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"Ante su identidad. La ciudad hispánica en la Baja Edad Media", de José Antonio Jara Fuente (coordinador)

Editorial Universidad de Castilla-La Mancha

Por José María Manuel García-Osuna Rodríguez
domingo 09 de febrero de 2020, 00:30h
Ante su identidad. La ciudad hispánica en la Baja Edad Media
Ante su identidad. La ciudad hispánica en la Baja Edad Media
Realmente la colección histórica de la Universidad de Castilla-La Mancha es de primera calidad, y obviamente en un porcentaje muy alto irreprochable; pero, como en todas las Españas existen tics o tactismos, que provienen del malhadado siglo XIX, y se repiten lapsus equivocados concretos.

EL 1º se refiere a IDENTIDAD E IDENTIDADES URBANAS, donde se comienza con una laudatoria introducción a las Cortes de Ocaña de 1469, en las que se demuestra que todavía los procuradores representantes de los ciudadanos intentaban defenderse frente al rey Enrique IV; a pesar de que se había intentado orillar los derechos conseguidos en las Cortes de 1188 del Reino de León y Alfonso IX, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2013 y 2017, por culpa de los enfeudados Trastámaras de infausto recuerdo y nacidos precisamente con Enrique II el de las Mercedes. Pues bien, no comprendo cómo se nos remite a una nota a pie de página donde se cita, taxativamente, “Cortes de los antiguos reinos de León y de Castilla”, y no siendo precisamente el prof. Nieto Soria un medievalista riguroso, sino más bien un castellanista de pro, y en la página 12 se menciona, mutatis mutandis, “en sí en la Castilla bajomedieval”.

De una vez por todas la referencia obligada, SIEMPRE Y EN TODO MOMENTO Y LUGAR, debe ser a los Reinos de León y de Castilla bajomedievales, no entiendo cómo debemos obligar a la ortodoxia más absoluta para que se entienda, por activo y por perifrástica, que no desaparece León en ninguna circunstancia y en la titulación de los monarcas. Se define en dicho capítulo a la comunidad urbana como agencia unitaria de poder. Tampoco es la prof. Sabaté i Curull un dechado de rigor medieval sino todo lo contrario, salvo que se refiera a Catalunya, en su capítulo 8º, CIUDAD E IDENTIDAD EN LA CATALUÑA BAJOMEDIEVAL.

El 2º EN BUSCA DE LA IDENTIDAD DE LAS VILLAS MEDIEVALES PORTUGUESAS, por la prof. Millán da Costa, que indica que: la identidad de una localidad coincide, en primera instancia, con el reconocimiento por parte de los otros elementos del sistema político de su existencia autónoma. En el Reino de Portugal, las ciudades representadas en Cortes eran: Braga, Oporto, Lamego, Viseu, Guarda, Coímbra, Lisboa, Évora y Silves. No obstante entre 1385 y 1490 figuran en las Cortes portuguesas hasta 123 localidades, designadas algunas de forma espontánea. A continuación se estudia el hecho en la villa de Coruche. 3º, CONSTRUIRE UNE IDENTITÉ DE CAPITALE. SARAGOSSE À LA FIN DU MOYEN AGE, por el prof. de Barraque de la Univ. de Pau. Una de las transformaciones esenciales es la vocación sin discusión de Zaragoza como la capital de Aragón. El trabajo está en francés. Un privilegio muy interesante es el de 5 de febrero de 1129 por Alfonso I el Batallador “Emperador de León y Rey de Todas las Españas, de Aragón y de Pamplona”; paso a paso Aragón va construyendo una identidad propia.

4º, SER Y PERTENECER A LA ÉLITE, por la prof. Guerrero Navarrete, comienza con un texto muy ilustrativo sobre Pedro de Cartagena: “Dejó herencia parva, sin grandes bienes inmuebles, ya que prefirió expugnar campamentos a adquirir riquezas”, que fue escribano mayor de Burgos y regidor de la ciudad Caput Castellae, que es indudable se refiere al panorama urbano de la Castilla bajomedieval. Los nuevos cargos municipales eran mirados con reticencia o rechazados de plano, salvo que fuesen renuncias directas hereditarias de padres a hijos; se menciona el caso de Sancho Fernández de Castro en 1432 para el caso de alcalde. 5º, IDENTIDAD POLÍTICA URBANA: EN LA CASTILLA DEL SIGLO XV, por el prof. Jara Fuente. Como he indicado con anterioridad niego, de forma rigurosa, por inexistente, el término de Corona de Castilla como Unión de Reinos, es anhistórico, y si así fuese el león rampante del Reino de León no estaría en el escudo del Estado de las Españas desde 1230 hasta la actualidad, “porque yo soy la reina e subcessora destos reynos de Castiella et de Lleón”. Se resume este capítulo en que la comunidad de intereses de la época ciudadana bajomedieval, es creada desde arriba por los dominantes, con el monarca de León y de Castilla a la cabeza, pero con aquiescencia de los dominados.

6º, LOS DISCURSOS DE LA CIUDAD Y LA MINORÍA MUSULMANA: EL CASO DE ÉVORA, por la prof. Lopes de Barros. Existe un caso muy ilustrativo en las Cortes de Elvas, de 1361, cuando los ciudadanos elegidos por las ciudades piden al monarca la separación especial de moros y judíos, porque hacían: “alghunas cousas desordinhadas de que os chistaaos recebem scandalo e noio”. Está clara la exclusión de los musulmanes por su derrota en la Reconquista. 7º, LA COMUNIDAD DE LOS CONVERSOS DEL REINO DE VALENCIA. Es el recorrido vital de los hebreos cristianizados desde 1391. 9º, LAS COMARCAS MERIDIONALES DEL REINO DE VALENCIA, prof. Benítez Bolorinos, se analiza el paso de estas tierras del reino de Murcia al de Valencia, y este al global ortodoxo de los Reinos de Aragón o de la asimismo inventada Corona de Aragón. 10º, LA INVENCIÓN DE LA IDENTIDAD DE ZAMORA POR FRAY JUAN GIL, del prof. de Poitiers Charles García, inexplicable e inaceptable que hable de Castilla a finales del siglo XIII, para la ciudad capital continua de las Cortes del Reino de León con Alfonso X el Sabio de León y de Castilla, cortes que se reúnen y legislan por separado, etc, en un texto precioso del fraile franciscano. En suma, libro para leer, saborear y apreciar, lapsus históricos al margen.

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