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Ignacio Martínez de Pisón
Ignacio Martínez de Pisón (Foto: Javier Oliaga)

Entrevista a Ignacio Martínez de Pisón, autor de “La buena reputación”

“La literatura ayuda a cambiar a las personas”
Por Javier Velasco Oliaga
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

A Ignacio Martínez de Pisón le gusta pensar que tiene una época que contar. Esa época es el tardofranquismo y la llegada de la democracia a nuestro país. Muchas de sus once novelas tratan ese periodo y “La buena reputación” no iba a ser menos. En ella se sumerge en la historia de una familia que hunde sus raíces en los judíos que huyeron de la península en tiempos de los Reyes Católicos y se establecieron en la ciudad de Melilla.

Ignacio Martínez de Pisón
Ignacio Martínez de Pisón (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Ahora están de moda, por diversos motivos, las ciudades autónomas de África, sobre todo por la que posiblemente sea la mejor serie que han grabado las televisiones comerciales, El príncipe, que se desarrolla en Ceuta, además de los conflictos que hay todos los días en las verjas con los inmigrantes. El escritor aragonés desarrolla la trama principal en Melilla, una ciudad que guarda muchas similitudes con la otra ciudad hermana del norte de África.

Dos son los protagonistas principales de esta novela, el matrimonio formado por Samuel, judío converso, ladino, y su esposa Mercedes, mujer de armas tomar y nexo de toda la trama de La buena reputación, católica. Desde esa pareja se irá desarrollando una saga familiar que desembocará en la actualidad. Y aunque la trama se desenvuelve en varias ciudades, es Melilla el lugar principal. “Melilla es una ciudad muy especial, mezcla de comunidades diversas y muy cultas. Los judíos se refugiaron en esa ciudad, un rincón español muy desconocido”, explica el escritor radicado en Barcelona.

Pocos conocen la historia de esas dos ciudades y del Protectorado español de Marruecos que perteneció a nuestro país hasta 1956. En una de esas ciudades del Protectorado nació el protagonista, Villa Nador. “Tuve que averiguar muchas cosas sobre la ciudad de Nador. Tuve que preguntar a mucha gente que vivió y abandonó el Protectorado. Algunos de ellos me han dicho que han recuperado su juventud a través de mi libro”, señala orgulloso el autor de El día de mañana.

La historia de esa familia le ha llevado “de un mundo a otro. Es un viaje de ida y vuelta. De Melilla a Zaragoza y de Zaragoza a Melilla en una estructura circular que ya he utilizado en otras novelas y que me lleva a contar lo que han hecho los nietos con la herencia de sus abuelas”, nos cuenta el escritor en una reconocida librería del barrio de Arguelles.

“No me interesa escribir novelas que no importen a los lectores, que no se puedan identificar con ellas. No hablo del yo, sino del nosotros”, puntualiza sosegadamente. Ese nosotros que tanto le interesa al escritor es la familia. “El tema de la familia interesa a todos los lectores. En mis personajes se pueden reconocer a los integrantes de su propia familia”, añade. Este tema tan universal da pie para escribir muchas sagas, millones de sagas familiares y como señala la editorial en la faja del libro, “no era la mejor familia del mundo, pero era su familia”.

Esas familias judías de Melilla tuvieron bastante relación con el dictador Franco, ya que hizo amistad en su tiempo de militar africanista con varias familias sefardíes que a la postre le ayudaron económicamente para trasladar tropas fascistas a la península. “Franco mantuvo una cierta ambigüedad con los judíos. Por un lado les toleró y a algunos les rescató de las zarpas nazis y, por otro, echaba la culpa de sus males a la conjura judeo-masónica”, relatacon minuciosidad Ignacio Martínez de Pisón.

Es La buena reputación una novela realista, como le gusta describir al autor. “Casi galdosiana. Sería una continuación de la tradicional novela realista del siglo XIX, donde había cambios en la sociedad con una gran diversidad de clases sociales”, apunta. Esa novela realista tan querida por él le permite contar la época que él mejor conoce, que es la de los años sesenta, setenta y ochenta, periodo central de su literatura con ramificaciones a un pasado cercano de ese propio siglo XX, todo ello aderezado con un sabor de crónica.

Pero también su literatura transciende esa crónica. Cree fervientemente que “la literatura ayuda a cambiar a las personas”. Más en unas edades que en otras. Por ejemplo, en la adolescencia muchas lecturas nos acompañarán durante toda nuestra vida y “algún lector puede conectarse tanto que llegue a ser el libro de su vida”, dice el autor de Dientes de leche.

La buena reputación es un libro de más de 600 páginas. ¡Qué diferencia de los primeros libros de Pisón! “Mi idea era convertirme en un escritor de textos breves, en un cuentista. Pero según pasa el tiempo, no es que tenga más cosas que decir, sino que tengo más facilidad en contarlas”, se auto analiza. Eso se nota en la estructura de su libro, que lo plantea sobre un testamento que no se retoma hasta más adelante en la novela. “Juego con varios flashbacks y flashforwards, lo cual creo que ayuda al lector a averiguar cosas de la trama”, elucubra razonadamente.

La obra está estructurada en cinco novelas, sobre los diferentes personajes, “pero no son cinco novelas cortas, es la misma novela y cada capítulo no tiene sentido por sí mismo, todos se complementan”, puntualiza el escritor zaragozano. Esos puntos de vista de sus protagonistas son los que conforman una novela con sabor de saga familiar donde nos cuenta la historia de unas personas que han vivido y siguen viviendo en uno de los paraísos perdidos de nuestra tierra, donde la arquitectura señorial y colonial de una ciudad diferente aguanta el paso del tiempo para convertirse en la protagonista. La historia de una ciudad que es desconocida y se merece un reconocimiento como el que Ignacio Martínez de Pisón hace.

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