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Vicente Valero
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Entrevista a Vicente Valero, autor de “Los extraños”

“Nuestra necesidad de narrar tiene que ver con nuestro temor al olvido”

Por Israel Paredes Badía
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

Tras una larga trayectoria como poeta, ensayista y cronista de viajes, siempre jugando con la ruptura de barreras de géneros, Vicente Valero publica Los extraños (Periférica), una excelente novela compuesta por cuatro relatos, en apariencia independientes, pero que leídos en conjunto crean una obra uniforme y compleja.

(Fotos: Periférica)
(Fotos: Periférica)

-En el tercer capítulo de Los extraños, en la página 132, escribes: “Ninguna biografía, por breve que pueda llegar a ser, carece de laberintos: entrar en ellos conlleva el peligro de no saber salir”. Durante la escritura de Los extraños, ¿has tenido esta sensación al adentrarte en unas historias de las que apenas tenías elementos, sin saber si conseguirías dar forma a sus narraciones?
Sí, y en cierto modo este problema está presente en el relato, convierte al narrador en un personaje más en el entramado de la memoria y la búsqueda. Se parte de la base de que apenas se sabe nada sobre el asunto y cada nueva averiguación es un logro para el narrador.

-Los extraños pertenece a ese tipo de literatura que lucha, desde la narración, contra el olvido, a favor de la memoria. Una suerte de resistencia del valor de la escritura para conseguirlo.
Así es. Nuestra necesidad de narrar tiene que ver con nuestro temor al olvido. Me di cuenta de que solamente yo recordaba a algunos de los personajes del libro, que éstos morirían algún día conmigo definitivamente. De esta inquietud nació ‘Los extraños’.

-El estilo de la novela está muy pulido, cada frase perfectamente elaborada. Sin ornamentos y directa a los hechos.
Intento que la prosa sea eficaz para lo que se propone. En este caso, lo que se propone es dibujar un perfil con pocos trazos, pero un perfil que, pese a su abstracción, debe dar noticia de vidas muy concretas e intensas.

-La novela está construida por cuatro partes que podrían funcionar como relatos independientes, pero que están conectadas internamente más por estilo y por tono que por una conexión argumental directa.
Los relatos son independientes. Lo que los une y los convierte en un único relato es la voz y la acción del narrador, además de los vínculos familiares de éste con los cuatro protagonistas.

-Eliges a cuatro personajes por razones evidentes, ¿había alguna otra historia que descartaras finalmente?
Sí, había un ‘extraño’ más, pero se resistió más que los otros…

-Los extraños es un relato nostálgico pero ausente de sentimentalismo. Melancólico pero no triste.
Más melancólico que nostálgico, me parece. Creo que se percibe bien mi frustración por no haber podido saber más sobre los personajes. Y sobre todo por no haber podido conocerlos.

-Buscas huellas en el pasado pero te aferras a lo poco o mucho que conoces de cada vida, introduces algún comentario, pero intentas en todo momento ser fiel a la información que te han transmitido.
Puesto que intento devolverlos al mundo, me aferro a aquellos recuerdos, palabras y objetos de ellos que yo poseo, que me acompañan, como un pequeño tablero de ajedrez o un libro. O una tumba en Francia. O unas viajas cartas. Los recuerdos son un montón de ruinas que yo trato de ordenar y dar sentido para poder construir algo nuevo.

-Al poco de comenzar la novela dices “una historia familiar construida más con ausencias que con presencias, tejida con hilos largos pero descoloridos, seductora por lo que ocultaba más que por lo que mostraba”.

Lo digo respecto al primero de los personajes, pero lo cierto es que vale para todos.

-Anteriormente has trabajado el ensayo, la poesía, la literatura de viajes, en algunos casos creando obras híbridas. ¿Cómo ha sido el cambio a Los extraños?
En realidad hay un poco de todo aquello en este libro. Mi poesía es intimista y el mundo de ‘Los extraños’ también lo es. En mis ensayos predomina la biografía y la autobiografía, la crónica de viajes, y aquí también están muy presentes estos géneros. Lo que ha cambiado es el lenguaje y el impulso narrativo del mismo para contar las cuatro historias.

-Las cuatro narraciones que conforman Los extraños son historias íntimas y familiares, pero a su alrededor surgen otros personajes, el contexto en que se desarrollan.
Sí, porque se trata de devolverlos al mundo del que ya están casi ausentes, al que ya sólo pertenecen por mi recuerdo de ellos, pero a su mundo propio, con las personas que los trataron, con quienes trabajaron o compartieron su vida.

-Me llama la atención el secretismo que rodea las cuatro vidas que narras. Dentro de la familia hay personajes que han dejado una huella al marcharse y que incomodan a quienes se han quedado.
No, no incomodan. Inquietan porque habitan un mundo desconocido, porque son diferentes. En realidad son admirados, aunque lo que predomina es la compasión.

-En relación a lo anterior, los personajes marchan por diferentes razones, pero son exiliados. Algunos regresan, otros no, pero son narraciones del exilio.
Voluntaria o involuntariamente, por muy distintas razones, deben partir hacia otra vida, deben alejarse del devenir de la familia común. Es propio de los ‘extraños’.

-Y de alguna manera, llegan a ser narraciones fantasmales, de personas que estuvieron, pero cuya estela parece haberse desdibujado en la memoria hasta que se recupera.
Sí, son figuras borrosas, como esas fotografías que guardamos en cajas de zapatos y que miramos con perplejidad.

-¿Has tenido algún escritor en mente a la hora de escribir Los extraños a pesar de la personalidad del texto?
Sí, muchos. Todos los maestros son mis maestros.

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