Por ejemplo en la reciente adaptación del libro infantil Harold y el lápiz mágico (Harold and the Purple Crayon, 2024) no tratamos precisamente con un niño, sino con un hombre con una mente infantilizada. A cambio, el protagonista puede dibujar algo con su lápiz que luego cobra vida. Sketch sigue una dirección similar, con los dibujos de una niña que por arte de birlibiroloque pasado por agua empiezan a campar a sus anchas. Pero a pesar de las obvias similitudes, la película va por un camino completamente diferente, y es muchísimo mejor.
La producción aquí es considerablemente más barata que su contraparte de Hollywood mencionada anteriormente, costando incluso menos de una décima parte. Tampoco hay un elenco reconocido. La falta de presupuesto es ciertamente notable; las criaturas que cobran vida parecen bastante simples. Lo que normalmente sería un inconveniente, sin embargo, aquí es en realidad parte del encanto. El objetivo no es que aparezcan criaturas impresionantes.
En cambio, el film viene repleto de dibujos infantiles inherentemente deformes e inacabados, de alguna manera extraños y a veces hasta un poco cómicos. Criaturas que consisten en una disposición aleatoria de extremidades y ojos. Y colores, muchos colores. Los creadores ciertamente han efectuado un buen uso de la paleta de lápices a su disposición, lo que tiene un impacto tanto en los personajes como en el mundo, que está enterrado bajo una gruesa capa de pintura.
Pero no se trata solo de resucitar criaturas en una mezcla atinada de terror y comedia. El director y guionista Seth Worley, en el que supone su prometedor debut en el terreno del largometraje, en realidad se centra en algo más profundo. En su película, cuenta la historia de una familia que lucha con una pérdida grave y ha elegido diferentes mecanismos para sobrellevarlo. Mientras padre e hijo quieren mostrar fuerza y, por lo tanto, solo esconderse de su propio dolor, la hija lo revive en sus horribles pinturas. Los dibujos se convierten en una válvula de escape para procesar aquello para lo que no tiene palabras. Para lo cual tampoco encuentra a nadie que se interese, ya que nadie le habla de ello.
Por lo tanto, podemos afirmar que no nos hallamos ante un mero ejercicio visual de entretenimiento. Esta aventura familiar, estrenada mundialmente en el Festival Internacional de Cine de Toronto de 2024, también busca ofrecer al público consejos para el mundo real a través de sus fantasías: permítete sentir tus sentimientos, por complejos, tristes o enfadados que sean, en lugar de reprimirlos. Si bien la película está dirigida principalmente a un público más joven, al igual que los personajes principales, Taylor, quien también lidia con la situación, también aprende algo sobre sí mismo y su rol como padre a través de su encuentro con las criaturas mágicas, y quizás inspire a uno o dos padres del público a escuchar su propia voz interior.
Hay que advertir que algunos elementos de terror que aparecen en pantalla pueden resultar quizás un poco espantoso para los más pequeños. Pero son precisamente estos pequeños riesgos, que parecen casi prohibidos, los que pueden resultar interesantes y desafiantes para el público infantil. A diferencia del cine familiar habitual, que a menudo busca ser lo más digerible posible para todos, Sketch. Cuidado con lo que dibujas encuentra su propia paleta de colores en muchas zonas grises narrativas.
El resultado es una mezcla poco convencional que combina sus influencias con la alegría infantil sin diluirlas. Para los jóvenes de la edad adecuada, ofrece una experiencia cinematográfica llena de creatividad, emoción y humor, porque no siempre se han de dar respuestas simples a preguntas complejas.
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