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"Indian Country", de Dorothy M. Johnson

Ed. Valdemar. 2017
Por José María Manuel García-Osuna Rodríguez
viernes 24 de noviembre de 2023, 19:18h
Indian Country
Indian Country
Las obras presentadas son: La Frontera en llamas; El incrédulo; El chico de la pradera; El exilio del guerrero; Viaje al fuerte; El hombre que mató a Liberty Valance; La camisa de guerra; Más allá de la frontera; Marcas de honor; Reírse frente al peligro; Un hombre llamado caballo. Cuando el elegante escritor norteamericano Fenimore Cooper publica su extraordinaria novela titulada ‘El Último de los Mohicanos’, en el año 1827, se puede considerar, a esta, como el nacimiento de la novela del oeste o WESTERN. Aunque es muy posible que lo que pretendiese fuese crear una novela histórica semejante a la creada por Sir Walter Scott en los Reinos de Escocia y de Inglaterra.

«Incluye ‘El hombre que mató a Liberty Valance’ y ‘Un hombre llamado Caballo’, relatos que inspiraron las películas homónimas de John Ford y Elliot Silverstein. Pocos amantes del cine western son conscientes de que clásicos del género como ‘La dirigencia’ (1939), ‘Las aventuras de Jeremiah Johnson’ (1972), ‘Fort Apache’ (1948, o ‘Un hombre llamado Caballo’ (1970) están basados en novelas y relatos de autores como Ernest Haycox, Vardis Fisher, James Warner Bellah o Dorothy M. Johnson, escritores casi desconocidos entre los lectores españoles de hoy. El género literario del western no está suficientemente valorado en nuestro país debido a su identificación con productos destinados a un consumo masivo en kioscos. La narrativa western cuenta, sin embargo, con precursores de la talla de Bret Harte, Mark Twain, Jack London o Ambrose Bierce. La editorial Valdemar asume el reto de iniciar una colección, FRONTERA, destinada a albergar en su catálogo algunas de las obras más destacadas de esta narrativa, ajustándose al criterio de la calidad literaria. Y qué mejor, para empezar, que estos relatos de Dorothy M. Johnson, reputada autora norteamericana, habitual en antologías de relatos contemporáneos, verdadera especialista en la siempre problemática relación entre blancos y pieles rojas en la frontera de aquellas tierras vírgenes que fueron escenario de un cruento choque cultural. Dorothy M. Johnson se muestra contundente, inteligente, irónica, y en ocasiones dura hasta la crueldad, y consigue con sus frases cortas transmitir al lector una sensación de veracidad y vida en sus historias».

La novela-histórica, que es indudablemente el Western, se circunscribe a un momento histórico muy concreto dentro de la Historia de los Estados Unidos de América del Norte, y es el momento en el que los hombres blancos del este se dirigen hacia el oeste, conquistando y colonizando, a sangre y fuego, manu militari lo que era el territorio indio. En los EE. UU. se le denominó ‘LA FRONTERA’, por lo que el ámbito geográfico y temporal es muy dilatado y cambiante, según se van produciendo las conquistas del territorio esquilmado a los primitivos indígenas norteamericanos. Se estima que la cronología abarcaría entre los años 1860 y 1900. Los personajes que aparecen en estas narraciones son de lo más variopinto, desde tahúres, hasta indígenas, pasando por los sheriffs y los comisarios federales o marshalls, y por supuesto la caballería de los Estados Unidos, el ferrocarril que pretende unir el Este con el Oeste, y las diligencias que transportan personas y el correo. Y, como en cualquier otro tipo de género literario, las narraciones, siempre con una más que aceptable adecuación histórica, pueden enfocarse hacia el mundo de la comedia, del drama, o hacia la aventura pura y dura, y el teatro de narración épico, etc.

Esta valoración sobre la literatura western, obvia para cualquier lector norteamericano, que en 1902 situaba a The Virginian de Owen Wister -el primero de los westerns modernos- como el libro más vendido del año, y ve cómo en las listas de bestsellers de los años veinte se mezclan Sinclair Lewis, con Edith Wharton y Zane Grey, o que entre los diez más vendidos de 1986 Louis L’Amour comparte honores con Sterphen King y Robert Ludlum, no parece suscribirla el público lector español. Los aficionados al cine de nuestro país, sí. Nadie le discute ahora el título de maestro a John Ford, Howard Hawks o Clint Eastwood, ni la grandeza a ‘Centauros del desierto’, o a ‘El hombre que mató a Liberty Valance’, pero no ocurre lo mismo con la vertiente literaria de este género. En nuestro país, el término ‘Western’ u ‘Oeste’, como aún se sigue frecuentemente diciendo, trae a nuestras mentes… muchas buenas películas; la serie de televisión ‘Bonanza’ y las novelitas de Kiosco de Marcial Lafuente Estefanía. Los más veteranos suman a estas referencias culturales los nombres de Zane Grey y José Mallorquí”.

Deseo destacar a dos autores, para un servidor, de una calidad superior, el ya citado José Mallorquí con sus novelas, auténticamente, deliciosas, sobre ese hidalgo hispano qué desde California, bajo el disfraz moral de El Coyote, trataba de poner en su sitio a aquellos ‘odiosos norteamericanos’. El Segundo es James Oliver Curwood, que tiene una novela-histórica, con mucha historia sensu stricto, que es la titulada ‘Las Llanuras de Abraham’, auténticamente magistral, y con una gran riqueza narrativa. Junto a John Ford, o Anthoy Mann, o el gran William Wyler, este último con dos westerns fuera de serie, como son ‘Horizontes de Grandeza’ y ‘La Gran Prueba’, deseo citar a un maestro de la dirección, que goza de todo mi interés, y que posee una calidad que debería ser más ponderada, me estoy refiriendo a Henry Hathaway, con tres películas de relumbrón: ‘Los cuatro hijos de Katie Elder’, ‘Valor de Ley’ y ‘La Conquista del Oeste’. Por todo lo que antecede, es obvio que el western está muy vivo, en la actualidad. El premio más importante sobre la novela-histórica del western se denomina como Spur Award, y se entrega todos los años desde 1953. La asociación profesional de escritores o Western Writers of America posee una importante pléyade autores, en cantidad y en cualidad. En lo que se refiere a Dorothy M. Johnson, no se le puede negar su técnica literaria, dotada de una importante cultura, muy ágil, y con una ingente cantidad de emociones expresadas en sus textos.

Contundente, inteligente, irónica, a veces dura hasta la crueldad, con frases muy cortas, consigue transmitirle al lector que lo que le está contando es verdad, que su recreación de la vida en la frontera es la más creíble que uno haya podido leer nunca. Buena parte de su narrativa está centrada en la relación entre blancos y pieles rojas.”. Y, por supuesto, siempre consigue mostrarnos de una forma muy inteligente y muy creíble, cuales son y, sobre todo fueron los puntos de vista irreconciliables entre ambos grupos étnicos. En suma, les ofrezco esta panoplia de varios relatos cortos de la prolífica e inteligente escritora estadounidense, que espero les agrade, y en muchos de ellos con gran sorpresa narrativa. Sea como sea es un estupendo volumen sobre el western. «Benedictus dominus, adiutor meus, qui docet manus meas ad proelium et digitos meos ad bellum».

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