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César Pérez Gellida
César Pérez Gellida (Foto: Javier Velasco Oliaga)

César Pérez Gellida: “Se ha escrito mucho de la guerra fría desde la óptica occidental y no desde la oriental”

Autor de “Todo lo peor”
Por Javier Velasco Oliaga
sábado 30 de mayo de 2020, 14:00h

Son muchas las veces que he entrevistado a César Pérez Gellida para hablar de sus obras. Después de su larga saga de ocho novelas sobre el psicópata Augusto Ledesma, el escritor vallisoletano cambia de registro y se centra en el mundo del espionaje. Su última bilogía, que concluye con “Todo lo peor” se centra en el Berlín de la Guerra Fría, en esta ocasión visto desde el lado oriental.

César Pérez Gellida
César Pérez Gellida (Foto: Javier Velasco Oliaga)

“El periodo de la Guerra Fría siempre me ha interesado mucho, pero casi siempre se ha tratado desde una óptica muy occidental y no desde la oriental”, dice el autor vallisoletano en una entrevista exprés que realizamos. Afortunadamente, César quiere poner fin a esa perspectiva y abriendo el objetivo de su cámara intenta la ecuanimidad de visiones.

“Quería que el lector entendiera la ideología del criminal, por eso me pongo del lado del asesino mesiánico que es Asa, un sociópata de la peor especie”, expone de manera torrencial el escritor. Su personaje principal, Viktor Lavrov, es un miembro de la temible STASI, con fuerte conexiones con la no menos terrible KGB; que deberá encontrar, con la ayuda de Otto Bauer de la Kriminalpolizei, a ese despiadado asesino del que no se tienen muchas referencias.

En esta corta saga, el autor tenía dos casos muy importantes, de ahí que haya querido que sus dos novelas, "Todo lo mejor" y "Todo lo peor", sobre este periodo sean autoconclusivas. “He querido utilizar otras temáticas diferentes a mis anteriores libros”, afirma, aunque el modus operandi de sus novelas mantiene su estilo duro, cortante y áspero. En lugar de manejar muchos escenarios, en esta ocasión se centra en ese Berlín, cuna del espionaje de la Guerra Fría. “Me interesa mucho esa óptica del Berlín de los ochenta para encuadrar una novela negra”, apunta.

“En cuestión de espionajes, el KGB siempre fue por delante, por mucho que les moleste a los americanos”

Antes de la caída del muro de Berlín, hace unos meses se celebró el 30 aniversario, la ciudad estaba llena de espías de diferentes servicios de información, KGB, STASI, MI6 o la CIA se repartían casi todo el bacalao de la ciudad. También se movían otros servicios como el israelí o el francés, entre otros, pero mucho menos que los anteriormente citados. “En el Berlín Oriental habían muchos túneles por donde circulaba la información, hay que tener en cuenta que la tecnología no estaba tan desarrollada como ahora. El KGB siempre fue por delante, por mucho que les moleste a los americanos”, sentencia César con rotundidad y añade “los soviéticos eran unos maestros de la intoxicación, igual que ahora los rusos. Tenían intoxicados a todos los servicios de información. Todos estos servicios fueron muy permeables a los soviéticos”.

Sobre este periodo “hay mucha documentación y se han realizado muchas películas por lo que es muy fácil conocer el ambiente de la ciudad. Berlín es una protagonista más de mi novela”, subraya este infatigable escritor que se levanta todos los días entre las cuatro y las cinco de la madrugada para trabajar en sus libros. “Suelo escribir un par de libros al año, aunque este año voy un poco retrasado”, reconoce. Sus novelas suelen tener entre 60 ó 80 escenas distintas, lo que supone un trabajo ingente de descripciones.

Otra de las características de su literatura es la alternancia de escenas. “Me gusta hacerlo así, para reflejar distintos puntos de vista. Es más entretenido”, analiza. En la charla me cuenta numerosas anécdotas de su proceso narrativo. “En ocasiones, se me ha muerto algún personaje que yo no quería. Cuando comienzo a escribir una novela no tengo el final del libro, siempre lo encuentro cuando estoy escribiendo la trama”, señala con su cavernosa voz.

“No es tan importante saber o no quién es el asesino. Lo importante es que el lector entre en el juego de los protagonistas”

César Pérez Gellida es un escritor muy minucioso. “Cada escena que voy a escribir, la recreo en mi cabeza 5 ó 7 veces”, señala y eso que no es un escritor de notas en papel. Todo lo tiene en la cabeza. Quizá por ello le atraiga tanto lo psicológico. “He leído mucho sobre el comportamiento de la gente y por qué se equivocan en momentos relevantes, al igual que en comprender la mente criminal”, nos descubre.

No es el más recto el camino directo

“Para mí, no es tan importante saber o no quién es el asesino. Lo importante es que el lector entre en el juego de los protagonistas. Es una forma distinta de llegar a otro sitio. Precisamente, no es el más recto el camino directo. Hay muchos caminos para llegar a un mismo sitio”, sentencia este escritor que necesita que en sus novelas haya muchos acontecimientos. “No me gustan las escenas de transición. En mis novelas no hay rellenos. Lo que sí hay son momentos en los que doy respiros al lector”.

Ninguna de sus diez novelas le ha dejado mal sabor de boca. Sí reconoce que su último protagonista, Asa es el tipo más repulsivo que ha escrito. “Me ha causado bastante rechazo”, detalla. Para César Pérez Gellida, “la novela negra ortodoxa está bastante anquilosada. La mentalidad del lector ha cambiado y el escritor tiene que adaptarse a nuevos parámetros”, evalúa diestramente.

Para terminar, nos dice que tiene una nueva novela muy adelantada. “Es la novela más sangrienta que he escrito”, comenta y concluye la entrevista diciendo “uno siempre se puede superar”. No me cabe la más mínima duda.

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