No hay razones para mostrar alegría por la actual situación geopolítica, marcada principalmente por tensiones entre las distintas potencias, con las mismas razones de siempre. En este sentido, el libro de Andrea Rizzi nos retrata el origen, la interacción y la evolución de estos movimientos y corrientes que convergen, cuando menos, en un contexto global tan complejo como desafiante. Por ello, no conviene acercarse a la realidad con demasiados reduccionismos o simplezas, ya que comprender las dinámicas geopolíticas actuales y sus implicaciones para el futuro requieren una visión interdisciplinar y cierta capacidad de actualidad anticipada. Paralelamente, se analiza cómo el malestar y el cambio de las relaciones de poder configura esta nueva época, cuando menos impredecible. Con precisión, se detallan los escenarios futuros de un mundo en permanente cambio, con esa característica de regímenes autoritarios que intervienen para desestabilizar la llamada “hegemonía occidental” y, a ese mismo ritmo frenético de cambio, se colocan la angustia, el desconcierto y el malestar de las clases más desfavorecidas que propician el auge fascista en las democracias. Con esos procesos revanchistas, se explicarían el contexto actual. No hay razones para alegrarse, pero sí para empezar a cambiar el curso de los acontecimientos. Andrea Rizzi, periodista, corresponsal de Asuntos globales en El País, y, con una columna de opinión dedicada a Europa, nos hace entrega de un intenso ensayo que aborda los temas de nuestro tiempo desde una perspectiva geopolítica humanista y solidaria. A la vez, nos invita a posicionarnos necesariamente en un mundo que claramente lo exige. De cualquier forma, la razón es un buen refuerzo para una observación perspicaz, signo identitario de La era de la revancha. Decía Georges Steiner que "la poesía es el antídoto de la sinrazón", en cualquier caso, la literatura posee esa capacidad de contrarrestar la irracionalidad, ofreciendo de algún modo, cierta alternativa a la deshumanización. En este sentido, el autor de La era de la revancha, buscará el respaldo de grandes artistas y conocedores de la naturaleza humana, Dante, Italo Calvino, Shakespeare, Marguerite de Yourcenar, Camus, Ibsen, Eugenio Montale, Orwell, Proust o Steinbeck. Por consiguiente, el paralelismo es tan hermoso como recurrente. Las reivindicaciones de Oriente, las tribulaciones de Occidente, los anhelos del Sur global encuentran un relato en brillante síntesis y clarividente brevedad, precisamente, las grandes virtudes de este magistral ensayo, que, solo para curiosidad del lectorado, he colocado al lado de La República explicada a mi hija de Régis Debray, Seis propuestas para el próximo milenio de Italo Calvino, ¡Indignaos! De Stéphane Hessel con prólogo de J.L. Sampedro, Derecha e izquierda de Norbeto Bobbio, La revolución y nosotros, que la quisimos tanto de Daniel Cohn-Bendit, por cierto, también de Anagrama de su colección “Compactos”, y por qué decirlo, al lado de la colección “Argumentos” de la editorial Anagrama. "La era de la revancha" es un libro de primera magnitud, por varias razones. En primer lugar, como ya hemos mencionado su relato brillante, luego un relato que no se escribe ni con ira ni resentimiento sino con una visión de riguroso análisis que trasciende el diagnóstico de nuestro tiempo y propone incluso, la puesta en marcha de la rebelión y su sueño, detonar los mecanismos sean mínimos de nuestra individualidad, es decir “salir del conformismo, la indiferencia y el nihilismo que, en el tiempo, han engrosado la multitud infinita que vio Dante”, todas las numerosas almas que pueblan “Infierno, Purgatorio y Paraíso” en La Divina Comedia. Añadiríamos incluso que, hay que salir de todo ello, porque quedarse en ese umbral y colaborar activamente con lo opresivo, lo impredecible y lo peligroso del estado actual que, dicho sea de paso, es el origen de La era de la revancha, no resulta nada efectivo, solidario, sensato, por mucho hartazgo y desilusión política, enfado y malestar, seguir la moda traicionera de los populismos. Andrea Rizzi no plantea un tabula rasa sino que esta nueva era requiere un nuevo pensamiento que se fundamente en un diálogo con el pasado, para enmendar los errores del presente y presentarse con ciertas garantías ante el futuro, deteniéndose en cuestiones esenciales, como el cambio climático, la inteligencia artificial que pese a sus promesas de mejorar la existencia, de momento se encaminan a la lucha por la desinformación, los ataques sin piedad hacia el sistema democrático y los derechos humanos que directamente se niegan. Andrea Rizzi, lo apunta con precisión “para ganar en el campo de batalla crucial, el cognitivo. La lucha por las mentes”. Por ello, el ensayo que parte a fecha de diciembre de 2001, cambia el eje de coordenadas, en la medida en que se busca una mirada múltiple que relacione el sentido de este nuevo mundo, los vaivenes, sacudidas, crisis, amenazas por entre Occidente, Oriente y Sur que interactúan en los ámbitos internacionales, nacionales e individuales. La reflexión humanista se fija en unos versos de E. Montale que anticipan no solo minimizar daños sino incluso evitarlos y revertir la situación: “busca una malla rota en la red/que nos oprime, ¡salta fuera, huye!”. En el paralelismo que cruza el ensayo con un viaje, la referencia del Norte aparece con vigencia moral, “como símbolo de un conjunto de valores que debería orientar una rebelión, una rebelión individual, legal y pacífica que hay que desencadenar contra unas corrientes colectivas inaceptables”. Señalados los errores, excesos e injusticias del sistema capitalista, convendría racionalizar la política, evitar precedentes que luego cuestan mucho combatir. Andrea Rizzi utiliza un término que se ajusta perfectamente al resultado que crea el remolino entre las fuerzas aspirantes a hacerse con la hegemonía ideológica y el poder económico, salvo que los efectos inmediatos del vórtice son engullirnos, para castrar libertades, derechos y participaciones democráticas. Leemos “la supresión de una parte esencial de la dignidad humana: la libertad de expresión. El asalto a esos valores avanza a la vez en varios frentes”. Es decir, las capacidades tecnológicas, las fuerzas económicas, las decisiones políticas deben correr de la mano del conocimiento humano y de los sentimientos, del mismo modo, que el lenguaje no puede caer en esquemas repetitivos, vacíos y traicioneros. A menudo lo hacen, incluso desde el lado oscuro, como los deseos de venganza además de los enormes complejos del presidente Trump que va esparciendo su venganza con una suerte de moralismo de aranceles y reduciendo el todo a un simple “no os habéis portado bien con nosotros”. Entraña un serio peligro, el proponer proyectos destructivos y no de construcción para el interés general, por tanto, despertar de la hipnosis debe ser el primer argumento para hacer frente no ya a las amenazas crecientes sino a la tragedia evidente del día a día. La era de la revancha, sin duda constituye una herramienta de comprensión de un tiempo poco alentador y, a su vez, es una propuesta reivindicativa de resistencia, la necesidad de recuperar la reflexión, tal vez, buscando imágenes poderosas que podamos transmitir, a buen seguro “ensanchando, con esa rebelión individual, la primera persona del plural”. Por mi parte, me subo a los árboles y, junto a I. Calvino comentamos este magnífico y recomendable libro de Andrea Rizzi. Puedes comprar el libro en:
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