BOLA DEL OCHO...

- ¡Cómo está el patio colega! Es poner un poco la oreja y te despelotas tía. Lo mejor de ir de tapas es escuchar las conversaciones ajenas…

- Vani, mala elección. La curiosidad mató al gato y eso de la indiscreción y el entrometimiento en otras vidas no es propio de gente normal, un suponer, como tú.

- Pues yo lo recomiendo como terapia. Hasta ahora me divertía jugar a quién es quién o cuál es su historia. Me entrené en las terrazas parisinas del mismo Montmartre de la ciudad del amor, léase París, en mi último viaje la primavera pasada…

- ¡No te las des Vani, que fuiste una vez y estuviste tres días! En nada te crees la Audrey Kathleen Ruston, más conocida como Audrey Hepburn, de Paris desayunando con diamantes…

- Ahora metes la pata tú, enteradilla, porque Breakfast at Tiffany's se rodó en la tienda insignia Tiffany and Co.'s de la ciudad de Nueva York. Te equivocas de Audrey y de peli. En “Le Ville Lumière”, en el barrio de Montmartre, con multitud de escenarios maravillosos, la protagonista de Amélie, Audrey Tautou, tiene un apartamento. Y yo me senté en esas terrazas de veladores pequeños que miran a la calle y te permiten observar la multitud de paseantes que pueblan sus calles. Y a imaginar cómo son sus vidas por el careto que traen; si vienen parejas, imaginas cómo es su relación si van agarradas de la mano, si se miran, si transmiten complicidad o amor… La otra mitad, no se rozan ni se hablan.

- Imaginar es gratis y te puedes equivocar de cabo a rabo, porque la gente no se relaciona igual en ambientes íntimos que en los mundanos, un suponer. Las miradas cambian cuando te sientes feliz, cuando sientes amor, o cuando te invaden la ira o la tristeza. Pueden pasear por la calle agarraditos y haciéndose arrumacos y al llegar a casa cada uno se coloca en un extremo del sofá. Mejor la lectura, que te permite vivir amores y mundos que no están a tu alcance.

- La lectura siempre está, pero con el buen tiempo y la acumulación de terrazas que impiden el tránsito de viandantes por la ocupación de las aceras, esto es mejor que Tele Cinco. Ves deambular el feísmo -porque se ha impuesto lo feo en la vestimenta, mayormente, de la juventud- de los cuerpos semidesnudos, chicas con top imposibles, minis que llegan hasta la braga… lo que tienen que sufrir los padres viendo salir así de casa a sus criaturas. Y no es que a mi me importa que enseñen. Mayormente me la pela, pero que sea bonito lo que no tienes más remedio que ver.

- Los padres, a estas alturas de la película, ya están curados de espanto y lo que quieren es evitar el infarto. De ahí las tragaderas agrandadas que no se ocultan ni con bufanda, porque lo que tenemos es producto de lo que hemos sembrado, en muchos casos. Con dieciocho haces lo que quieres, aunque te mantengan tus progenitores, si a ello vamos. Pero no seamos negativas, que la juventud es buena, aunque ande despistada y su léxico sea escaso, porque mira Vani que hablan mal… Con cuatro palabras lo dicen todo. Alucinas si escuchas las conversaciones en el bus que lleva a Moncloa un viernes por la tarde… ¡Jo tía, flipo con mi madre, eg que no se entera! ¡Joder tronca, y que lo digas! ¡Pues que la den, no te jode! ¡No te rayes, que la mía es igual! Y así todo el viaje. ¡Un horror, aunque nosotras seamos un poco poligoneras!

- Te digo Puri que son más entretenidas las terrazas, además de que el tapeo me pone cantidad. Acompañas conversaciones con una rubia fresquita y pasas la tarde como el tato, un suponer, como yo el juernes pasado cerca de la Plaza de Santa Ana. Había ido acompañada y arrebujaita con quien tú sabes y nos aposentamos en una con sabor antiguo -aunque fueran chino y marroquí los amables camareros que se desvivían-. Pedimos un par de racioncitas y unas cervezas heladas. Había futbol; la charla decayó y a mí me atronaban las trompas tres chicas de la mesa de al lado que hablaban en su tono normal, léase, a gritos. Me percaté tarde, despistada que andaba. Tres bocazas que decían: Me hice el ombligo, los típicos… te meten el piercing y te duele… Y encima, se me perdió la bola del ocho. ¡Soy una puta bola y muy clásica! ¡Me hago el del ombligo! ¡una clásica!

- Vani, antiguamente los pírsines eran utilizados como elementos representativos de distintas culturas y los que, sin duda, han sobrevivido a todos los pueblos son los que lucimos como pendientes y llevamos mayormente las féminas, formando parte de nuestra mismidad desde la cuna, cuando la matrona o la vecina entendida horada los lóbulos de nuestras orejas. Ahora son ya muy populares en el sexo débil, léase, los hombres. Y alucina colega, el 28 de junio, es el Día Internacional del Piercing Corporal. Esta fecha fue seleccionada en conmemoración al nacimiento de James Mark Ward, el responsable de abrir el primer estudio de piercings profesional en el 1978.

- Puri, hay más tontos que botellines, mira que celebrar el día del piercing… Las orejas dan para muchos. Si te lo colocas uno arriba del todo, en el cartílago superior, es un Hélix piercing, en el medio Conch piercing y un pelín más arriba del lóbulo, Upper lobe piercing. El industrial piercing y el tragus piercing ya no se ni dónde van.

- Si seguimos con la nariz, en culturas como la hindú, este tipo de perforaciones son conocidas como «Nath» o «Koka», y se colocan en el lado izquierdo de la nariz, siendo este un símbolo de fertilidad para las mujeres. En el centro, entre los dos orificios, dicen que alarga la silueta y te da un toque muy personal ¡joder con la publicidad! Y un septum suele ser muy doloroso y la cicatrización puede tardar tres meses…

- ¿Y el Nosallang? ¿Y el Bridge entre los ojos? Porque el Rhino da aspecto de rinoceronte… ¡Nunca un septril! Aunque me paguen, ni el Austin Bar… Tal vez el nostril que puedes usar un piercing mini labret o uno de gancho. ¡Para mear y no echar gota!

- ¡Esos se ven mucho! Me gusta más el del ombligo, el belly button piercing, aunque sea un nido de miserias, perdón, de bacterias. No me atrevo con el que atraviesa el pezón, el Nipple piercing que para que sepan que lo llevas tienes que ir con transparencias y descocada, como quien no quiere la cosa y encima jodes la lactancia, un suponer, si no existiera el biberón.

- Las zonas más dolorosas son los dedos, los tobillos, los párpados, la campanilla, el cráneo, las encías, las clavículas, el piercing corset (espalda), los dientes y alucino con los de los genitales… ¡Dónde vamos a ir a parar! Mejor te colocas uno en la lengua, el piercing Rim, tradicional o central. Aunque si quieres perforar otra zona, te pones el Piercing Web, el Marley o de frenillo lingual. A ver si así te callas la boca y no reconozco tu tono tan personal y didáctico. Seguro que ninguno se llama como hemos dicho… ¡Ahí lo dejo! Quien quiera aprender que vaya a la escuela.

- Pensándolo bien Vani, paso de pirsing y tatus, que duelen y sólo se ven en verano; además, cuando pasan los años y se descuelgan las carnes ya no quedan bonitos. Mejor nos ponemos tatuajes temporales adhesivos, llamados en mi infancia calcomanías. Duran cuatro días y más si no te duchas. ¡Elijo mariposa en el hombro derecho!

- Pues yo flores, que también soy una clásica y vamos a lucirlos a una terraza a la caída del sol. ¿Rosales o centro, que hay más ganao y pegamos la oreja?

- ¡Literal, Vani! ¡Vamos a pegar la oreja y a arreglar la vida de otros, que la mía está hecha unos zorros!

- ¡Cien por cien Puri! ¡Cien por cien!