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"Cromwell contra el Imperio español", de Porfirio Sanz Camañes

Ed. Actas. 2022
Por José María Manuel García-Osuna Rodríguez
viernes 17 de noviembre de 2023, 18:17h
Cromwell contra el Imperio español
Cromwell contra el Imperio español
Cuando uno contempla a este personaje, Oliver Cromwell, puritano por antonomasia, y con una importante carga de autoritarismo, no puedo por menos de recordar a otro de su misma catadura moral, y que hizo mucho daño a la Historia, y, en este caso, me estoy refiriendo a Marco Porcio Catón “el Viejo”, llamado, por serlo, “el Censor de Roma”, vigilante de las costumbres de los romanos de su época; y siempre militando en el partido de los optimates.

Nacería en Tusculum, al noreste de la moderna ciudad del Lacio de Frascati (año 234 a.C.), y fallecería en Roma (año-149 a.C.), ya con la provecta edad de 85 años. Además, la calidad de esta obra se incrementa, por el rigor que realiza siempre la editorial Actas, en todas sus obras. Y, cómo sería de esperar, este rigorismo religioso cromwelliano tan fanático, necesitaba un enemigo para volcarse contra él, y con el que no coincidiera en nada; por lo tanto, a pocos kilómetros se encontraban los odiados papistas o católicos romanos, con su mayor representante en el Imperio de las Españas.

«Cromwell contra el Imperio español se centra en la figura del estadista, del parlamentario, del soldado, del puritano y del contrabandista, teniendo en cuenta sus aciertos y fracasos, con objeto de analizar tanto la política exterior desplegada por la Inglaterra de su tiempo en Europa como, sobre todo, con respecto a España. Oliver Cromwell fue la verdadera estrella del espectáculo militar entre 1645 y 1649 y su ascenso al poder no tuvo precedentes. Oficial del New Model Army durante las Guerras Civiles y líder del ejército parlamentario desde 1649, derrocó a Carlos I y abrió una nueva etapa en la historia de Inglaterra. Sus campañas victoriosas en Irlanda y en Escocia, así como los éxitos de la guerra con los neerlandeses, convirtieron a Inglaterra en un gran cuartel, un Estado militarizado, con apariencia de solidez en lo político e intransigencia en lo religioso. La mirada se dirigió contra el Imperio español en América a partir de 1654. La seguridad de Inglaterra, la religión, la situación financiera de fondo, los intereses estratégicos y los de carácter comercial fueron aspectos que habían condicionado notablemente las relaciones entre ambos países mientras el nuevo panorama político surgido tras Westfalia y la guerra anglo-española de 1655 abrieron una nueva singladura en las relaciones entre Londres y Madrid, que se iban a necesitar mutuamente a partir de la década de 1670 para detener las aspiraciones políticas franceses. Cromwell contabilizó algunos logros importantes en política, sin embargo, no consiguió consolidar un sistema político estable tras la monarquía, ensayando -en el transcurso de una década- formas de gobierno distintas que incluyeron desde la República al Protectorado, pasando por los Parlamentos Rump y Barebone. La monarquía inglesa sobrevivió en el exilio y se pudo restaurar tras su caída, pero bien es cierto que no tuvo la misma fuerza que antes ni tampoco los apoyos de una sólida aristocracia. La resistencia española aguantó bien el empuje militar en tiempos de Cromwell».

Cuando es asesinado, por medio de la decapitación, el Rey Carlos I Estuardo de Inglaterra, y nace el nuevo sistema que es la República, los ingleses la recibieron con un nuevo sentimiento, que era la mezcolanza entre el entusiasmo más ferviente y la repulsión más pavorosa; esto último, sobre todo, entre quienes ocupaban los roles rectores de los condados ingleses, que estaban en contra de la plausible pérdida de su estatuto de poder y de sus consiguientes propiedades. Oliver Cromwell decidió, por consiguiente, que era necesario disolver el Parlamento Rump, que tenía solo cuatro años de vida, tras el regicidio de Carlos I Estuardo; Cámara que era el remanente de la global de los Comunes, tras eliminar de estos, el 6 de diciembre de 1648, a aquellos miembros hostiles al nuevo sistema político republicano, el hecho lo había llevado a cabo el Coronel Thomas Pride.

El sistema republicano de Cromwell tuvo aciertos indubitables tales: como la reorganización del sistema de recaudación o de la hacienda pública, la liberalización del comercio inglés y, sobre todo, lo esencial para aquella sociedad como era la supremacía de la marina inglesa, todo ello reforzaba la prosperidad de la clase social que sostenía todo el edificio económico de los ingleses del momento, que era la burguesía mercantil. Para criticar agriamente la parte negativa del gobierno republicano, lo más importante sería la intolerancia religiosa, que se plasmaría en la persecución inmisericorde hacia los católicos, y para sostener todo ello era preciso que los objetivos militares se llevasen gran parte del protagonismo político y militar de la República. De esta forma las fuerzas militares inglesas proliferaron en número elevado, ya que era preciso poner coto a la autodefensa de los católicos irlandeses, asimismo guerrear contra los realistas de Escocia que apoyaban a su dinastía de los Estuardo, la lucha naval contra los holandeses que chocaban con Inglaterra en sus intereses económicos, y sobre todo la guerra continuada contra la monarquía de los Austrias menores españoles, quienes no aceptaban, con toda lógica, a aquel sistema tan represivo contra los católicos, globalmente. No obstante, la controversia sobre la restauración del heredero Carlos II Estuardo, que se encontraba en Francia, siempre existió.

De ello, se pueden citar dos personalidades disimiles, de la época. Edmund Ludlow (1617 -1692) siempre estuvo en contra de la restauración de Carlos II, realizando innumerables juicios de valor a favor de Oliver Cromwell. Es mucho más interesante la personalidad de Edward Hyde (1609-1674), quien se graduó en Derecho en Oxford, lo que le sirvió para estar en los Comunes de Westminster ya en 1640. Desde su oposición primigenia a Carlos I Estuardo fue evolucionando hasta posiciones más moderadas y próximas al soberano, para finalizar como asesor del monarca. En el año de 1645 sería nombrado tutor del príncipe de Gales, escapándose con él al Continente europeo, aunque no participaría en los intentos realistas de recuperación del trono Estuardo. En el año de 1658 fue nombrado lord canciller de Inglaterra, todavía en el exilio de Carlos II. Luego matrimoniaría a su hija Anne Hyde con el hermano del Rey Carlos II Estuardo, que era el duque Jacobo Estuardo de York, quien a posteriori se convertiría, pero ya en el año de 1685, en el nuevo rey Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia. Terminaría sus días castigado con el exilio en Francia, en el año de 1674, por ser el responsable directo de la negociación del desastroso Tratado de Breda. Thomas Carlyle (1795-1881) ofrecería la figura de un magistral Protector, con una extraordinaria personalidad. Sea como sea, Oliver Cromwell se ha visto juzgado apasionadamente, por ser el fiel reflejo de la polarización de la sociedad inglesa durante los siglos XVIII y XIX. Recomiendo esta obra muy rigurosa y esclarecedora. «Glaudius Domini super terram cito et velociter».

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