23/05/2024@16:16:00
Por la estepa solitaria, cual fantasmas vagarosos,
abatidos, vacilantes, cabizbajos, andrajosos,
se encaminan lentamente los vencidos a su hogar,
y al mirar la antigua torre de la ermita de su aldea,
a la luz opalescente que en los cielos alborea,
van el paso retardando, temerosos de llegar…
Luis de Oteyza
(Una reflexión ética)
Unamuno publica la Vida de Don Quijote y Sancho en 1905 [1], “coincidiendo por acaso, que no de propósito, con la celebración del tercer centenario de haberse publicado por primera vez el Quijote. No fue, pues, una obra de centenario.” -según afirma el autor en el Prólogo a la segunda edición, en enero de 1913-.
(Una reflexión ética)
Unamuno publica la Vida de Don Quijote y Sancho en 1905 [1], “coincidiendo por acaso, que no de propósito, con la celebración del tercer centenario de haberse publicado por primera vez el Quijote. No fue, pues, una obra de centenario.” -según afirma el autor en el Prólogo a la segunda edición, en enero de 1913-.
Todo Cádiz en 360º
La Torre Tavira fue designada torre vigía oficial del puerto de Cádiz, por ser la cota más alta de la ciudad, ya que está a 45 metros sobre el nivel del mar y en el centro del casco antiguo.
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Como todo caballero andante, Don Quijote debe estar enamorado de una hermosa mujer, que tiene siempre en el pensamiento cuando inicia cualquiera de sus aventuras (y a ella alude, por ejemplo, en estos términos: “¡Oh Dulcinea del Toboso, día de mi noche, gloria de mi pena, norte de mis caminos, estrella de mi ventura” (primera parte, capítulo XXV). Pero en verdad, la dama de sus sueños -Dulcinea del Toboso- no pasa de ser una sencilla campesina -Aldonza Lorenzo-, de la que Sancho Panza, desde su visión rústica de la realidad, elogia sus virtudes como mujer que pertenece a su misma condición social; una mujer que contrasta con la visión idealizada de Don Quijote. Merece la pena recordar este fragmento (primera parte, capítulo XXV), en el que Cervantes, echando mano de fina ironía, descubre quién es Dulcinea del Toboso: la hija de Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales:
En la Sicilia previa a la unificación se desarrolla "La masacre olvidada", de Andrea Camilleri. Allí se dio una terrible tragedia que parecía haber quedado enterrada para siempre. Hasta ahora.
Víctor Amela activa una poderosa máquina narrativa alimentada por recuerdos familiares y confesiones autobiográficas, impelida por una minuciosa indagación histórica y todos los recursos de ficción. El Amela novelista consigue verter la luz de la verdad poética sobre la penumbra legada por la revelación musitada por su abuelo. El resultado es una obra honda, emotiva, sincera, muy personal y de una finura ambiciosa y valiente.
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