino. Cuando escribí la novela intenté que los todos los personajes aprendiesen algo que les hiciese mejorar. Especialmente los masculinos, que son los más oscuros. Si alguien hace algo mal, le tocará cargar con las consecuencias. Pero si se da cuenta del dolor que ha generado, también tiene derecho a redimirse. Uno de los motores de mi novela es la culpa. Es su primera novela, y ha conseguido que el lector no pueda dejarla a un lado porque engancha… ¿A qué ha dado más importancia el autor? ¿A la trama, al ritmo, a los diálogos, a las descripciones…? Como guionista que soy, lo más importante es la estructura que subyace bajo la trama. En el caso de Ana que fue pop hice un esquema donde me aseguré de que la historia contaba con avances continuos de la acción y giros inesperados, y donde la información se dosificaba para generar suspense. Pero incluso con esas, cuando me enfrenté a la redacción improvisé decisiones de mucho calado. Escribir una novela es un proceso muy largo e inmersivo, y sería ingenuo pretender saberlo todo de la historia antes de empezar a contarla. ¿Le gustaría que el lector parara la lectura para ir disfrutando de los temas musicales que propone…? Sí, claro. La novela está llena de anécdotas que invitan a apartar el libro, meterse en Google y seguir investigando. Cuando escribo, me tomo muy en serio a los lectores y siempre intento que mi historia les aporte algo más que mero entretenimiento. Que de alguna manera sea enriquecedora. En el caso de la música de Ana que fue pop, existe ya una playlist en Spotify con todas las canciones que aparecen.
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