Tantas veces la vida lo sobrepasa a uno y lo deja sin aliento o sin hígado, a veces sin trabajo
Tantas veces la vida lo sobrepasa a uno y lo deja sin aliento o sin hígado, a veces sin trabajo. Tantas veces la realidad parece tomar altura, elevarse frente a nosotros en forma de escarpada pendiente por la que no nos queda más remedio que ascender épicamente cada mañana. Tantas veces no damos la talla, perdemos el ritmo, nos quedamos atrás. La vida, a veces, tan enorme, inabarcable; nosotros tan pequeños, insignificantes.