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pifostio

PLAZA DE GUIPÚZCOA

10/06/2025@07:07:00
Abandona toda esperanza de conocer la verdad de las cosas. Cualquier verdad por sublime o cutre que sea, da igual que te la cuente Agamenón o su porquero. Ni verdades ni milongas, tío, tú vas a muerte con lo tuyo. Te comento un par de asuntos muy cutres, que de sublimes no tienen nada (este país no da para más).

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Nadie se pone en el lugar del otro. Cuando te digan “me pongo en tu lugar”, no le creas, tío, es mentira. Y menos si te da golpecitos en la chepa. Te apenas por el prójimo, le escuchas, le compadeces, eso sí, te compro la moto, pero no te pones en su lugar, porque ya tienes bastante con lo tuyo.

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“Cada mujer es una isla” era el eslogan de una marca de perfume que no recuerdo. Ni puñetera falta que me hace. Toda la publicidad es falsa. Y además temeraria y engañosa cuando anuncia productos femeninos.

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Hemos tratado con demasiada benevolencia “la pichula” de Vargas Llosa. Dirás que soy muy drástica, pero te aseguro que, solo por llamar “pichula” a su pene, yo le hubiera quitado el Nobel.

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En plena guerra fría, híbrida y eurovisiva, Putin ha ido a Pekín a inaugurar los juegos olímpicos de invierno y pedir ayuda a su colega Xi Jimping. Es apabullante la foto de los dos líderes más poderosos del mundo (Biden está ya p`al desguace) pasando revista a las tropas chinas (eso son tropas y no las del Congreso de los Diputados). Mirada al frente, paso marcial, mismo traje, misma camisa y corbata idéntica.

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Llevo una semana en Barcelona. Necesitaba achicharrarme al sol. Siempre busco el sol, el vellocino de oro de los Argonautas. Vuelvo a Barcelona porque está en el Mediterráneo, como dice Serrat. Y porque me pilla más a mano que Ceuta o Melilla. Allí tampoco está el horno para bollos, pero no sé si prefiero el carajal marroquí o el pifostio catalán.

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Hasta un reloj parado acierta dos veces al día. Mucho acertar me parece si lo comparas con los protocolos de vacunación. Ya me extrañaba a mí que funcionara el sindiós de la cogobernanza. Ni de coña. Cómo va a funcionar si ni la RAE reconoce el término.

De la revolución cultural china, solo ha quedado el “cuello mao”, que por cierto ni me gusta ni me favorece. De revoluciones y epopeyas el hombre no aprende nada. Pero no hablemos de política, sino de cultura. Si la política está corrompida es porque la cultura está prostituida. Qué ganas tenía de escribir esto, tío.
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Éramos pocos y el 2024 nos sale bisiesto. No te ha tocado la lotería, las élites políticas siguen hechas unos zorros (sin entrar en detalles que luego dicen que polarizo) y Melchor, Gaspar y Baltasar tres pagafantas en bancarrota.

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Me gusta comer las lentejas y los garbanzos con tenedor. Después rebaño el agüilla y los restos de verduras con la cuchara. Quizás sea una rareza patológica, pero ya sabes que me acepto como soy.

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No es cuestión de si estás conmigo o contra mí. En esta columna puedes ir a tu bola cuando opino de Pegasus, Sánchez o la ministra de Defensa. Por cierto, a cada cual lo suyo, Margarita Robles aguanta el tipo como una cosaca ucraniana. Eso sí, yo en su lugar me quitaría la mascarilla en el Congreso.

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Me pregunto hasta qué edad está permitido hacer el ridículo. Y no me refiero a los políticos. Un político vive al día y nunca piensa que puede resultar grotesco o esperpéntico. Tampoco creas que es un narcisista necio y ególatra. Lo que pasa es que sabe que si la mete hasta el corvejón, su mafia y su peña le van a solucionar el pifostio.

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Seguro que recuerdas el Circo del Sol. Fantástico espectáculo, sí, pero se fue a la bancarrota. Demasiado preciosismo y perfección. Al Homo Sapiens del S. XXI lo que de verdad le mola es el circo de la alta política. Sobre todo la lucha en el barro cuerpo a cuerpo.

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No voy a denunciar la inepcia y la falta de eficacia de los poderes fácticos. Denunciar no sirve de nada. La prueba más palmaria la tienes en Fernando Simón. Todo lo que ha hecho, lo que no ha hecho y lo que yo he dicho se lo han pasado por los mismísimos.

Hay infinidad de causas que merecerían una segunda lectura, pero no voy a ser yo la imbécil que se rompa los cuernos con disquisiciones prolijas y abstractas que no llevan a ningún sitio. Salvo que me sienta concernida, como en este caso. Hablábamos hace una semana de “Best sellers como churros” y tengo una interesante precisión qué aportar. No pienses que voy a matizar o suprimir ningún detalle de mi argumentario. Al contrario, añadiré un concepto sorprendente con una cierta carga de profundidad metafísica.