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Barbie planchadora
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¡ME GUSTA LA FRUTA!

Por Azucena del Valle
Decían en mi pueblo: "mujer refranera, mujer puñetera" y lo mismo vale para el hombre. Azucena del Valle nos ha salido en su nuevo artículo ¡Me gusta la fruta! refranera dicharachera y, por supuesto, puñetera. Parece que ahora nos tiene que gustar la fruta a la fuerza; yo de niño comía poca, sólo la que robabamos de los árboles por la noche, si eran melones los llamábamos luneros, pero éramos más de rebanada de pan mojada en vino y azúcar con una onza de chocolate. La Puri y la Vani asemejan a nuestros políticos con la fruta. Se ha puesto de moda eso del pin de la sandía, pero la sandía es pura agua, como nuestros exquisitos políticos que se nos escapan de la mano.

- Puri, ¿a ti te daban dos?

- Ni de coña Vani, en mi pueblo no había pitisús. Así me quedé yo de flaquita y chica. Pero teníamos naranjas, manzanas y melones.

- ¿Melones? ¿En quién estarás pensando, tía? Se está poniendo de moda la cesta de la fruta, y ¡de qué manera! Ahora le gusta a mucha gente, aunque esté por las nubes y tengan que importarla de ultramar o de Marruecos. Desayunamos con zumo de limón, y nos dicen que es una bendición.

- Pues si la vida te da limones, ¡Haz limonada, monada! Que me da que tú estás pidiendo peras al olmo. Está la cosa tan complicada que acabaremos haciendo un buen arroz con mango.

- Define mango, tía. Es la hora de los mameyes. Como decía Martin Luther King, “El fruto no hace que el árbol sea bueno o malo, pero el árbol en sí es lo que determina la naturaleza del fruto. De la misma manera, una persona primero debe ser buena o mala antes de hacer un trabajo bueno o malo”.

- Joder, Vani, ¿Tú crees que para hacer cosas buenas primero tienes que serlo tú? ¡Pues apañados vamos! Mejor, a la fruta verde y al hombre malvado dar de lado.

- Porque una manzana podrida daña el barril completo, que dicen en mi pueblo. Pero antes de recoger la cosecha, echa un vistazo y empezarás a entender que cuando hay frutas en la huerta, hay amigos en la puerta.

- Y si la ambición ciega, no tienen en cuenta el dicho de mi abuela: el melón y el casamiento, ha de ser con tiento.

- Pero van culeando en la convicción de que quien se arrima al peral, come peras, y quien se arrima al ciprés, ni las prueba.

- ¡No mames, tía! Que con la Wikipedia toda la vasca extiende de flora nacional y foránea y saben bien dónde arrimar el ascua a su sardina, aunque al final melones y amigos, muchos salen pepinos.

- Será porque a cada uno le parece su pedo más dulce que una manzana, o tal vez que, a melón bueno y maduro, todos le huelen el culo... Al tiempo de higo, no hay enemigo.

- ¿Y tú crees, sensatamente, que estamos en tierras de maduros? Porque de las disputas, poco fruto y menos fruta. Que yo lo veo falso como el cirueloMadurar es de frutas, aprender es de personas.

- Te engañas, tía. Cuando el pájaro la pica, es cuando la fruta está rica. Y él ha picado como un tórtolo güevón. Será porque la fruta prohibida es la más apetecida, pero llegará otro tiempo y, acabados los higos, los pájaros idos. Lo malo es que ni siquiera entonces reconocerá que por un higo perdió los amigos. Ignora que los hombres somos como los higos: el que no cae hoy, cae mañana.

- Y la soberbia y la injusticia hace que dé siempre las nueces, al que menos las merece.

- La solución está en que la pera dura, el tiempo la madura; quiero pensar que la esperanza no es fruta de necios.

- No drames tía, y convéncete de que como los melones son los hombres: algunos buenos melones; muchos melones apepinados, y los más, pepinos amelonados. Difícil encontrar coherencia en el mundo político que nos circunda en estos momentos de caos, en el que dar con buen melón y buena mujer, acierto es… porque el melón y la mujer, malos son de conocer.

- ¡Mal tiempo para la lírica y el reconocimiento de semejantes! Aunque lo mismo dirán de nosotras, fresita de temporada.

- No tía, la fragacia vesca, esa frutita roja y sabrosa le pega mucho a la Ayuso de cara redondita y boquita de piñón; pequeña pero intensa en cada bocado, plena de hierro, cobre, magnesio y fósforo… siempre a punto de explotar. Pensándolo bien, hasta Robles tiene carita de fresón, por eso de las trágalas sin explosión.

- Miquelito tiene cara de glotón y le encanta mucho el melocotón.

- Creía Feijóo que pan, uvas y queso, saben a beso, pero le meten las Vitis viníferas por el jebe una a una… Le pega el cydonia oblonga, mayormente conocido como membrillo, por eso de estar recomendado como protector de las mucosas, antidiarreico y diurético.

- A Pedro Antonio le gustan los plátanos macho, porque nos va a dejar más limpios que musa balbisiana. Y hasta que no lo pelas, no sabes lo que hay dentro. Muchos pensarán que es musa paradisiaca, pero van de culo, porque plátano maduro no vuelve a verde.

- ¿Y Puchi? Yo le veo más de cocos nucifera… ¿Por dónde le entra el agua al coco? Yo no creo que el tipo pueda curar las enfermedades cardiovasculares, más bien acabará provocando arritmias al respetable… ¡no me jodas!

- Tía, seguro que Yo,Yo… Barbie Planchadora está por la sandía y se come una al día… refrescante pero con un 92% de agua. No se pueden sujetar dos sandías bajo un brazo, dice un proverbio turco, pero sí llevarla en la solapa como pin de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que desde entonces han acabado con la producción de citrullus lanatus. Los muy ladinos.

- ¿Y a ti qué te gusta, tía? Porque yo me siento kiwi, única y especial.

- ¡No te jode!, pues yo estoy por la mandarina, que me la pela cosa fina y déjate de mandangas, que hoy me suda hasta la chirimoya.

- Con lo bien que ibas, tía y salió la poligonera…

- ¡Ahí me has dao! ¡Se jodió la cesta y seguimos a por uvas!

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