Durante casi un siglo, la población local aceptó la soberanía de España sobre el Sáhara Occidental. Sin embargo, en la década de los setenta, se propuso un referéndum que permitiría a los habitantes decidir sobre su autodeterminación. Ante esta situación, Marruecos, con el deseo de anexar el territorio, bloqueó la iniciativa al amenazar con una invasión «civil», aprovechando la grave enfermedad de Franco. La decisión del gobierno de Arias Navarro de entregar el Sáhara a Marruecos y Mauritania fue un acto motivado por el temor y significó una traición a los compromisos adquiridos tanto con el pueblo saharaui como con la ONU. Durante su mandato como jefe de gobierno, enfrentó numerosos problemas que no supo resolver. Según usted, ¿qué características definen al pueblo saharaui que impulsan su movimiento nacionalista para que este no fuera detectable hasta mediados del s.XX? ¿Es su idiosincrasia propia o jugó un papel fundamental la potencia colonizadora? El pueblo saharaui forma parte de lo que se denomina “país bidán”, es decir, una amplia zona del noroeste de África caracterizada por tres rasgos compartidos: su fe islámica, su carácter nómada y la utilización de una forma dialectal de la lengua árabe conocida como hasanía. Peculiaridades que comparte principalmente con Mauritania, pero también con algunas partes de Argelia, sur de Marruecos e incluso de Mali. Y lo que le diferencia de todos estos vecinos es el legado cultural que dejó España y ha convertido al Sáhara Occidental en el único país hispanófono de todos ellos. Su obra es rigurosa y está extraordinariamente bien documentada. ¿Qué aporta usted que no se haya contado antes? ¿Venden más los titulares y las consignas que profundizar, como hace Dalmases? Quizá aporta la calidez que da escribir historia sobre tiempos, hechos y gentes que el autor conoció personalmente. Su interés, experiencia como historiador y cercanía a los saharauis le han dotado de unos conocimientos sobre este pueblo que otros no poseen. ¿Qué destacaría de su periodo como exjefe de los Servicios Informativos del Gobierno General de Sáhara? La voluntad de los saharauis de construir su propio futuro pese a la ambición de sus vecinos y la estrecha hermandad que se estableció entre ellos y los españoles. ¿Es fundamental que alguien que ha vivido tantos años en el Sahara nos cuenten bien la historia? Pienso que sí porque quienes nos encontramos en este supuesto investigamos sobre una etapa histórica que conocimos por experiencia personal y gracias a ello podemos interpretar más adecuadamente las fuentes con las que trabajamos. ¿Puede sustraerse el autor al cariño que le despierta este pueblo al que ha dedicado varias obras ya? No puedo, ni debo, ni quiero. En el Sáhara hice amigos que lo han sido para toda mi vida. De hecho, puedo decir que durante el tiempo que permanecí en el Sáhara cambió, y para bien, mi propio itinerario personal
Desgraciadamente sí, aunque puntualizo: traicionado por los sucesivos gobiernos de España, sobre todo por el de Pedro Sánchez, totalmente sumiso a los intereses marroquíes, pero no por los españoles. ¿Ha sido la cobardía de nuestros gobernantes la que, tanto antes como ahora, ha condenado a los saharauis a vivir en un conflicto que parece no tener fin? Por supuesto, si bien para ser ecuánimes hay que añadir a la cobardía de nuestros gobernantes otros muchos factores concomitantes. Sahara Occidental. La colonia que España nunca descolonizó cuenta la historia contemporánea del Sáhara Occidental y el origen de un conflicto que ha provocado que este país haya sido ocupado por Marruecos, pero, ¿qué hay de los sentimientos que le provoca todo esto al autor? El historiador debe ser objetivo y despojarse de sentimientos propios que condicionen su trabajo, pero debo reconocer humildemente que en mi quehacer investigador late siempre, de forma expresa o subliminal, mi identificación personal con un pueblo que desde hace más de medio siglo forma parte de mi propia vida.
¿Su libro es también una denuncia al cobarde sometimiento del gobierno socialista a una dictadura como la de Marruecos? En efecto, una denuncia de la complicidad de un gobierno, para colmo socialista, cuya conducta transgrede manifiestamente sus mismos principios ideológicos. “Creíamos que éramos españoles, como los canarios… Después de tanta decepción, ¿cómo es posible que nos sigan queriendo? Por una razón muy sencilla: porque el pueblo saharaui es plenamente consciente que de la traición de los sucesivos gobiernos de Madrid no se corresponde en modo alguno con la solidaridad activa de la ciudadanía española. Su contribución a la historia, su rigor por contar la verdad queda reflejada en su obra. ¿Qué le queda por hacer a esta sociedad buenista? A la sociedad “buenista” del siglo XXI le corresponde hacer examen de conciencia para advertir sus múltiples contradicciones, dejaciones o complicidades y no solo en el caso del Sáhara Occidental. ¿Cómo se puede proclamar la autonomía de un pueblo y a la vez manifestar que la soberanía corresponde a otro? La soberanía del Sáhara Occidental es patrimonio exclusivo de los saharauis y solo a ellos corresponde decidir cómo quieren que sea su futuro. Como los palestinos en Cisjordania. El Sáhara occidental se ha convertido en la Palestina del Magreb. Puedes comprar el libro en:
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¿Sigue siendo el Sáhara un país constantemente traicionado por una España que debía cuidarlo y protegerlo?
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