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William Dalrymple revela la vía dorada de la India como eje cultural entre Oriente y Occidente

lunes 06 de octubre de 2025, 18:03h
La vía dorada
La vía dorada

El multipremiado historiador William Dalrymple publica "La vía dorada. Cómo la antigua India transformó el mundo", donde pone patas arriba nuestra visión del mundo antiguo al situar a la India como eje vertebrador de la conectividad entre Oriente y Occidente, y corazón de la «Indosfera», un vasto imperio de las ideas y del espíritu que se extendía del Pacífico al mar Rojo cuyo poder no manaba de las armas, sino de la riqueza de su comercio y de su formidable préstamo de conocimientos (filosofía, ciencia, religión, tecnología), un precedente del soft power contemporáneo que transformaría para siempre el mundo conocido. A la ruta de la seda le ha salido competencia: la vía dorada.

La India jugó un papel fundamental en Asia como centro cultural e intelectual, implantando religiones, artes y culturas a lo largo de su historia, especialmente desde el final de la Antigüedad hasta el comienzo de la Alta Edad Media. Durante este tiempo, la India se erigió como un faro de conocimiento y espiritualidad, atrayendo a pensadores como Xuanzang al renombrado centro académico de Nalanda, que sirvió de modelo para las universidades europeas posteriores. A pesar de la fragmentación política que experimentó, la unidad cultural y geográfica de la India fue reconocida a lo largo de los siglos.

La Ruta de la Seda y el comercio marítimo

A menudo se piensa que la India desempeñaba un papel pasivo en el comercio entre Europa y China a través de una ruta de la seda cuya existencia temprana es objeto de debate. Sin embargo, su ubicación geográfica y las rutas marítimas favorecidas por los monzones propiciaron un intercambio comercial dinámico. Estas vías marítimas establecían conexiones entre la India y regiones tan distantes como el Mediterráneo, lo que impactó en el comercio y la economía a lo largo de los siglos, hasta que las invasiones mongolas interrumpieron estas tradicionales conexiones en el siglo XIII.

La expansión cultural del budismo fue impulsada por mercaderes y misioneros budistas, quienes llevaron las enseñanzas de Buda más allá de las fronteras de India. Durante el reinado de Ashoka, este fenómeno alcanzó su consolidación, ya que él fomentó el budismo mediante la construcción de estupas y la creación de rutas de comunicación que facilitaron la difusión de su fe.

La noción de la "indosfera" se resalta en la obra, refiriéndose a la amplia red cultural que se extiende desde India hasta el sudeste asiático y más allá, así como su conexión con Occidente. Esta red no se limita al budismo; también incluye influencias en la arquitectura, la religión y las tradiciones artísticas que han perdurado a lo largo del tiempo en diversas culturas, desde Japón hasta Sri Lanka.

A lo largo de la historia, la narrativa acerca de la India ha sido frecuentemente distorsionada, subestimando su participación activa en el comercio y la cultura a nivel global. La obra de Dalrymple cuestiona estas percepciones erróneas y revela la rica herencia cultural de India, así como su impacto duradero en las civilizaciones circundantes. Se destaca que la historia auténtica está repleta de conexiones y contribuciones significativas que han influido en la configuración del mundo.

A lo largo de la historia, desde el surgimiento de los sultanatos musulmanes en la Baja Edad Media hasta la llegada del Raj británico, India ha estado marcada por poderosas influencias culturales externas que han transformado su religión, cultura y lengua. Sin embargo, durante el milenio y medio anterior, un vasto flujo de ideas y conocimientos emergió desde el subcontinente, abarcando desde el océano Pacífico hasta el mar Rojo y más allá. Este intercambio cultural tuvo su origen en India, considerada el corazón olvidado del mundo antiguo.

En su obra, William Dalrymple combina su profundo conocimiento y su pasión incondicional por la India para destacar su importancia, que ha sido pasada por alto hasta ahora, como un eje crucial de la conectividad entre Oriente y Occidente. Situada en el centro de una impresionante red de comunicaciones marítimas y fluviales, India conectaba lugares tan lejanos como China y el Mediterráneo mediante una “vía dorada” que transportaba algo mucho más valioso que simples mercancías. Desde la grandiosidad de Angkor Wat, el templo hindú más grande del planeta, hasta la profunda influencia del budismo en Asia oriental, así como del comercio dinámico que enriqueció al mundo helenístico y romano con sus conocimientos en astronomía, ciencia y matemáticas; incluso la adopción del sánscrito como lengua franca desde Afganistán hasta Singapur demuestra cómo India moldeó tanto la cultura como la tecnología del mundo antiguo. Esto implica que también ha impactado nuestro mundo actual, que no sería lo mismo sin esa vía dorada.

William Dalrymple es un reconocido historiador y escritor escocés, miembro de la Royal Society of Literature y de la Royal Asiatic Society y autor de obras tan relevantes como El último mogol, El retorno de un rey o La anarquía. Sus libros han recibido numerosos premios y galardones, entre ellos el Duff Cooper Memorial Prize, el Thomas Cook Travel Book Award, el Sunday Times Young como escritor británico del año, el Hemingway, el Kapuściński y los Premios Wolfson. Ha sido cuatro veces candidato, y una preseleccionado, para el Premio Samuel Johnson de no ficción. Asimismo colabora, entre otros medios, con The New Yorker, The Guardian, TLS, New York Review of Books, El País y New Statesman.

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