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Rafael Cabanillas Saldaña
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Entrevista a Rafael Cabanillas Saldaña: “Uno de los actos más bellos del ser humano es nombrar los paisajes que habita”

Autor de "Valhondo"
martes 20 de septiembre de 2022, 12:47h

Rafael Cabanillas Saldaña (Carpio de Tajo, Toledo, 1959), maestro y escritor, asegura que su trilogía "En la raya del infinito" es fruto de una maduración de muchos años, una vida llenándote... hasta desbordarte. Las dos primeras entregas, ambientadas como la tercera en la España vaciada, que es la suya, le han ganado el elogio de la crítica. Ahora llega "Valhondo", un desnudo integral, sin duda, la más personal.

Valhondo
Valhondo

¿Le parece apropiado que se ligue su obra al concepto “España vacía”? Sabe que su utilización ha suscitado polémica.

En una entrevista radiofónica compartida con Sergio del Molino, le felicité por haber acuñado el término, poniéndole el cascabel al gato; aunque yo soy más de la España "vaciada", pues "vaciada" denota intencionalidad. Que es lo que intento desentrañar con mis novelas: las causas del vaciamiento. Pero sin entrar en polémicas: vacía, vaciada, abandonada, despoblada, olvidada... Los españoles somos un pueblo complicado, podemos discutir sine die por una cuestión semántica... y quedarnos ahí.

De un tiempo a esta parte, esa España vacía acapara protagonismo político, mediático, y también literario. ¿Se repara una injusticia?

Sí, se repara una injusticia. Porque vaciar no puede ser sinónimo de silenciar. Al menos, "nos queda la palabra". Y es bueno que este problema de la despoblación del mundo rural haya llegado al discurso político y de los medios. La política se mueve por intereses electorales. La irrupción, por hartura, en el mapa político de partidos regionalistas que obtienen representación parlamentaria ha provocado el interés de los gobiernos y los grandes partidos.

Valhondo forma parte de una trilogía que tiene mucho de autobiográfico. ¿Cómo son esos Montes de Toledo a los que nos lleva y cuál es su relación con ellos?

Los Montes de Toledo son una cordillera de 350 kilómetros, desde Extremadura a sus estribaciones por Albacete y Sierra Morena. Es decir, un tajo de oeste a este a la piel de toro. Con una cultura muy desconocida, que yo quería poner en valor. Nada que ver con folclore, lagrimitas de nostalgia y tradiciones anquilosadas. Ese corte literario de la península ibérica lo comenzó Saramago con su novela Levantados del suelo con la lucha de los campesinos del Alentejo, la continuó Delibes en Extremadura con Los santos inocentes, y yo he querido seguir esa línea en Los Montes de Toledo, creando un paralelo geográfico y literario. Era mi sueño.

En un tiempo de empobrecimiento del idioma, usted recupera nombres, términos, perdidos porque están perdidas las cosas que nominan. ¿El canto del cisne de una lengua?

La lengua es el mayor tesoro cultural de los pueblos. Los escritores debemos ser los albaceas de esa riqueza para que ese léxico no desaparezca. Mal está que se destruya una forma de vida arrastrándolo todo en su muerte, pero tenemos la obligación de salvaguardar esa herencia lingüística. El testimonio, el registro de la palabra. Compatible con el avance y el verdadero y saludable progreso.

Resulta muy llamativa la toponimia, que entiendo es inventada…

La toponimia de esta trilogía es real. Si escribo "Majálasburras", es porque existe. Lo único que he hecho es cambiar su ubicación de acá para allá. Uno de los actos más bellos del ser humano es nombrar los paisajes que habita. Porque en ese acto ancestral, aparentemente sencillo, de poner un nombre, expresa sus emociones, sus miedos, su amor a los animales y a las plantas: Valleinfierno, Valdelobos, Navalagrulla, Valdelinces, Robledo Hermoso...

No sé si con una novela, o con tres, se puede ayudar a detener un proceso de abandono que parece irreversible. Sus libros, ¿son mero testimonio o aspiran a ser un arma?

"Maldigo la poesía del que no toma partido hasta mancharse", decía Celaya. Yo soy de esa escuela. Y mi aportación no será, ciertamente, más que un grano de arena, pero ahí está. Una gota en el océano para llenar océanos. La indiferencia ante los problemas, el mirar para otro lado, el pensar que a ti no te afecta... es uno de los grandes logros de este sistema que nos asfixia poco a poco.

Le han comparado con Delibes, o con el Cela de Pascual Duarte, entre otros. ¿Qué le sugieren esas comparaciones?

Me sonrojan. Estoy a años luz de estos maestros. Pero, a la vez, me enorgullecen esas comparaciones que están haciendo los críticos. Es la mejor alabanza que se puede hacer de mi obra. Dicho esto, ni una palabra más. Porque esas son las dos grandes novelas —Pascual Duarte y Los Santos Inocentes— del abandono y las miserias de la España rural. Antes de que se inventara lo de la España vacía, ya existían Pascual y el Azarías. También los Puerto Hurraco con toda su negrura espesa.

¿Había una voluntad de homenajear a esos maestros?

Quercus, primer título de la trilogía, es un homenaje explícito a Los Santos Inocentes. Tan explícito, que en la página 9 lo escribo en un pie de página, y explico el motivo: Delibes la escribió sólo con comas, mi Quercus sin puntos y aparte. Humilde homenaje, pero homenaje, para que no haya dudas.

¿Le ha sorprendido el éxito de los dos primeros títulos de la trilogía, Quercus y Enjambre?

Mucho. Aunque al escribir Quercus sentía algo muy especial. La pluma fluía como si yo también me estuviera vaciando por dentro. Como si te arrancaras el corazón y lo pusieras encima de esas hojas. Con Enjambre fue un proceso más reposado. Pero ambas fruto de una maduración de muchos años. Una vida llenándote... hasta desbordarte. Una alegría compartida con mi editor, Paco del Valle, de la editorial Cuarto Centenario, que ha hecho un trabajo de orfebre con la trilogía.

¿Qué espera del tercero?

Algunos críticos ya han dicho que es el más bello, el más intimista, el más entrañable. También que, al leerlo, no han podido contener las lágrimas. Con Valhondo he hecho una apuesta radical, de un exhibicionismo extremo, un desnudo integral: el protagonista se llama como yo y su novia como mi mujer. No digo más.

Puedes comprar el libro en:

9788412431247
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