“Nostalgia, una era imaginaria”, de Gabriela Guerra Rey

El subtítulo que abre la portadilla del volumen anticipa su contenido general: “Un estudio de la nostalgia en la novelística del exilio del escritor cubano Eliseo Alberto Diego (Lichi)” (1).

Aunque la destacada y multipremiada autora de estas páginas hace especial hincapié en tres novelas de su referido compatriota - La eternidad por fin comienza un lunes. O El Grande Viaje del Cisne Negro sobre los lagos de hielo de Irlanda (1992); Caracol Beach (1998); La fábula de José (2000)- y el estrato sobre el que se asienta el conjunto de la obra es el complejo sentimiento de desarraigo y soledad que experimentaron y siguen sufriendo en carne propia todos aquellos que tuvieron que abandonar por causas políticas, sociales o económicas la famosa isla del Caribe, la óptica de Guerra Rey es todavía de mucho mayor alcance.

Aspira -y lo logra con creces- a determinar el sentido de ese peculiar sentimiento/padecimiento que es privativo de nuestra especie desde tiempos inmemoriales y coetáneo en todo lugar.

No casualmente adjudica en las primeras páginas (pp.17 y ss.) de su ensayo a la homérica figura de Ulises el rol de precursora del tema general que aborda Nostalgia, una era imaginaria (2), cuando tras veinte años desde su partida recién el héroe logra tornar a su reino, Ítaca, sorteando los riesgos de una década de guerra hasta destruir Ilión y otra más vagando peligrosamente por el mundo que conocían o imaginaban los antiguos griegos.

Toda obra perteneciente a este género tiene como meollo responder o intentar responder a una pregunta que se hace el ensayista respecto de un tema dado, explorando sus peculiaridades y fundamentando sus opiniones con una argumentación comprobable y de intención propedéutica.

¿Qué es la nostalgia, estando fuera de Cuba y también en todo tiempo y lugar?, es el interrogante que enfrenta Gabriela Guerra Rey, ella misma una exiliada, como lo fueron tempranamente los independientistas José María Heredia y Heredia (1803-1839), José Martí (1853-1895) y Ana María Betancourt (1832-1901). Tras los sucesos revolucionarios acaecidos el 31 de diciembre de 1958, con el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista Zaldívar​ (1901-1973) y la caída del poder en manos de Fidel Alejandro Castro Ruz (1926-2016) y sus seguidores, siguió una larga lista de afines que se vieron obligados a buscarse una nueva patria y vérselas con una recién adquirida nostalgia, muchos de ellos también escritores.

El listado completo sería extenso: Eliseo de Jesús de Diego y Fernández Cuervo (1920-1994), padre del escritor cuyas novelas aborda la autora; Lorenzo García Vega (1926-2012), Guillermo Cabrera Infante (1929-2005), Reinaldo Arenas Fuentes (1943-1990), Belkis Cuza Malé (1942), Guillermo Rosales (1946-1993), José Abreu Felippe (1947), el mismo Eliseo Alberto de Diego García Marruz (1951-2011), Ricardo Pau-Llosa (1954), Daína Chaviano (1957), Nilo Cruz (1960), Rodolfo Martínez Sotomayor (1966), Juan Francisco Pulido (1978-2001)… por razones de espacio me detengo aquí, no sin antes resaltar que la nostalgia, sobre cuyo sentido y principales características se pregunta el ensayo de Guerra Rey, es una de las socias fundadoras de lo que se da en llamar la literatura cubana del exilio, ya casi un subgénero de la narrativa, la poesía, el teatro y la ensayística que se ocupan del fenómeno cultural, social, político y económico que le dio lugar en las letras internacionales.

Se entiende así algo mejor la importancia de la pregunta -y de la acertada evaluación y concreción de una respuesta posible- que formula Gabriela Guerra Rey en Nostalgia, una era imaginaria, cuando el sentimiento que aborda su ensayo posee características tan especiales y únicas, absolutamente diferentes de las que se le adjudican a términos que muchas veces son entendidos como sus sinónimos, sin serlo.

Tal el caso paradigmático de la melancolía, otra hija de la memoria, pero que es un estado del espíritu disparado por el recuerdo apesadumbrado de sucesos que van desde lo desagradable hasta lo horrendo y que es capaz de paralizarlo y aun reducirlo a su más mínima expresión. Mientras tanto, la nostalgia es una emoción liberada sobre la base de añoranzas tanto de lo no grato como de lo dichoso y puede generar una dinámica, un impulso hacia lo creativo que puede plasmarse en obras, sumándolas a lo existente, enriqueciendo el mundo como lo han hecho las novelas de Eliseo Alberto revisitadas por Gabriela Guerra Rey y ella misma, con su ensayo recientemente publicado por Ediciones Equidistancias.

Un variado ejemplo de cómo el alma es apta para la resiliencia y la superación del infortunio que significa encontrarse lejos de todo lo amado y conocido desde la cuna, cuando el ostracismo era, en la antigua Grecia, cuna de toda la civilización occidental, mucho, pero mucho más temido que la mismísima muerte.

La autora

La escritora, guionista, periodista y editora Gabriela Guerra Rey nació en La Habana, Cuba, el 15 de octubre de 1981 y se radicó en México en 2010. Se desempeñó en periodismo y guion cinematográfico en distintos medios de Cuba, México, y España, entre otros países. Entre sus obras publicadas se cuentan: Monte y ciervo herido (divulgación científica, en colaboración con Félix Guerra, Cuba, 2010); Nostalgias de La Habana, Memorias de una emigrante (testimonio, Argentina, 2017); Bahía de Sal (novela, España 2017, México, 2018, Argentina, 2019); Luz en la piel, cinco voces de mujer (novela, España, 2018), Hellena en todas partes (novela epistolar, México, 2019 y 2021) y El sermón de la montaña (2023). En narrativa breve: Antología de cuentos iberoamericanos: Los cuentos que Pessoa no escribió (en coedición con Mayda Bustamante, edición bilingüe, para España y Portugal, 2018-2019); Los amores prohibidos de la muerte (España, 2019); Borges, el hombre que no sabe morir (junto a los escritores Froilán Escobar y Andrey Araya, Argentina, 2021) y El libro de los destinos inciertos (cuentos, 2022).

Ha recibido el Premio Juan Rulfo a primera novela por Bahía de Sal, otorgado por el Instituto Nacional de Bellas Artes de México (2016); el tercer premio del OCC Mundial de Recursos Humanos por el reportaje de género: Tres mujeres una historia, publicado en la revista Inversionista, México (2014) y el Segundo premio de la Unión de Periodistas de Cuba en el concurso nacional 26 de Julio, por el análisis sobre la crisis económica internacional de 2008, publicada en Agencia de noticias Prensa Latina (2009).

NOTAS

(1) El poeta, novelista, guionista y periodista Eliseo Alberto de Diego García Marruz, hijo del poeta cubano Eliseo de Jesús de Diego y Fernández Cuervo (1920-1994), nació en Arroyo Naranjo, Cuba, el 10 de septiembre de 1951 y falleció en la Ciudad de México el 31 de julio de 2011.​ Se exilió en México en 1990 y tomó la ciudadanía de ese país en 2000. En poesía son de su autoría los títulos: Importará el trueno (1975); Las cosas que yo amo (1977) y Un instante en cada cosa (1979), mientras que en novela publicó La fogata roja (1985); La eternidad por fin comienza un lunes. O El Grande Viaje del Cisne Negro sobre los lagos de hielo de Irlanda (1992); Caracol Beach (1998); La fábula de José (2000); Esther en alguna parte (2005) y El retablo del conde Eros (2008).

(2) Ediciones Equidistancias (Buenos Aires-Londres), ISBN 978-987-48663-7-0, 205 pp., Buenos Aires, 2023. https://www.equidistancias.com/ [email protected]

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