La vida está tan achuchá que, en ocasiones, nos apetece salir de juerga para olvidarnos de la realidad. Azucena del Valle nos cuenta como se divierte con sus amigas en "¡Me voy de pedo!". Antes, sencillamente, nos íbamos de juerga y terminábamos cantando, como aquella canción de Los Brincos, ¿borracho yo, tururú? Pero la verdad era que terminábamos insultando al clero y cantando himnos patrióticos para negar la evidencia. Justo lo que hacen nuestros políticos.
Las redes sociales están cambiando nuestra manera de expresarnos. Utilizamos expresiones que parecen las de un aborigen sioux en la películas de western de serie B. Los políticos tienen mucha culpa de eso aunque no les conste. Expresiones expresionistas que no entendemos y tenemos que utilizar un traductor joven. Azucena del Valle, en su artículo "¡No me consta!", nos lo cuenta con humor y un poco de malaleche como dicen en la RAE (Rácanos Académicos Enfadaos).
Azucena del Valle cada día se muestra más descarada, nos lo demuestra en "¿Parejas imposibles?" Sin embargo, no hay tales. Lo que hay son parejas interesadas. Un amigo, ya talludito, me contó un buen día que le gustaba bailar agarrao, con la mano derecha de la dama en su corazón. Lo que no me dijo es que en el bolsillo de la camisa llevaba la cartera bien preñada de chistorras. La joven solía decir a los cuatro vientos que el money facilitaba la felicidad. Lo que no me contó es que la crisis del 2008 le dejó la cartera más seca que una lechuga puesta al sol. Ya no había con que regarla.
Un político diría que la humildad está sobrevalorada. Ni siquiera es una virtud cardinal. Recordemos que son: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Ni siquiera teologal: fe, esperanza y caridad. A lo mejor la humildad tiene un poco de cada una de esas virtudes. Azucena del Valle desgrana en su artículo "La humildad" el sermón del cura de su pueblo que está cerca de las montañas.
Otra vez, Azucena del Valle, que es más de campo que su apellido, se nos ha vuelto a poner seria. ¡Y no es para menos! Los incendios que estamos padeciendo son de sexta generación y cada vez son más difíciles de apagar que ver a los políticos trabajando por el bien común. Todavía no he visto a ninguno con una pala entre las manos luchando contra las llamas. Aquel slogan de: ¡Todos contra el fuego! Debería terminar con un: ¡menos políticos! Nos lo cuenta en su nuevo artículo ¿TODOS CONTRA EL FUEGO?
Azucena del Valle nos cuenta en "La percepción y los guisantes" que vemos las cosas diferentes dependiendo del color de nuestras gafas, unas son rojas, otras azules, y así nos va. A unos no les gustan los guisantes, a otros, como su amiga Margarita del Campo, le encantan; pasa lo mismo que con la tortilla española, yo soy de los que la preferien con cebolla. Estamos más polarizados que los de AC/DC, por mucho que a Puri le gusten los de Metallica, que tienen un bajista de apellido Trujillo que cuando toca parece que te va a dar con el bajo en la entrepierna. ¡Ah!, y yo en la ilustración veo copas de vino. ¿Y usted, qué ve?
Azucena del Valle lleva un año que no para de viajar. Ahora le ha tocado desplazarse a Valencia en el #TrenDeLaCultura, más solidario que nunca. Lo cuenta en "Libros para sanar". Muchas bibliotecas y librerías quedaron anegadas por la riada que ocurrió después de la dana. Se lo dijo Rosa Montero a los plumillas: el agua perjudica más que el fuego. Bien lo sabía Francisco Umbral que un día en su casa me dijo que cuando no le gustaba un libro lo tiraba a la piscina. ¡Y la tenía a rebosar!
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Vuelve a estar Azucena del Valle muy reivindicativa. Las calles de Madrí son un gran basurero o un muladar, como diría mi santa madre. Nos lo cuenta en "¡Agua va!". Parece que nos hemos retrotraído al Siglo de Oro cuando los vecinos tiraban sus aguas menores y mayores desde un orinal a la vía pública. Ahora se tiran las bolsas de basuras a plena calle impidiendo el paseo de los jubilados. Ocurre en otras grandes ciudades y pequeños pueblos. No sabemos si la culpa la tienen las ciudadanos y ciudadanas que son unos insolidarios o los ineptos políticos que gobiernan los ayuntamientos. Que cada uno escoja lo que más le convenga.
Ahora que nos acercamos a la edad de la jubilación, nos preocupa quién cuidará de nosotros cuando ya no podamos valernos. Los consejos de sabios ya no están de moda. En Japón los ancianos se van a morir a la montaña o a la carcel para que les cuiden cansados del edadismo que hay en la sociedad. Azucena del Valle nos narra en "Viejos cuidando a viejos" lo que está sucediendo en nuestra egoísta sociedad. Los ancianos ya no solo cuidan a sus nietos si no que cuidan de sus padres centenarios. ¿Será eso la inmortalidad?
La política se ha convertido últimamente en una casquería. Ya no hay gobernantes como los de antes; ahora les da lo mismo afanar chistorras, lechugas que misales. Antes se las llevaban a Suiza o a Andorra; ahora a la República Dominicana o a Panamá en el "todo vale". Antes no había falcons, ahora sí. Azuzena del Valle lleva un tiempo investigando el argot de esta gentucilla, y nos lo cuenta en "Lechugas traigo, ¡ánimo Pedro!" Sería para reírse si no jugasen con el futuro de tanto contribuyente.
Que los alemanes son cultos y educados es todo un mito. Lo acaba de constatar Azucena del Valle, y nos lo cuenta en su nuevo artículo "Only cash". Allí también defraudan a manos llenas; todo el mundo te quiere cobrar en cash. Será para no declararlo a Hacienda, que cada vez somos menos.
Cerca de una de las puertas de Salamanca, al cruzar el puente romano del río Tormes, está el berraco de la fotografía. Por los andurriales abulenses hay legión. Lo ha escogido Azucena del Valle para su artículo " Capadores..." porque está lisiado de sus partes pudendas. Así debería de vivir más, como dice el investigador Javier Bragado -también es casual tener ese apellido-. Éste, desde luego, ha vivido más porque es de piedra. Ahora hay más castrad@s emocionales que antes, y aconseja que hay que hablar más para solucionar los problemas. Se equivoca, lo que hay que hacer es escuchar más.
Que Sánchez es el puto amo no lo cuestiona nadie. Que, de momento, no tiene rival al que enfrentarse es otra evidencia. Que sigue teniendo muchos apoyos en los medios de comunicación subvencionados, tres cuartas partes de lo mismo. Así, Azucena del Valle nos cuenta en su artículo "Venía con una flor en el culo" sus impresiones sobre el líder mundial al que parece que se le ha acabado su baraka y que ni siquiera se ha enterado de lo que hacían sus amigos del Peugeot. La autora, ha dejado aparcado el humor por una semana para desahogarse y lo hace dando sus motivos.
Que "el mundo está en crisis", lo sabe Theodor Kallifatides y todo quisqui. Lo malo es que no hacemos nada por solucionarlo. El escritor griego-sueco ha viajado a España para dar una serie de conferencias y agitar conciencias. El vivió el conflicto armado más grande del siglo XX y no quiere vivir otro de esas dimensiones, aunque lo tengamos encima. No solo la invasión de Ucranía, en el mundo hay más de ochenta conflictos armados y nadie hace nada.
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