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Rosa Regàs
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Rosa Regàs (Foto: Javier Oliaga)

Entrevista a Rosa Regàs, autora de “Amigos para siempre”

“Nos faltan años de democracia”

Por Javier Velasco Oliaga
martes 28 de junio de 2016, 07:13h

Amigos para siempre” es el tercer volumen de las memorias de la escritora catalana Rosa Regàs. En el libro trata de su periplo por la Universidad, después de haber sido madre. Aunque el título puede evocar a aquel estribillo que tanto se utilizó en las Olimpiadas de Barcelona, no nos deberá llevar a engaño. El libro trata sobre el momento de mayor ebullición de nuestra universidad, los comienzos de los años 60, cuando todo estaba por venir.

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Rosa Regàs (Foto: Javier Oliaga)

Rosa Regàs se muestra en la entrevista muy crítica con lo que está pasando en nuestra sociedad. “Nos faltan años de democracia, nos faltan años de educación. Con cuarenta años de democracia no podemos competir con los ingleses o con los franceses. Y tenemos un gran defecto que somos más papistas que el Papa. No queremos aprender. Somos más africanos que otra cosa”, desgrana con ese tono cálido que tiene su voz aún para cantar las cuarenta a cualquiera. Lo que sí reconoce es que en la actualidad hay más respeto hacia las personas.

Cuando comenzó sus estudios de Filosofía en la Universidad de Barcelona, tenía 24 años y dos hijos. No se la notaba mucho porque seguía teniendo esa cara aniñada que la ha acompañado toda su vida. Aun sabiendo lo difícil que en aquella época era compaginar los estudios con la maternidad, Rosa Regàs decidió hacer lo que quería hacer, estudiar. Su entrada fue apoteósica y así nos lo cuenta en el libro. “Cuando llegué allí, se me abrió mi mentalidad a otra manera de pensar, de mirar y se me fueron muchos temores absurdos que tenía”, nos dice la escritora barcelonesa en una primaveral mañana de sábado.

Su marido mostró al principio una cierta desconfianza por el camino que había emprendido pero “poco a poco lo fue entendiendo. Hay que decir que él venía de una familia que tenía una ideología muy conservadora y que le costó hacerse a la idea de algo tan poco habitual en aquellos años del franquismo”, cuenta con una sonrisa en los labios. “Pese a la posterior separación, siempre hemos sido muy amigos”, señala.

“Aquellos años en la Universidad fueron fundamentales para mi carrera. Además, me dio la oportunidad de empezar a trabajar en las editoriales”, recuerda sin nostalgia. Aquel pasó por distintas editoriales, en donde conoció a editores como Carlos Barral, con el que sale en la portada del libro, que la abrieron muchas puertas, hasta que llegó a la escritura. Su primer libro lo escribió a la edad de 57 años y desde entonces no ha dejado de publicar y de ganar premios literarios como el Nadal.

Rosa Regàs siempre ha sido muy sensible a todos los temas sociales. “Al tener más conocimiento de las injusticias, de las desigualdades, me he ido haciendo cada vez más radical. Me duele la manipulación del poder, de los políticos. La mala fe de éstos”, sostiene con convicción y añade “aún así, sigo siendo optimista, creo que todavía puede haber una regeneración en el poder y hasta que dejen de mentir. Aunque tenemos defectos monumentales como que el delito económico no existe para los españoles, incluso quien lo comete es admirado”. También se muestra crítica con la derecha política española, “nunca han tenido un pensamiento libre”, sentencia.

Como estudiante de Filosofía se muestra contraía a los planes de estudio de los últimos tiempos. “La filosofía te enseña a pensar y tener tu propio pensamiento”, dice. Por eso cree que el latín no debería de haber desaparecido de los estudios, “te ayuda a desarrollar el sentido común”. Aboga por un plan de estudios realizado por gente del oficio, no por políticos, que provengan de distinto signo ideológico y que dure bastantes años para poder evaluar el resultado del mismo.

“Siempre he querido ser una persona autónoma y libre”, sostiene, por eso emprendió el camino del estudio a edad un poco tardía. “La libertad no es un estado, es una posición”, cree a pies juntilla. Una vez terminada su formación en la universidad entró en el mundo editorial de la mano de Carlos Barral, al principio fue un poco frustrante porque se limitaba a hacer labores administrativas. “Pero, allí lo aprendí todo de la producción del mundo literario y lo hice sólo escuchando”, puntualiza.

Para terminar, nos habla de lo que debería hacer el país para recuperar la normalidad. “Se necesitan al menos cien años para volver a una normalidad democrática. En España sólo hemos tenido, aparte del actual, dos periodos plenamente democráticos que han sido las dos repúblicas”, expone con pasión. “El pasado no tiene ningún valor, hablar del Imperio no tiene sentido porque todo ha sido convenientemente manipulado”, afirma. Sin embargo cree que hablar del pasado sí tiene su importancia. “Nunca hemos dado importancia al pasado como tiene que ser y esa falta de reconocimiento de las personas que nos precedieron es muy importante”, concluye. A ver si por una vez dejamos de ser ese país cainita que tanto nos caracteriza.



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