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Entrevista a Luis Zueco, autor de "El escalón 33"

"Construir un edificio religioso es una manera de comunicarse con Dios"

Por Javier Velasco Oliaga
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

El joven escritor aragonés Luis Zueco acaba de publicar su segunda novela titulada El escalón 33, bastante diferente a su primera obra, la novela histórica Rojo amanecer en Lepanto; en esta ocasión ha querido unir sus dos grandes pasiones, el amor por los castillos medievales, de los que es un experimentado especialista y el amor a la novela de detectives, dando como resultado un thriller con un gran componente histórico lleno de misterios y enigmas.

España es el país del mundo con más castillos militares

Castilla debe su denominación a la gran cantidad de castillos que se encuentran en sus tierras. España es el país del mundo que posee más castillos militares, con unas peculiaridades muy específicas de defensa. En otros países como Francia, son más suntuarios, baste visitar los castillos del Loira para darse uno cuenta de la diferencia de edificaciones entre los del valle francés y los que cubren nuestros montes.

En esos castillos Luis Zueco se mueve como pez en el agua. Los ha estudiado minuciosamente, los ha fotografiado artísticamente y todos esos conocimientos los ha plasmado ya en un libro sobre castillos aragoneses y lo hará también en otro que saldrá próximamente. En El escalón 33 ha utilizado esos conocimientos y los ha revestido con una aura de misterio. El título lo dice todo, El escalón 33, que coincide con la edad de Cristo al morir, de una escalera que representa la iniciación para las antiguas órdenes militares, que unían la creencia religiosa con la defensa militar de la misma. "La escalera tiene mucha simbología, recordemos el Templo de Salomón. El simbolismo es muy importante en la novela", cuenta.

Novelas con catedrales o iglesias como protagonistas hay muchísimas, pero con castillos no hay tantas, por no decir que ésta es la primera en la que el principal protagonista es el castillo, "construir un edificio religioso es una forma de comunicarte con Dios. En un castillo es diferente, por eso he buscado castillos relacionados con órdenes militares, castillos en los que entre sus muros hay iglesias para comunicarse con el ser superior", explica el autor de Borja.

Los siete castillos protagonistas y un par de ellos más que salen en la trama, son reales, en algunos se ha permitido ciertas licencias, pero el castillo de Mora de Rubielos es tal y como lo describe. Estos castillos están llenos de marcas de canteros en muchos sillares. Las marcas de cantero son el eje sobre el que pivota la trama de la novela, y estos símbolos, como reconoce Luis Zueco, "han sido lo más difícil de documentar, los cuales me han llevado muchas horas de investigación".

También ha tenido que documentarse mucho sobre el románico y los temas más esotéricos, como las energías telúricas, de los que no tenía mucha idea. Lo que sí tenía claro, desde el principio, era sacar los castillos y Madrid. "Hacer una ruta por el Madrid medieval, por el Retiro, por el barrio de la Latina y por ciertos edificios como el de la biblioteca de la UNED en la calle Mesón de Paredes, el del Círculo de Bellas o la Biblioteca Nacional, clave en el desarrollo de la novela, con el fin de potenciarlo para que los lectores visiten esos lugares", explica el autor aragonés.

"O como el Valle de los Caídos. Quería mostrarlo desde un punto de vista arquitectónico, que se admire más por lo que es, por su valor, olvidándose de todo lo relacionado con Franco", señala Luis Zueco. El escalón 33 tiene ese valor añadido, que nos enseña lugares poco conocidos o que no valoramos lo que realmente valen.

Lo de los castillos fue un poco más complicado, "necesitaba siete castillos de siete órdenes militares diferentes que estuviesen relativamente cercanos. Los de Montesa y Alcántara fue muy complicado dar con ellos. Me costó mucho menos el de Calatrava y el de Montalbán. Éste es privado y es una ciudadela con los arcos más grandes de aquella época en Europa. Se puede recorrer como tú quieras y se presta mucho a la trama de la novela", cuenta en tono reposado el autor, pero con una pasión muy reflexiva que se trasmite en las páginas de la novela editada por Nowtilus.

Los personajes de "Escalón 33" ninguno son lo que parecen a primera vista

Los personajes están muy bien trazados y ninguno es lo que parece a primera vista, sorprendiéndonos según avanza la trama. "Silvia es la más incoherente y la doy un final sorprendente", apunta Luis Zueco. Pero sus protagonistas favoritos son Svak, el ladrón de antigüedades y Santos, el amigo de Álex Aperte que lleva todo el peso de la investigación. "Todos los robos que se cuentan en el libro han sido reales, menos el de Liébana, pero se sabe que estuvo a punto de cometerse", explica.

En España el patrimonio cultural está mal protegido. Los robos en la Biblioteca Nacional o el de Códice Calixtino son un ejemplo. Este último, "ha sido un desastre todo lo que ha ocurrido al respecto. No puede ser que hayan tardado un año en encontrarlo, es un escándalo y una vergüenza", recuerda. Y lo peor es que se muestre como un éxito el haberlo encontrado y hasta vaya el presidentedel gobierno al acto. Para el autor de Borja "lo fácil es robar, lo realmente difícil es vender lo robado", sentencia.

Los personajes de la novela son tentados por el poder económico de Alfred Llul para vender el manuscrito, "todos estamos en venta, todos tenemos un precio, pero eso sí, diferente; algunos muy alto, tan alto que a veces no se puede pagar. El precio siempre lo pone el que paga", así de rotundo se muestra el escritor sobre las vicisitudes que algunos de los protagonistas tienen que sortear. Quizá sea porque la cultura es cara debido a su mantenimiento. En España tenemos la costumbre de lo gratuito y "tiene que tener un precio para que la valoremos. Pero eso sí, ha de ser accesible", afirma Luis Zueco.

Otro de los ejes de la novela es la casualidad. La protagonista encuentra el manuscrito por casualidad, o por lo menos eso cree ella, pero como dice el autor "las casualidades no existen, hay que buscarlas, si buscas algo hay más probabilidades de conseguirlo y lo mismo ocurre con la suerte, hay que buscarla".

A Luis Zueco se le nota que el tema de los castillos le apasiona. Los conoce y siente el latido de las piedras milenarias en su corazón. Cuando se le pregunta qué castillo es el más representativo de España no lo duda y señala: el de "Loarre, es el castillo con más sabor medieval, tiene la facultad de transportarte a la Edad Media. También castillos como los de Gormaz, Peracense o Peñafiel tienen un sabor parecido". Y, por supuesto, los que describe en la novela, que tienen el misterio y la historia entre sus piedras.

Historia y misterio destila El escalón 33 por todos sus peldaños. La narración tiene el don de las grandes novelas, una vez comenzada, no puedes parar de leerla. Luis Zueco ha conseguido una obra madura y sorprendente y estoy seguro de que en el futuro nos va a seguir sorprendiendo con sus libros. Él está empeñado en ello.


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