Fue Paloma Sánchez Garnica -Premio Planeta 2024- la encargada de charlar sobre “La novia de la paz” con la feliz ganadora del Premio Azorín 2025, Rosario Raro, acompañadas por el presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, el diputado de Cultura, Juan de Dios Navarro, la vicepresidenta primera de la Diputación, Ana Serna, el director del Área de Relaciones Institucionales del Grupo Planeta, Carlos Creuheras, y la directora de Editorial Planeta, Belén López.
La autora, conocida por su habilidad para entrelazar historias emotivas con contextos históricos, ha logrado crear una obra que resuena en los lectores en un momento en que la paz y la reconciliación son más necesarias que nunca.
Ambientada en 1901, la historia nos lleva al Sur de África, Londres, Escocia y la India, de la mano de dos mujeres extraordinarias, Emily Hobhouse y Shayna Orliens, que buscan la armonía en medio de conflictos y divisiones. A través de su narrativa, Raro explora las complejidades de las relaciones humanas y el impacto de la guerra en la vida cotidiana. La autora, a través de un relato de ficción, hace un llamamiento a la reflexión sobre la importancia de la paz en nuestras vidas, destacando también la esperanza de aprovechar las segundas oportunidades que se pueden presentar.
Shayna Orliens, llega al sur de África, huyendo de un escándalo que afecta a su marido en la alta sociedad londinense. Mientras lucha por reconstruirse y buscar cómo defenderse de la acusación que pende sobre ella por la desaparición de su esposo, conoce a un joven escultor escocés con un secreto inconfesable, al que la autora se toma la libertad de llamarlo Denys, como el protagonista de Memorias de África. Y no es el único parecido, ya que la cuidada portada nos recuerda también dicha película. Utilizan el amor como energía, afirma Raro, él la llama Shayna crisálida, un susurro que la autora confiesa haber escuchado mientras estaba escribiendo, porque él la deja ser y estar sin modelarla ni moldearla, sino que ve como ella va surgiendo de esa herida…
Junto a esta mujer, aparece el personaje histórico de Emily Hobhouse, una activista humanitaria y pacifista británica que denuncia con valentía los abusos del imperio británico en la guerra anglo-bóer. A esta protagonista se suma, en otro contexto, Gandhi, quien tiene, igualmente, un papel destacado en el hilo conductor de la narración.
Rosario Raro quiere que, con sus historias, no tenga el lector la sensación de que le están contando lo que sucede, sino que se sienta allí y entonces, lo que consigue a través de una literatura muy sensorial creando un entorno en el que se produzca esa inmersión. Para ello, se documenta profundamente a través de reportajes, documentales, películas ambientadas en la época, - que es lo que emociona porque nos interpela y nos identificamos con los personajes-, literatura, ensayos -que es lo que aporta intrahistoria, apostilla Sánchez Garnica-. Cuando ya tiene toda la información que ha podido recabar, sólo entonces, empieza a escribir, porque, para ella, escribir es transcribirlo. Cuanto más me documento yo, más rápido se leen los libros
Rosario Raro aspira a conmover con unos personajes que cobren vida
Afirma que no ha querido escribir una novela de buenos y malos, sino que hubiera un encuentro y comparte con los asistentes el método Raro, aprovechando su apellido, cómo es su proceso creativo y cómo, con sus personajes de ficción, siempre ha de saber hacia dónde va, aunque introduzca variaciones durante el proceso de escritura. Los personajes tenían nostalgia de sí mismos, de cómo habían sido en un momento anterior, aclara, haciendo un paralelismo con cualquiera de nosotros, recordando etapas en las que éramos más alegres.
Lejos de hacerse fichas con los personajes, la escritora piensa en personas reales y los traslada a su novela. De esa manera sabe cómo piensan, sienten y comportan sin equivocarse.
El método Raro consiste en aprovechar las cosas cotidianas que le pasan a la escritora o a personas de su entorno y que consiguen llamar su atención. Cuando se pone a escribir es porque una historia ha conseguido impactarla hasta pensar en ella de manera obsesiva. Cuando pasan los días y no se olvida, sabe que hay que ponerse manos a la obra. Crea una alerta de Google con palabras claves, y empieza el proceso de búsqueda y documentación. Enamoramiento y obsesión, sin esos dos ingredientes, no se puede escribir una novela, afirma.
"La literatura sirve para disfrazarnos y desnudarnos a la vez"
Nos retrotrae a la imagen de una cabaña en la que se encierra para escribir y, una vez que termina, se siente a la intemperie y llega el duelo por perder a unos personajes con los que ha convivido tanto tiempo. Aunque, confiesa, a veces rescata a alguno…
Trepidante, hermosa, adictiva, una novela que invita a la reflexión y al diálogo, en la que los personajes cuentan su propia historia para que el lector conozca sus motivaciones y sus decisiones. La novia de la paz, Editorial Planeta.
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