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Komunumo
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KOMUNUMO, un vuelo entre generaciones

Paralelismo humano
sábado 27 de diciembre de 2025, 12:16h

Érase una vez… un encuentro, una convivencia, un río con un sol encima, un grupo de amigos de distintas precedencias, con diferentes costumbres, hasta con hablas poco similares.

Komunumo
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Érase una vez… el cuento de los animales de Bremen, el del patito feo, el de los tres cerditos, el del gato con botas, el del ratoncito Pérez, la rebelión en la granja, o la gallina Turuleta… da lo mismo, es la personificación de estos personajes en un paralelismo humano, arrastrando idénticas dificultades, mostrándose más humanos que muchos humanos, trabajando a destajo, dejando de lado el narcisismo, agitándose ante las injusticias.

Érase una vez… Komunumo, un chimpacé, dos caballos, un mapache y la llegada de un ave multicolor y suspirante al que hay que enseñarle a volar, al que se le integra en la comunidad como uno más (¿komonumo?), al que queremos conocer, enseñarle, protegerlo, que vea amanecer siempre con una sonrisa en su plumaje.

La compañía Eléctrico 28 nos trae como una segunda parte de su espectáculo anterior Full House y, en la misma línea de temas de amistad e inclusión, de enseñanzas sobre la vida y de ayuda mutua, con el toque tierno y de humor de estos animales con atuendo de personas, y sin caer en la moralina, pero dándonos una lección de sentimientos, de superación, de inteligencia, de apoyo colaborativo, exploran los sueños y los deseos, pero también las conductas humanas, los gestos cotidianos, la convivencia necesaria, la sensibilidad hacia las cosas que tenemos alrededor y que no nos coma la alta tecnología.

Sin palabras, pero con música, con sonidos al más puro estilo radiofónico, con mucho colorido, siendo respetuosos con el medio ambiente, salvando las diferencias, y aprendiendo unos de otros, independientemente de la edad.

Desde Esopo a Franz Kafka, pasando por Jean de La Fontaine, Orwell, Grimm, Borges, o Roald Dahl, tenemos mucho que conocer de las historias que nos pueden contar nuestros mayores, pero que también nos abren los ojos los más tiernos infantes, los alocados jóvenes, los trabajadores de cualquier sector, los pájaros con respecto a los peces, los mamíferos de los invertebrados insectos, los libres de los domésticos.

El elefante que no sabe que es fuerte, la tortuga que tiene constancia y cree en sus posibilidades, el burro flautista… fábulas de hechos cotidianos, suenan las voces de quienes, aunque no tienen palabras, tienen algo que decir, como es el caso de este espectáculo, Komonumo, en el teatro de La Abadía.

Espectáculo de sosiego y delicada ternura, su ingenio es su expresión, y en más de una ocasión tendríamos que preguntarnos cómo es eso de ser un caballo de tiro, un mono de feria, un mapache inquieto, un tucán sorprendente, un topo aislado, un perro que se debe al amo, el ratón que se esconde, el buitre que tiene hambre, criaturas de alma inquieta, que nos hacen dudar de las barreras que les ponemos y que, a su vez, nos ponemos a nosotros mismos, porque, en demasiadas ocasiones, nos tratamos entre nosotros peor que animales.

KOMONUMO, un vuelo entre generaciones

Creación y Dirección: Ana Redi-Milatovic y Jordi Solé

Reparto: Momo Fabré | Martí Salvat, David Franch, Ovidi Llorente, Mónica Mar, Adam Purtí

Producción: Eléctrico 28

Lugar: Teatro de La Abadía - Sala José Luis Alonso

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