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"Margarita Landi. La Rubia del Velo y la Pistola", de Javier Velasco Oliaga y Maudy Ventosa

Alianza editorial, Madrid, 2024
sábado 02 de agosto de 2025, 09:08h
Margarita Landi. La rubia del velo y la pistola
Margarita Landi. La rubia del velo y la pistola
De cuando en cuando, se cuela por las rejillas de la casa del pobre, un gozo inconfundible como una luna llena que trata de comunicar con nosotros. Una expresión recurrente, esta de “alguna alegría en la casa del pobre” que he podido localizar en esta joya bibliográfica y de boca de “la rubia del velo y la pistola”. Estamos ante una biografía de una mujer excepcional, única, pionera en tanto en cuanto se dedicó a una rama compleja del periodismo como los reportajes de sucesos. Más aún combinando la redacción de modas y cierta prensa rosa con la historia más sangrienta de España que el régimen se negaba a aceptar, entre otras muchas circunstancias que parecen resucitar en la actualidad.

Margarita Landi debe figurar presente en nuestra memoria. En una esmerada edición de Alianza editorial, que a estas alturas del guión, nada tiene que demostrar, salvo ser una referencia indiscutible de la historia de este país, y, con una portada que nos remite a la época en la que se editaba el periódico semanal El Caso, con una prosa didáctica, viva, humanista y solidaria de Javier Velasco Oliaga y Maudy Ventosa, se publica un libro en el vigésimo aniversario del fallecimiento de la periodista, merced también al empeño de las nietas de la investigadora, Rocío y Macarena Torres. Una biografía de 419 páginas donde Margarita Landi va desgranando casos, sucesos, acontecimientos históricos y personales a través de una conversación, acaso entrevista periodística y viaje de primera dimensión para cubrir el final del proceso de Burgos y la lectura de la sentencia junto al reportero gráfico, Enrique Guerrero. Un proceder narrativo leal, repleto de ternura, rigor técnico y pasión, que nos hace creer realmente que estamos asistiendo a esos diálogos entre Margarita Landi y Enrique Guerrero. La conjugación de los tiempos verbales logra su atemporalidad más sugerente y sutil, con una implicación natural del lector, un lector que se suma a esa profunda admiración por una mujer tan auténtica como profesional, combinando la esperanza y la convicción firme, tomando siempre la razón y el análisis como puntos de partida, donde la muerte y el amor son protagonistas indiscutibles y había también algunas gotas de tristeza en su mirada profunda.

Una periodista de raza en la acepción plena del término, pues el periodismo fue la profesión de sus antepasados en los siglos XIX y XX, de hecho, el padre de Encarnación Margarita Isabel Verdugo Díez fue cronista de tauromaquia. El nacimiento del semanario El Caso en 1952 fue todo un acontecimiento que perduró hasta 1997. Con detractores y defensores, pero que cumplió un papel decisivo dando a conocer los aspectos más lúgubres de la España en blanco y negro. Margarita Landi, se incorpora en 1954. En cualquier caso, esas investigaciones en colaboración con la policía, el lenguaje claro y accesible de las crónicas, las colaboraciones gráficas (dibujos y fotografías), todo ello sin duda, marcó un nuevo estilo, un nuevo enfoque y en gran medida, repercutió en la novela negra española. Margarita Landi cursó enfermería para dedicarse a ello. No obstante, terminó siendo una experta criminóloga, escritora hasta dirigiendo su propio programa en Telemadrid, “Mis crímenes favoritos”. También trabajó en Interviú, participó en programas de Televisión española como Código uno, Así son las cosas, entre otros. En suma, la rubia elegante y reflexiva, que conducía un Volkswagen Karmann Ghia negro y no un deportivo rojo, que llevaba en el bolso una pistola y añadió un velo como herramienta de trabajo, que fumaba en pipa, que contaba las tragedias y asesinatos, siendo además la única mujer en hacerlo, tuvo también un impacto sobresaliente en televisión. Los lectores y lectoras, de todo tipo, añado, deben congratularse por este magnífico trabajo que nos permite adentrarnos en el mundo más íntimo de Margarita Landi a través de los casos que cubrió.

Indudablemente es un valor múltiple el que se desprende, pues contiene todos los ingredientes y parabienes de una biografía meticulosamente documentada y expuesta con precisión, también subraya una labor periodística de primera dimensión, en tanto en cuanto, los autores se distinguen por sus licencias en Ciencias de la Información, en Psicología del Trabajo y Pedagógica, por sus labores como periodistas en prensa y radio, sus asesoramientos a Universidades y otras empresas, y de modo especial, por su devoción y entrega al mundo de los libros, todo absolutamente acreditado, un género ciertamente novedoso ya que incluye el formato de la entrevista, el diario, la bitácora, el memorialismo, el ensayo histórico y una permanente emoción que nos mantiene alertas durante toda la lectura. Es también una recomposición del lenguaje, por ser exacto de la jerga de pícaros y truhanes. Hay una recopilación de refranes (que caracterizó el habla de posguerra (no sirvas a quien sirvió/guárdate y te guardaré/a Dios rogando y con el mazo dando/quien juega con fuego, termina quemándose/mientras hay vida hay esperanza/de poco en poco sale un jornal/el que nace cochón, muere gorrino e incluso de la cosecha de Margarita Landi “El amor nace sin saber por qué y muere sin saber cómo”). Ciertamente, la costumbre de aplicar refranes, proverbios y dichos para ilustrar circunstancias y situaciones diarias fue un hecho evidente. Hasta punto que dicha certeza viene reforzado por un glosario al final del libro. Un glosario, necesario para perfilar el mundo desde el engaño del tocomocho hasta los escabrosos orígenes de muchos crímenes. Crímenes que no llegaron a resoluciones por acción directa o indirecta, pese a la labor policial que siempre respalda con respeto Margarita Landi, crímenes perfectos que la propia autora recoge en un libro titulado Crímenes sin castigo, un ensayo que recoge veintinueve asesinatos cometidos entre 1960 y 1970. En este volumen, hay precisamente un capítulo dedicado a este tema, “El ´crimen perfecto`”. Otra argumentación que muestra su posicionamiento en el mundo, es la negación de la delincuencia como algo innato, llevando a buen puerto que la existencia social condiciona la conciencia social. Nos lo expresa en el capítulo “Comienza su carrera como investigadora criminal” pgs 112-118. Allí leemos: “El nacimiento nos condiciona desde la cuna, así como la familia, el barrio, los amigosy hasta el país en el que veas la luz”. La idea de que todos podemos matar, junto a la diferenciación entre ley y justicia es otro eje fundamental. También el amor y el desamor que incita en ocasiones al crimen. En este sentido, Margarita Landi escribió un libro que gira a modo de artículos en torno al gran motor del mundo, el amor, titulado Cosas de la vida. El amor, ese gran misterio.

Sesenta cuatro capítulos tan explícitos como lúcidos y determinantes conforman el libro. Sea cual sea nuestro punto de partida antes de emprender esta magnífica aventura, terminaremos por una gran admiración y ternura hacia Margarita Landi que, curiosamente, el período que pasó fuera de España, en Panamá que “Fueron exactamente cuatro años, tres horas y siete minutos que siempre he querido olvidar” es del que menos detalles se posee.

Al principio, señalamos que hemos percibido unas notas de tristeza que pueden entenderse perfectamente, en tanto en cuanto, el tormento y la tragedia han sido partes de la vida de Margarita, en primer lugar por el fallecimiento de su madre cuando ella contaba 7 años, luego los años grises con la madrastra, y, gran paradoja siempre presente, una madrastra que infringió maldad y fue salvada por Margarita Landi, enfermera en plena guerra civil, su boda con un ingeniero francés hijo de españoles, Ángel Torres Tortajada, resulta ser inválida con las leyes franquistas, fallece el primer hijo por intoxicación de una leche de vaca enferma, llega la tuberculosis y dejará a Margarita, viuda y con su hijo Ángel frente a un porvenir que precisamente no mostraba visos de porvenir. El período de entonces era hambre, terror y muerte. Rara vez, el llanto se transformaba en caudal de lágrima de alegría y besos. El capítulo “¡Y llegó el gran día...!” desprende todo ese sufrimiento. Desde luego, el proceso de Burgos que es un escalón fundamental para forjar la transición, donde el régimen tuvo que cambiar su sentencia por la presión internacional, la situación de inmunidad de los nazis en España, y crímenes tan horrendos como el de los Galindos o Puerto Hurraco, la época del destape que encarnaba a la perfección la revista Intervíu, los grandes acontecimientos como los Juegos Olímpicos y la Exposición Universal, la movida, y esos sucesos marcados por la luna roja, nos brindan una ocasión de hora para acercarnos con un mínimo de garantías a las últimas décadas de este conjunto de naciones llamado España. Un libro esencial, que debe formar parte de la sección de imprescindibles en cualquier biblioteca.

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