La historia de un periodista -corresponsal de Guerras-, enamorado de otra periodista, en el mundo real de ahora mismo, en el que afloran cada día las matanzas entre humanos y la terrible incultura de los medios digitales. Una crítica de nuestros pecados inmortales. La aventura que supone ser joven e ingenuo y convertirse en mayor, en ese lapsus de tiempo al que llamamos futuro y desde el que jamás podremos regresar al pasado, por muy hermoso que éste haya sido. Los recuerdos sólo son flashes en baja resolución de ese tiempo que fue y ya no volverá a ser.
Una mujer -Tilde de nombre-, al estilo de La Maga en Rayuela de Julio Cortázar; de Alejandra, la protagonista de Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sabato; de Isabel en Las Olas de Virginia Woolf; de Anna Karenina de Tolstói; de Emma en Madame Bovary de Flaubert, o de Yolanda en El Aleph de Jorge Luis Borges. Todas ellas con una fuerza arrolladora y una actitud que no encaja con el mundo que las rodea, siendo un ariete para su propia vida y la de los demás.
Figuras literarias que buscan la felicidad fuera de las correctas normas de su decadente sociedad, más allá de la lógica admitida. Representando la rebeldía frente al entorno y la búsqueda de la libertad, una libertad algo diferente a la libertad masculina.
Un ejercicio sobre el poder femenino llevado a cabo por un joven enamorado, cronista independiente de las guerras actuales y sus terribles consecuencias.
Manuel Salado, escritor heterodoxo, alejado de todas las corrientes literarias actuales, nacido en 1945 en un barco, atravesando el estrecho de Gibraltar, en tierra de nadie, entre la Península Ibérica y África, lo que debió marcar su nula pasión nacionalista.
Estudió en un colegio privado de la ciudad de Melilla. Más tarde cursó Arquitectura Superior en Sevilla. A continuación hizo Publicidad en la Autónoma de Madrid, conocimientos a los que dedicó 37 años de su vida, como Director de Publicidad de dos grandes empresas. Jubilado desde el año 2010, retoma con pasión su carrera literaria. Publica su primera novela en 1970, en Editorial Planeta, a la que le siguen diez más en Plaza&Janés, Seix Barral, y varias editoras más. Aunque tiene dos premios literarios, nunca se ha presentado a ninguno para promocionar sus obras. Entre otras cuestiones porque opina que la cultura debería ser gratis. Cree que ser escritor es de por sí un premio que no necesita comercio alguno, ni soportar los mecanismos esclavizantes que utilizan las editoriales para elegir qué obras son dignas de editarse.
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