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Rey León y el miedo
Rey León y el miedo

¿A QUÉ HUELE EL MIEDO?

Por Azucena del Valle
¿Se huele el miedo? En la película "El rey león", las hienas temblaban de miedo mirando a Scar; en los álbumes de Astérix, los normandos decían no conocer el miedo e iban en su busca. Azucena del Valle, en su artículo de hoy, nos dice que el miedo puede ser positivo o negativo. A mí, ya me está dando mucho miedo el miedo, no sé a qué atenerme. Espero que nos ayude, su pequeño estudio psicológico para saber interpretar las consecuencias que nos puede traer tener miedo a la vida.

- Puri, ¿tú tienes miedo?

- Vani, si comenzamos por generalizaciones, te diré que sí, pero si quieres que desarrolle habría que empezar por definir lo que es el miedo…

- ¡Ya estamos! Si te da por los distintos sentidos que puede tomar una palabra, es decir, las diferentes acepciones, me va que hoy vas de profunda.

- Es que hay que ponerse en situación para saber de qué hablamos, colega. Miedo es la sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario, pero también el sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea.

- Pero tía, entonces ¿es un peligro o una desconfianza? Porque cuando el río suena, hay que ponerse a cubierto, dicen en mi pueblo. Y yo sólo me refería al miedo a la muerte, al fracaso, a la soledad, a esos movimientos radicales llamados okupas que viven de morro, a que vuelva Pedro Antonio -que diría mi amiga Begoña-, a que te asalte un desalmado, a que te violen a pesar de la edad, al compromiso… porque dicen que el miedo es malo cuando te lleva a una pérdida total de control de tu mismidad y a que acabes como una cabra con ataques de ansiedad y pérdida absoluta de tu autoestima debido a la vulnerabilidad que ostentas.

- Vani, estás suponiendo que el miedo siempre es una emoción negativa y estás errada, porque cualquier experiencia emocional que ayude a resolver situaciones existenciales, no tiene por qué serlo.

- A ese paso, me va a aumentar la presión arterial porque entro en hipervigilancia obsesiva. Ya noto como me sube la adrenalina y la tensión muscular, joder, ¡Qué no quiero tener miedo a nada!

- Te equivocas mayormente, porque el miedo alerta del peligro y ayuda a mantenernos a salvo cuando hay una amenaza física o psicológica cierta. ¿Cómo crees que sobrevivieron nuestros antepasados, temeraria?

- Pero ya no hay fieras sueltas en los parques, un suponer, lo que significa que los estímulos que provocaban miedo a los cromañones también han cambiado… y las conductas de evitación, igualmente, digo yo.

- Lo que no equivale a que dejemos de sentir miedo ante amenazas que trastocan nuestra vida, Vani, como la serpiente del cuento que acechaba a la libélula hasta que ésta fue valiente y voló por encima de ella…

- Pero tía, eso no es fácil. He oído que los depredadores huelen el miedo y se relamen, que disfrutan con el terror que provocan. ¿Es verdad que el miedo huele? Y no hablo de que te micciones encima como hacían los aguerridos gudaris asesinos cuando los detenía la pasma… Muy valientes dando un tiro en la nuca a los desprevenidos y se cagaban de miedo después ante la poli.

- Pues eso sí que huele Vani, que como decía La Tanqueta a su marido, comes de hotel, pero cagas de pensión… Hay experimentos que demuestran que el miedo genera respuestas fisiológicas corporales, además de conductuales. Una persona que siente miedo nota como aumenta su ritmo cardiaco, suda un huevo, puede inhibirse la función estomacal y el intestino alto, se relaja la vejiga y a veces los esfínteres y se le dilatan las pupilas a la vez que libera hormonas como cortisol -que producen las glándulas suprarrenales-, y adrenalina -la llamada hormona del estrés-; ambas alertan al sujeto para que pueda escapar frente a un peligro. O luchas o te das el piro. Y no entramos a hablar de la amígdala ni de otras gaitas como la corteza prefrontal, que esto es una conversación y no una tesis, tía, y quién quiera saber más que lea las investigaciones de Sotres.

- Y no sigas con la dopamina y las endorfinas, que ya me duele a cabeza ¡joder! Yo lo que quiero saber es ¿por qué nos dejamos comer por los leones (léase también leonas)?

- Hay que dar al miedo el valor que tiene como defensa ancestral interiorizada, pero con la convicción de que podemos salir victoriosos en la mayoría de los casos si hemos desarrollado una inteligencia emocional adecuada, sin recurrir a la disociación (huida mental de la situación) ni dejar que ésta nos paralice.

- Pero lo normal es evitar ciertas emociones cuando no sabemos qué hacer con ellas, por lo que, en vez de desaparecer, se quedan sin resolver y entramos en bucle.

- Bucles son los que me voy a hacer mañana en la pelu de Marina, que me va el riesgo y estoy explorando nueva imagen que cause sensación, y a la mierda el miedo a no ser suficiente, a fracasar, a defraudar, a ser rechazada, a no conseguir lo que quiero… Voy a utilizar mis mejores recursos, que son muchos ¡porque yo lo valgo! ¡Voy a disfrutar del miedo! Es hora de tomar las riendas de mi vida sin esperar que los demás cambien. Si siempre haces lo mismo, obtendrás similares resultados y todo seguirá igual…

- Entonces, ¿la conclusión es que la respuesta está en ti mismo?

- Sí, pequeño saltamontes, la respuesta está en ti mismo…

- ¿Y el miedo huele?

- Cien por cien Vani, cien por cien…

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