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«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra

Miguel de Cervantes Saavedra
Miguel de Cervantes Saavedra (Foto: Archivo)

Nuevas perlas documentales legitiman el acuartelamiento de Miguel de Cervantes Saavedra, y su hermano menor, Rodrigo de Cervantes, en la base naval de «la insigne isla de Malta»

Por Krzysztof Sliwa
martes 14 de enero de 2020, 20:21h

Conforme al excelente libro La antemuralla de la Monarquía. Los Tercios españoles en el Reino de Sicilia en el Siglo XVI (Madrid, 2010), del benemérito historiador Carlos Belloso Martín, Universidad Europea Miguel de Cervantes, el héroe de Lepanto y su hermano Rodrigo, soldados de la compañía del capitán Manuel Ponce de León (1539-1549) del Tercio del Maestre de campo Diego Enríquez de Castañeda y Manrique (1535-1601), invernaron en la isla Μελίτη, «dulce como la miel», entre 1573-1574, sede de La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta.

Con arreglo a la carta del 8 de noviembre de 1573 en Palermo, elaborada por el contador general de la armada de Su Majestad, Sancho Corroza, y descubierta por el profesor Belloso Martín, se documenta incuestionablemente que las dos compañías del «Tercio de la Sacra Liga» del Maestre de campo, Lope de Figueroa y Barradas (1541/42-1585), «estaban en Malta y tenían 317 soldados según la muestra que se les tomó cuando se embarcaron para ir a Sicilia; en la de Juan de Anaya de Solís 159 soldados, y en la de Don Manuel Ponce de León 158» (La Antemuralla…, pp. 130-31, 250).

De acuerdo con el sargento 1° Miguel Ángel Domínguez Rubio, Regimiento de Infantería, «Tercio Viejo de Sicilia», N° 67, estas compañías fueron designadas a «la isla de Malta en apoyo a la orden de los caballeros de San Juan o de Malta, sólidos aliados de la Corona Española, aparentemente como medida provisional» «Cervantes, soldado de Infantería en el Tercio de Sicilia» (2015, 155-174).

La carta del 20 de febrero de 1574 en Palermo, hallada por el investigador vallisoletano Belloso Martín, del Duque de Terranova, Carlos de Aragón y Tagliavia (1530-1599), Presidente del reino de Sicilia (1566-1568), dirigida a «Friedensfürst» hizo referencia al alojamiento de la compañía del capitán Ponce de León en «la insigne isla de Malta» (El amante liberal) en noviembre de 1573, e insistió a Don Juan de Austria (1547-1578) dejarle al menos 3.000 soldados para reforzar el Tercio de Sicilia. De resultas, Don Juan decidió que se quedasen en el Reino de Sicilia dos compañías más, que eran las de los capitanes Juan de Anaya de Solís y de Manuel Ponce de León, con aproximadamente 500 soldados que fueron transportados desde Malta a Sicilia, «Miguel de Cervantes, soldado en el Mediterráneo…» (2016, 77-105).

El nuevo dato fiable de Belloso Martín pone de relieve que Sancho de Corroza hizo mención de estas dos compañías, distribuidas en Melita, cuando a principios de noviembre preparaba «una relación de lo que se debe a la Armada hasta fin del mes de octubre del año 1573» «Miguel de Cervantes… (2016, 86). En el capítulo de la Infantería española se señala que a la compañía que ha hecho nueva el Maestre de campo Figueroa y Barradas, y a las doce viejas de su cargo «diez de ellas han estado en La Goleta y las otras dos están en Malta», «Miguel de Cervantes… (2016, 86).

Belloso Martín explica que la compañía de Ponce de León fue traspasada del «Tercio de la Sacra Liga» y encuadrada en el Tercio Viejo de Sicilia, capitaneado por el Maestre de campo Castañeda y Manrique por mandado de Don Juan a petición del Duque de Terranova y permaneció «el invierno de 1573 a 1574 en este Reino», «Miguel de Cervantes, soldado de Infantería española» (2015, 139-53). El historiador malagueño Juan Luis Sánchez Martín, ex editor de las Researching the Lace Wars, Dragona, y Researching & Dragona, sostiene que Cervantes estuvo al menos dos meses en el archipiélago maltés, esto es, «desde mediados de octubre hasta mediados de diciembre de 1573, un lugar que el escritor nunca mencionó» según su artículo «Los capitanes del soldado Miguel de Cervantes» (2016, 173-232).

Por lo que atañe al acuartelamiento de Miguel y Rodrigo en la base naval máltense es factible que se hayan instalado en el Fuerte de San Ángel en Birgu, residencia de Jean de la Cassiere (1572-1581), 51º Gran Maestre de la Soberana Orden militar y hospitalaria de San Juan de Jerusalén, en la ciudad fortificada de «La Humildísima Ciudad de La Valeta» sobre el monte Sciberras al otro lado del Gran Puerto, o en las fortificaciones de Floriana, unos de los suburbios de La Valeta, las plazas fuertes, las casas civiles o en las montañas. De la misma manera, estimo que durante su guarnición máltense Miguel haya conocido a Antonio de Toledo (¿-1579), Prior de la Orden Militar de San Juan en el Reino de León, Francisco de Valencia y Fernando de Ormaza, caballeros del hábito de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria, muy buenos amigos del cautiverio argelino, cuya galera San Pablo, de la Orden de Malta, fue apresada el 1 de abril de 1577 por 12 bajeles argelinos y llevada a Argel, infierno de infieles y el hervidero de espías.

Con todo esto, rectifico errores de los eruditos, quienes articulan falsamente que Cervantes estaba en Nápoles en el otoño de 1573 y posteriormente trasladó a la isla de Cerdeña. Esa no es la verdad en absoluto porque la nueva documentación de Belloso Martín, dejada en el tintero por los biógrafos cervantinos, hace patente que Cervantes estuvo en Siracusa desde principios de 1574 hasta junio de 1574 «Miguel de Cervantes…» (2016, 88). Aún compruebo que Figueroa y Barradas, protagonista de El alcalde de Zalamea (Alcalá de Henares, 1651), de Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), puso en marcha su carrera militar «siendo de hedad de quinçe años… se fue a segir la guerra contra la boluntad de sus padres» según el historiador italiano Salvatore Leonardi, Socio correspondiente de la Accademia di Scienze, Lettere e Belle Arti degli Zelanti e dei Dafnici de Acireale, «Para una biografía de Lope de Figueroa: notas críticas y nuevas aportaciones. Parte primera: hasta la jornada de Djerba y el final de su cautiverio por los turcos (1564)» (2013, 273-384), y acorde con Sánchez Martín, Lope ««empezó a servir de diez y seis años, y para este efecto salió fugitivo de su casa, pasó a Italia» «Lope de Figueroa y Barradas, caballero de Santiago y Comendador…» (2011, 103-07).

Conviene destacar, además, que no sólo los documentos legales, sino también las piezas literarias corroboran el acantonamiento del «lobo del mar» en Maleth, «refugio», el que evocó así: «contra de las amenazas del Turco Su Majestad el Rey ha estimado oportuno alertar las costas de Nápoles y de las dos islas de Sicilia y Malta» (El Quijote, II-I), y a la defensa de la «Tierra de miel» aludió de este modo: «la escuadra de Malta o algunas de las de Sicilia» (El amante liberal), y «de Malta el gran maestre, a quien secretas espías dan aviso que en Oriente se aperciben en las bárbaras saetas, teme, y envía a convocar la gente que sella con la blanca cruz el pecho, porque en su fuerza su valor se aumente» (El Viaje del Parnaso, I).

Por último, las preciosas joyas documentales encontradas por el ejemplar profesor vallisoletano Carlos Belloso Martín echaron por tierra las fantasías de los biógrafos cervantinos e hicieron brillar el ejemplar servicio militar de Miguel y Rodrigo, cuya misión fue defender «Antemuralla del reino de Sicilia», una de las claves estratégicas de la Monarquía Católica. ¡Enhorabuena!

«Laus in Excelsis Deo»,

Krzysztof Sliwa

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