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CLAVÍCULA: Me duele

lunes 03 de abril de 2023, 19:54h

No queremos hacer ruido, pero tenemos dolor, miedo, y derecho a quejarnos, y miedo a la muerte.

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Sentimos soledad, preocupación por los demás, insomnio, depresión, enfado, no es hipocondría, mi gente lo sabe, yo lo sé, me duele.

Lo intentamos, pero nos dicen que no sabes lo que te pierdes, que no sabes lo que dejas, que hay que administrarse unas gotas de felicidad, que nos expresemos, que eso ayuda, que hay que hablarlo, que las palabras sanan, que los silencios fracasan aunque sean necesarios, porque tememos perder y sentirnos vacías.

Necesitamos apoyo, no comparaciones, no me cuentes tus males, ya sé que conoces a alguien que le pasa algo parecido. Pero cada silla es distinta, cada uno se siente como puede, nada es verdad y nada es mentira, no tengas vergüenza a hablar de tus vergüenzas, de escatología, de partes íntimas, de mostrarse desnudas, mírame y no me toques, ¿por qué me tiene que estar sucediendo esto a mí? Confírmame el diagnóstico, pero dime cómo se cura.

Se desarrollan los sentidos, o se atrofian, solo huelo a pises, a sudor, a excrementos, no siento las yemas de los dedos, todo me sabe amargo, no podemos más, pero podemos con todo.

Clavícula, la vesícula, el apéndice, el hueso de la risa, la espinilla, el arco del pie, la rodilla, la cadera, partes del cuerpo extremadamente sensibles, el deterioro inexorable, ya sabes, fulanita está pasando lo suyo, ¿y qué es lo suyo?, un calvario, ¿cómo se cura esto?, la fibromialgia existe aunque no la detecten, y los placebos no curan, y el dolor con dolor no se quita,…

Tenemos a cuatro mujeres, Carmen Marín, Marissa Nolla, Blanca Sánchez, Claudia Siba que nos van relatando e interpretando sus males, sus dolores, me duele, no vale el mens sana in corpore sano, somos víctimas, tenemos la sensación de cristalización, y no es cuestión de estar en una edad mala, ¿qué edad es esa? Porque nos lo cuentan con humor, sin dramatismo, con sensibilidad, con la ternura que debe ofrecer un enfermo a quien se cree que está libre de daño, de fatiga, de mal, de achaque, de indisposición, de padecimiento, de rotura.

Marta Sanz, gran escritora de narrativa, ensayo y poesía, en Clavícula, o Mi clavícula y otros inmensos desajustes, nos habla de todas las cuestiones mencionadas anteriormente. Rafael Campos hace la dramaturgia, con producción de la compañía aragonesa Le Plató d'Teatro, y nos presentan el temor al dolor, el vagar de un médico a otro, ¿quién me va a cuidar si no me cuido sola? Me rompo, pierdo el sentido de la compostura, aunque me digan que sople y que sople, el dolor no se va, aunque apriete los dientes. Me duele.

Y todo esto sin necesidad de reivindicar la Sanidad Pública, que sí, que la tenemos en mente, que si no nos cuidan ellos, ¿quién nos va a cuidar? ¿quién me va a quitar este dolor? ¿quién se pone en mi lugar? ¿Quién me encajará, finalmente, la Clavícula?

FICHA ARTÍSTICA

Autoría: Marta Sanz

Dirección/Adaptación: Rafael Campos

Elenco: Carmen Marín, Marissa Nolla, Blanca Sánchez, Claudia Siba.

Dirección de producción: Le Plató de Teatro

Espacio: Teatro del Barrio

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