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Asunta López

08/04/2023@14:14:00

Campos reside, en la época en que escribe estos diarios, en la Isla de La Sal, un lugar sin duda exótico, pero los hay más. Y le pasan cosas, algunas muy graves que son dignas de ser contadas, sin ser extraordinarias. Además, las cuenta con una prosa certera y un estilo directo que siempre da en la diana, a pesar de que probablemente no sea el mejor prosista de todos los tiempos. También escribe la verdad de lo que siente, una verdad sin tapujos ni autocensuras, aunque haya otros autores que también rezumen sinceridad en sus escritos. Sin embargo, lo que le diferencia del resto y lo que mayor placer produce al lector es que no se calla nada, lo cuenta absolutamente todo, como si nadie le fuera a leer jamás. Joaquín Campos, en definitiva, desparrama sus tripas sobre el papel, escandalizando a algunos e incluso ofendiendo a otros, porque eso es un diario: decir lo que piensas sin pensar la reacción de la persona que piensas en voz alta. A Campos en valentía no le gana nadie.

Autor de “Cómo ser infeliz de una vez por todas (o justo lo contrario)”

En un mundo en el que parece que la felicidad consiste en ir a toda velocidad a todos lados y no dejar de trabajar para consumir más y mejor, Javier Salinas nos propone en esta obra, muy seria, pero con mucho sentido del humor, cambiar nuestras coordenadas para dejar de ser esclavos de un sistema que nos engulle cada día y nos hace desgraciados.

Hace ya algunos años la propia Marta Robles me dijo una frase que se me quedó grabada: Incluso cuando los escritores hablamos de monstruos verdes que vuelan estamos hablando de nosotros. Pues bien, ¨Lo que la primavera hace con los cerezos¨, el verso de Pablo Neruda con el que la autora titula este interesantísimo ensayo, confirma magistralmente aquella aseveración. La vida alimenta al arte, y la pasión, el amor o el desamor son los catalizadores más positivos de la creación en cualquier disciplina. De la reflexión sobre esta simbiosis entre la vida y el arte surge esta obra en la que la autora, con un estilo ameno y directo, bucea en la vida de decenas de escritores, músicos, directores de cine o pintores a lo largo de la Historia para poner la lupa a ese exacto momento en que una relación sentimental, un desengaño amoroso, una experiencia traumática o incluso la imposibilidad de mostrar en público su verdadera sexualidad hace estallar de manera irrefrenable la imaginación del artista para llevar su obra al máximo esplendor, lo mismo que la primavera hace con los cerezos, a ser posible en el Valle del Jerte.

Más de una década después de El tiempo entre costuras, la inolvidable Sira Quiroga, con la sabiduría que a algunos les otorga la madurez y tan carismática como siempre, vuelve a nuestras vidas para llevarnos de la mano por la Palestina convulsa previa a la declaración del Estado de Israel, el Londres devastado por la Segunda Guerra Mundial, la España pobre, pecata y gris que visitó Eva Perón o la Tánger cosmopolita donde entonces aún todo era posible. Espía, periodista, modista o incluso analista de riesgos de una aseguradora, Sira será capaz de reinventarse una y otra vez para tomar las riendas de su propia vida y defender su dignidad en unas circunstancias tan adversas como las que le tocó al Mundo vivir.

En este enternecedor compendio de relatos ambientado en la pandemia y el confinamiento, el periodista Rafael Urdaneta nos acerca la difícil rutina diaria del venezolano de a pie con un retrato coral de una sociedad que supura esperando un milagro mientras el Mundo mira para otro lado.

Que a Javier Marías no le hayan concedido aún el Premio Nobel no se lo explica nadie, pero que cada una de las novelas que publica, en un período de aproximadamente cinco años, sea mejor, si cabe, que la anterior, no deja de sorprender. Su prosa, intimista y muy elaborada, salpicada de reflexiones morales y filosóficas y referencias literarias, sobre todo de los clásicos británicos (Marías fue profesor de literatura española en Oxford) es inconfundible y leerle es una auténtica delicia.

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David, o Currete, como le llama su cuidadora, la sorda Emérita, cree que no había mayor desarraigo que el de seguir a su madre de pueblo en pueblo, una madre maestra muy ocupada que encima no era solo suya, sino de todos los niños del lugar. Así, en la carrera por un trabajo cada vez más cercano a la meta soñada, que es Madrid, Pedro Simón nos relata con mucha nostalgia y a través de la inocencia de los ojos de un niño, la vida de una familia de clase media que viene del hambre del abuelo y con sus ganas de pasar página, pero también de sus ganas de que aprendiéramos a leerlas.

¿Es posible que una madre no quiera a su hija o el instinto maternal es inherente a cualquier mujer? ¿En qué momento se siembra la semilla del mal en un ser humano? ¿Somos rehenes de nuestros genes y estamos abocados irremediablemente a repetir los patrones de conducta de nuestros progenitores? ¿Hasta qué punto la mente es capaz de retorcer la realidad? Éstas son solo algunas de las preguntas que nos haremos al leer este thriller brutal y adictivo que replantea nuestras convicciones más arraigadas y les da otra vuelta de tuerca. Absolutamente imprescindible para cualquier mujer que tenga, desee o vaya a tener un hijo, porque a una madre se le parte el corazón un millón de veces en la vida, y cada vez de forma diferente.

Autor de "3 estaciones en cuarentena"
Rafael Urdaneta ha descrito la pandemia como un tránsito, un espacio en construcción, una mirada preocupada sobre las consecuencias duras que aguardan a mediano y largo plazo. Escribe sobre ella porque alguien debe dejar huella, vestigio y evidencia. Escribe porque, quizás, no puede hacer otra cosa para huir el silencio de los pequeños fragmentos de miedo y angustia que una situación que nos desborda ha dejado a su paso. Al final, este libro es un documento, una búsqueda de identidad. Pero también es una confesión: la del miedo, la fragilidad, la oscuridad. La esperanza, a pesar de todo.

Pablo Hernando ya no puede seguir luchando con un pasado atroz que le pesa como una losa, así que un buen día, de buenas a primeras y sin haberlo premeditado, huye de todo y de todos y se refugia en un piso horroroso en el pueblo más feo que encuentra por casualidad. Trata de dejar el dolor detrás y empezar una vida que no le gusta en absoluto, probablemente porque no cree merecerse algo mejor, pero los fantasmas reales y los que están en su cabeza no le dejarán, afortunadamente, hundirse en ese pozo negro que él mismo ha cavado para esconderse. El pasado siempre vuelve y la redención también es posible.