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Ana Orantes y Francisca de Pedraza
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Ana Orantes y Francisca de Pedraza

Dos mujeres valientes, en siglos distantes: Francisca de Pedraza y Ana Orantes

martes 25 de noviembre de 2025, 11:10h

Cuatro siglos separan a estas dos mujeres. Sin embargo, les une una circunstancia que ha traspasado las épocas: la brutal violencia marital, física y psíquica, contra las féminas.

Francisca de Pedraza y Ana Orantes, tienen en común, como se verá: el hito marcado por ambas.

Francisca de Pedraza fue una mujer del siglo XVII, (nacida en el XVI), natural de Alcalá de Henares. huérfana a temprana edad. Y por ello, llevada al Colegio de las Doncellas del convento de San Juan de la Penitencia en Alcalá de Henares. Allí recibió una educación a la que, paradójicamente en aquella época, no tenían acceso otras mujeres de familias humildes.

Jerónimo de Jara, un industrial alcalaíno, pidió la mano de Francisca a la priora del convento, y ésta se la concedió sin tener en cuenta unos antecedentes de pendenciero y alcohólico del pretendiente.

Sabemos de Francisca de Pedraza gracias a las pesquisas del catedrático, doctor e investigador Ignacio Ruiz Rodríguez[1] sobre los procesos judiciales de Francisca, en los archivos de la Universidad de Alcalá de Henares.

Pronto descubriría la joven novia que aquellos no eran los modos apropiados de un buen esposo. Así lo expresaría Francisca en la demanda de separación (tras ocho años, dos hijos, y un aborto, después una paliza descomunal en plena calle):

(…) y en este tiempo (refiriéndose a los 8 años de vida matrimonial) debiendo me tratar bien y amorosamente, conforme a la ley divina y humana (…) no lo ha hecho, ni hace, antes, de dicho tiempo a esta parte, me ha tratado muy mal de obra y de palabra.

Francisca presenta su demanda en primer lugar ante el corregidor de Alcalá, pero éste le dice que lo del matrimonio es asunto de Dios, y la deriva a la jurisdicción eclesiástica.

Interpone demanda de nulidad ante el Palacio Arzobispal. Se la deniegan.

Hasta que, a instancias de Inocencio Massimo, nuncio del papa en España, acude a la Audiencia Escolástica Universitaria, y se hace cargo de su caso el rector Álvaro de Ayala, quien, a instancias del nuncio, acepta el caso en virtud de la filiación de Francisca con el Colegio de las doncellas del convento de San Juan de la Penitencia, fundado por el Cardenal Cisneros.

El rector Álvaro de Luna, en tan solo tres meses, le concede una sentencia de separación matrimonial, la devolución de su dote, y la mitad de los bienes del matrimonio, además de una orden de alejamiento “erga omnes[2] .

En el año 1624 se produce pues, la primera sentencia de violencia de género, que generará una separación matrimonial (equivalente a un divorcio). El primero que se daría en España en pleno el siglo XVII, a una mujer nacida en el XVI.

Este hito marcado por Francisca de Pedraza bien podría asemejarse al que marcó Ana Orantes cuatro siglos más tarde, en el siglo XX.

Cuando en diciembre de 1997, su marido, José Parejo, quemó viva a Ana Orantes, no existían políticas públicas específicas para proteger a las mujeres de la violencia machista.

Antes de acudir a Canal Sur, a contar su historia de malos tratos, esta granadina había movido todos los resortes a su alcance, en busca de una protección que no le fue concedida. Había solicitado ante un juez la separación matrimonial, y le había sido denegada.

Fue entonces cuando, indefensa, acudió al programa de Inma Soriano a desahogar su dolor y a denunciar a su marido.

Igual cuando lo diga públicamente, como se va a enterar mucha gente, mis vecinos me protegerán, y él no se atreverá a hacerme nada.

Pensó, ingenuamente Ana Orantes, antes de hacer públicos, en televisión[3], los malos tratos continuos a los que había sido sometida por su marido durante todo su matrimonio, incluyendo palizas descomunales que le habían provocado dos abortos.

Así se expresó Ana Orantes, en la televisión andaluza:

Tenia 11 hijos, no tenía donde irme (…) porque yo no podía irme con mis padres ni con nadie. Yo tenía que aguantarlo, que aguantar que me diera palizas sobre palizas, un día sí, otro no, y en el de en medio. Que me dijera todo lo que él quería (…) yo le tenía pánico, yo le tenía miedo, yo le tenía horror.

Apenas diez días después de estas declaraciones, su marido la quemó viva, rociándola con gasolina y prendiéndola fuego.

Podría decirse que existe un antes y un después, tras el asesinato de Ana Orantes.

Tras este crimen, en diciembre de 1997, se pasó: de no existir en las leyes españolas reconocimiento de los malos tratos, ni cuerpo jurídico para estas situaciones, a la Reforma del Código Penal sobre malos tratos, en 1999.[4]

Curiosamente fue también en 1999, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fijó el 25 de noviembre[5], como día para denunciar la violencia contra las mujeres.

En el año 2016, se creó el Premio “Francisca de Pedraza contra la violencia de género”. El acto de entrega de dicho premio tiene lugar cada 25 de noviembre, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.

En el Patio de Santo Tomás, de la Universidad de Alcalá de Henares, hay una placa dedicada a Don Álvaro de Ayala, y a doña Francisca de Pedraza.

También, en honor de Francisca de Pedraza, el compositor Fernando Furones, compuso una Suite orquestal que lleva su nombre.

En el pueblo granadino de Cullar de Vega, donde fue asesinada Ana Orantes, se erige desde entonces un monolito en su recuerdo. Cada 25 de noviembre se celebra un acto institucional al pie de dicho monolito.

Existen calles con el nombre de Ana Orantes en Cullar de Vega y la Zubia. También en la ciudad de Sevilla hay una calle con su nombre.

En Madrid existe un Centro de igualdad que lleva el nombre de Ana Orantes

En el año 2024 se aprobó una iniciativa para que figure un busto de Ana Orantes en la Junta de Andalucía.

En 2020 apareció en el periódico americano “The New York Times” un obituario de Ana Orantes. Virtud al proyecto: “Overloaded”, que busca destacar la vida de personas que dejaron huellas indelebles en la Historia, pero que fueron ignoradas en nuestras páginas al fallecer.[6]

©Hortensia Búa Martín

Email: hbuamartin@gmail.com X: @MMoliner_vida

NOTAS

[1] Autor de varios libros sobre Francisca de Pedraza. Como: El divorcio de Francisca de Pedraza, 1614-1624” Editorial Dykinson.2016.
[2] El alejamiento no solo se refería al esposo, sino también a sus allegados.
[3] Alguna otra mujer había acudido antes a relatar su maltrato a una televisión. El 19/9/1984 el diario El País se hace eco de una querella contra una mujer que denunció en TVE malos tratos de su marido.
[4] En el año 2003 se promulga la Ley que regula las órdenes de protección a las víctimas de violencia doméstica. En el año 2004, la Ley Integral contra la violencia de género
[5] El 25 de septiembre de 1962 fueron asesinadas las hermanas Mirabal por orden del dictador Trujillo.
[6] Según este periódico hay un antes y un después en la legislación española con respecto al maltrato femenino, tras el asesinato de Ana Orantes
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