Solano y Ríos viven perpetuamente. En estos escenarios de pecadores representantes que cantan las verdades al barquero, al mismísimo rey o al más pendenciero de los truhanes.
Vienen arrastrando, saltando, brincando, bailando sus loas, comedias, parafernalias y canciones desde los tiempos del más allá, allá por el renacimiento, o antes, o quizá, mucho más antes.
El bululú, el ñaque, la gangarilla, el cambaleo, la garnacha, la bojiganga, la farándula y la compañía, todos, en aquellas épocas, denostados, y admirados, vilipendiados y, en muchos casos, excomulgados, venerados por la plebe, ensalzados, duermen vestidos, viven desnudos, beben la vida a tragos, que decía el poeta cantor, que cuenta el dramaturgo, que recitan los cómicos.
El dramaturgo, José Sanchis Sinisterra, ya 45 años de este texto, Ñaque o de piojos y actores, que nunca pasará de moda, porque el teatro, con sus crisis, con sus deficiencias económicas, con su evolución a los musicales, a pesar de ello, nunca podrá ser enterrado, muerto, olvidado, aunque compita con deportes futboleros, con programas televisivos, con series sin fin y sin término, en el teatro está la esencia del ser humano, si es que humano hemos de considerarlo.
En esta ocasión veo en este Ñaque a Javier Godino y Joan Martínez Vidal, dirigidos por el propio José Sanchis Sinisterra y Daniela De Vecchi, en el Teatro del Barrio, que nos traen las dudas, los miedos, el eterno bucle de hacer siempre lo mismo siendo cada vez distinto, personajes vivificados en carne y hueso, saliendo de su texto, transformándose el misterio del verso y la palabra en auténticos, desafiando al tiempo.
Flotan en el aire las anécdotas que cuentan, el poema teatral de hacerlo todo creíble siendo ficticio, el derrumbe errático de ir de pueblo en ciudad, de pórticos de iglesias en escenarios de cajas negras, amaneceres de focos, y de muertos no resucitados porque nunca fallecieron.
Ñaque o de piojos y actores, de la nada, un piojo, o muchos, ráscate la cabeza y piensa, memoriza, di, recita, representa… del arcón de la utilería artefactos que no sirven para nada, pero que serán útiles (utilería) llegado el momento.
En el teatro nada se derrumba, todo se construye, todo se transforma, todo se crea y en nada se cree, el teatro es el reflejo del mundo, los actores dan la cara, los espectadores, agazapados, quieren verse a sí mismos, en otras épocas, en situaciones diferentes, en momentos idílicos y funestos y, si es necesario, hablar con los espíritus.
Por eso vienen cada cierto tiempo, Solano y Ríos, o Segismundo y Laurencia, o Estragón y Vladimir, o Quijote y Sancho, o Max Estrella y Bernarda Alba. Porque ellos y ellas somos nosotros, ellos son nuestra sombra alargada, la memoria impersonal del colectivo ciudadano que necesita del teatro, como el teatro está necesitado de público, si no, nada tendría sentido.
FICHA ARTÍSTICA
ÑAQUE O DE PIOJOS Y ACTORES
Autoría: José Sanchis Sinisterra
Dirección: Daniela De Vecchi y José Sanchis Sinisterra
Interpretación: Javier Godino y Joan Martínez Vidal
Una producción de Teatro a 1ª Sangre
Teatro del Barrio