El tema central de esta obra como su propio título nos adelanta “La Deshora” es el paso del tiempo (o sea el famoso carpe diem), y el autor alude, especialmente, a lo largo de estas 68 páginas, a esos pequeños instantes inesperados que la vida nos regala y que tienen algo de mágico o misterioso. Se trata de momentos únicos, auténticos, especiales e inolvidables, aquellos que o bien nos han marcado, con especial relevancia, y nos permiten reflexionar sobre el pasado con nostalgia o bien nos empujan a pensar en un futuro quimérico, o en construcción. De este modo, no es extraño que la imagen de la carátula sea la de una escalera coloreada que bien podríamos estar subiendo o bajando a través de nuestros propios recuerdos o ensoñaciones. Eso sí, dicha escalera aparece rodeada por ambos lados de árboles y flores porque, en cualquier caso, ese tiempo indefinido (del recuerdo, de la nostalgia, de la utopía, de la pregunta o de la reflexión) también cuenta, es bello en sí y nos define. A Cappa para dibujarnos ese TIEMPO le agrada emplear vocablos que giran en torno al campo semántico de la feria (carrusel, noria…) o de los parques. En general, muchos de los términos hacen referencia a espacios abiertos, de este modo tenemos sintagmas como “tobogán de carnavales” o “tobogán de miradas”. En otras ocasiones, el autor escoge palabras como festival, carnaval, laberinto, desfile, revolución, ejército, orquesta, ruleta o puzle (“Gira la rueda del olvido … mientras deshace su puzle de tormentas”). Como veréis son, sobre todo, vocablos que se encargan de transmitirnos la idea de fuerza, cambio, movimiento, juego, aventura o disfrute (“Llegarás con tu ejército de besos”). Y, si analizamos un poco más el lenguaje nos daremos cuenta de que se muestra proclive a usar la palabra “escalera” casi en cada página, y es que esta actúa quizás como resorte o como un eje vertebrador que le confiere entidad a todo el libro: “una escalera de nostalgias sin receta”; “Como una escalera que queda / enroscada en el buzón del tiempo”; “escalera de quimeras”, etc. También percibiremos vívidamente a través de fogonazos o pinceladas en los versos de Cappa: los conceptos de fe y esperanza (“donde un verano nos espera / con su brisa invencible”). Y es que el autor posee fe en sí mismo, en su escritura y en el futuro pese a que este se muestre o sea imperfecto, impredecible o a deshora. Otras temáticas que Cappa explora y sin duda hallaremos en nuestra lectura, junto al principal que es el paso del tiempo, serán el amor, el desamor, la esperanza, la búsqueda y afirmación de la identidad a través de la poesía o la necesidad de decir (“Aúllan las palabras en color”), También la soledad (“Lluvia en el cristal bordando otro secreto / que perfila un reflejo en mi soledad”) o la crítica social. En suma: poesía selecta, muy bien escogida, casi toda premiada, lo que nos da garantías de su valor. Poemas y canciones con sabor cotidiano, frescos, desenfadados, dotados de buen ritmo como nos trasladan los siguientes versos cortos enlazados por la copulativa “y”.
Tiempo atravesado (…) que flota en el espejo y nos llama y nos consuela y nos espera con su tiempo a deshora y su milagro a tientas.
Un tiempo, el nuestro, que es puro milagro o algoritmo y que va hacia delante y hacia atrás, hacia arriba y hacia abajo o incluso gira sobre sí mismo como en un carrusel o noria. Y si todo lo expuesto hasta ahora no fuera suficiente para despertar vuestras ganas de leer este libro, añadiré que las dos líneas finales de la letra “Gaviotas de papel” son hermosas y constituyen una pincelada abierta a la imaginación y a la libertad.
Gaviotas de papel, retazos de mí. Silueta sin piel, escaleras sin fin…
De hecho, no me sorprende nada que este texto final de “Gaviotas de papel” acabara convertido en una canción, interpretada magistralmente, además, por el cantante Kiko Tovar. Os dejo a continuación el enlace para el que desee disfrutarla Gaviotas de papel - YouTube Puedes comprar el poemario en:
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