Un expolicía español exiliado en París, Julio Alsina, ha dejado atrás su agitada vida bajo el régimen franquista y ahora disfruta de una existencia tranquila como librero en Montmartre, acompañado de su esposa Rosa, su hijo y su amigo Joaquín. Sin embargo, su paz se ve amenazada cuando Epstein, un agente de la CIA, se pone en contacto con él para presentarle una oferta irresistible: investigar un asesinato brutal que tuvo lugar hace dos años en la lujosa urbanización de Puerto Rey, en Vera, Almería. A cambio de su colaboración, Alsina obtendrá una considerable suma de dinero y pasaportes españoles para él y su familia. No obstante, si decide rechazar la propuesta, se enfrentará a la deportación y será entregado al régimen franquista, que todavía lo considera un enemigo. La verdad siempre tiene un precio. En la entrevista, Tristante nos cuenta algunas de las claves de su nueva novela. El autor recupera un personaje querido por los lectores, Julio Alsina, pero ¿quién añoraba más a este policía, sus fieles lectores o Jerónimo Tristante que tanto reconocimiento obtuvo por este hombre, consumidor incansable del Licor 43? Pues a mí Alsina me gusta mucho, cómo no, pero como ocurrió con Víctor Ros, es un personaje con el que los lectores se han encariñado mucho y siempre me pedían más aventuras suyas. Yo creo que es, en parte, porque a todos nos gusta pensar que podemos resurgir de nuestras propias cenizas y 1969 no deja de ser una historia de redención. Estamos habituados, y un poco hartos, de que los servidores de la ley responsables de investigar crímenes difíciles sean hombres destruidos, borrachos y poco empáticos. Todo lo contrario de Alsina, que tiene una familia estable y una vida agradable en otro país. ¿Rompe de esta manera con esos clichés establecidos o cree que la redención es posible? Pues sí, ya lo hice con Víctor Ros y funcionó muy bien porque a mí, particularmente, me resultaba muy difícil identificarme como lector con esa figura del antihéroe que nos impuso la literatura posmoderna y sobre todo en el policial, ese cliché del policía que es corrupto, o trafica o pega a su mujer me cansa, no conecto y creo que a muchos lectores les ocurre como a mí. El autor se atreve a incluir una conspiración de la que, la mayoría, conoce el final ficcionando los entresijos… ¿o no? Bueno, no podemos adelantar acontecimientos, pero el lector avezado a buen seguro sabrá lo que estamos investigando, otros no lo verán venir, pero en cualquiera de los dos casos, la investigación, lo que en verdad ocurrió y el siguiendo lo que llamo “las miguitas de Pulgarcito” en este caso es apasionante. ¿Cómo se investiga una trama de estas características? Incluyendo dos magnicidios… Hay muchísima información si sabes buscar: documentales, ensayos, libros de mayor y menor fiabilidad, fotografías, en fin…. todo está ahí, pero hay que buscar con cierto espíritu crítico. Hay que esforzarse en leer en otros idiomas. A mí el inglés me resulta fácil y de francés por ejemplo no tengo ni idea, así que hay que esforzarse porque lo mejor que encontré sobre el magnicidio de Kennedy estaba en inglés y francés. "La Transición Española, ahora denostada por ciertos sectores fue, en general muy buena"“1973” parte de un crimen sin resolver, una investigación mal llevada, espías, conspiraciones internacionales, política de alto nivel… Jerónimo Tristante es un amante de la historia. ¿Esta novela es su aportación a la transición española? Tengo amigos que dicen que mis novelas son más históricas que policíacas y creo que tienen razón. La Transición Española, ahora denostada por ciertos sectores fue, en general, muy buena. Se hizo encaje de bolillos, era muy, pero que muy difícil conseguir que un régimen totalitario se autodisolviera como lo hizo, y eso deberíamos valorarlo así, como el esfuerzo de reconciliación que se hizo. Yo la veo de sobresaliente, en parte porque estoy convencido que fue diseñad y tutelada desde fuera, por supuesto con la colaboración de un sector del franquismo, los aperturistas, pero creo que el papel de la CIA y los socialdemócratas alemanes se intuye. ¿Thriller histórico? ¿Crónica social? ¿Thriller conspirativo? ¿Thriller policíaco? ¿Cómo define su obra? Creo que es un thriller histórico y que la parte policial, mientras que en 1969 se acerca más a la novela negra, en este caso hablaríamos más de un procedimental. Y luego la parte geoestratégica y la política creo que son apasionantes. La novela cuenta con una ambientación excelente de la época: el famoso coche Seiscientos, Dos Caballos, M-30 casi acabada, Lhardy, Nivea, películas de Landa o López Vázquez, fumar Ducados… canta Manolo Escobar, leía El Caso en París, cómo vivía y sentía la sociedad … ¿Cuáles han sido sus fuentes para no cometer ni un solo error? Pues, como siempre, de todo: documentales, NODOS, libros, artículos académicos, contactos con archivos, por supuesto fotografías y, cómo no, la hemeroteca. Hay muchísimo material y muy interesante, hasta los programas de fiestas de Vera, Almería, que te permiten pintar un fresco de cómo fue el fenómeno del turismo y cómo nos afectó positivamente. Los ye-yés, Costa Flemming donde los americanos gastaban el dinero a raudales…. en fin, un escenario muy pero que muy interesante. Afirma el protagonista que el cambio en España vino más de la mano del turismo, la libertad con la que vivían, el bikini, sus costumbres, el dinero que mandaban los emigrantes… que de las ideologías o las presiones sociales. ¿Qué piensa de esto Tristante? El Turismo fue uno de los fenómenos que permitió a Franco mejorar la economía junto con los emigrantes que teníamos en Francia o Alemania y enviaban divisas. Estoy de acuerdo en que los turistas abrían los ojos a muchos españoles haciéndoles ver que se podía vivir de otra manera, parece una tontería, pero ver a gente en bikini, viviendo libremente, fue algo que hacía que viéramos que había más cosas fuera y a buen seguro que impulsó el ansia de cambio.
Si el turismo fue un motor esencial para cambiar la sociedad, ¿qué efectos tiene ahora la enorme migración que estamos viviendo y los viajeros en los que nos hemos convertido? Ahora mismo estoy con Víctor Ros en Norteamérica, la séptima aventura y he podido investigar sobre el fenómeno migratorio en Estados Unidos en el XIX, y vemos que se repiten los mismo patrones: explotación, hacinamiento, el recelo de “los auténticos neoyorquinos” con los inmigrantes que llegaban…. No hay nada nuevo bajo el sol. ¿Un buen sabueso nunca suelta un hueso? ¿Aún le queda recorrido a Alsina? Claro, en la novela volvemos a ver que esa tendencia suya a dar siempre una vuelta más a un caso es una gran virtud, y por supuesto que seguiremos viéndolo en más aventuras haciendo eso que hace tan bien. ¿Tenemos en el pasado la mayoría de las respuestas al presente? Un investigador ha de cultivar la paciencia, ¿tanto como un escritor que tenga sensibilidad, además, y sepa observar y leer entre líneas? Si no todas las respuestas al menos la posibilidad de evitar un gran defecto, tanto en política como en la vida. Napoleón, que era un lector voraz, decía que no había visto nada en un campo de batalla que le hubiera sorprendido porque todo lo había leído ya antes. Se trata de aprender un poco del pasado para no cometer los mismos errores una y otra vez. Madrid es el epicentro de la novela, aunque la historia arranque en París, pasando por Vera y Gredos. ¿Se escriben pocas novelas ambientadas en la capital de España? Pues es curioso, pero cuando publiqué "El Misterio de la Casa Aranda" funcionó muy bien en Madrid y los libreros me decían que “ya era hora”. En aquella época todos los best sellers se ambientaban en Barcelona. Muchos años después creo que no hay muchas novelas ambientadas en Madrid y, al menos, me parece curioso. Hay muchos lugares interesantes donde localizar una novela: Córdoba, Oviedo, Londres o Tomelloso, pero Madrid es, lógicamente, un escenario estupendo. Puedes comprar el libro en:
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